Por décadas, la población vecina al vertedero de Koshe, en las afueras de la ciudad de Addis Abeba, en Etiopía, soportó plagas de ratones y moscas, malos olores y otros impactos sanitarios y ambientales de consideración. Incluso, un deslizamiento de tierra, en 2017, mató a más de un centenar de personas que buscaban entre la basura productos para vender.
Lo anterior, mezclado con la aguda pobreza de la zona, hacía que la calidad y expectativas de vida de sus habitantes fueran muy limitadas.
Hasta que en 2018 una alianza público-privada permitió transformar la gigantesca y precaria instalación en una planta de valorización energética, que actualmente reutiliza cerca de dos toneladas de residuos al día para generar electricidad en beneficio de un porcentaje importante de residentes de Addis Abeba.
Hoy, varios países africanos, insertos en el continente con el menor nivel de ingresos per cápita del planeta, están progresivamente adoptando soluciones más sostenibles de gestión de residuos aprovechando las tecnologías emergentes de reciclaje.
Tasas globales
¿Cuál es la realidad planetaria en materia de valorización de los desechos? Bajo el título "El fin de la era de los residuos: transformación de la basura en recursos", el informe "Perspectiva Mundial de la Gestión de Residuos 2024" del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), junto con entregar diversas cifras sobre la materia a nivel mundial, hace un llamado de atención sobre el profundo impacto ambiental de su incorrecta gestión y de la urgente necesidad de cambios sistémicos.
Basado en una amplia investigación y análisis de datos, el reporte revela tendencias alarmantes en la generación de residuos sólidos urbanos (RSU), proyectando un aumento sustancial de toneladas desde 2.300 millones en 2023 a 3.800 millones en 2050. "Este incremento en la producción de residuos está estrechamente relacionado con el bienestar económico, la industrialización y los cambios en las pautas de consumo, sobre todo en las economías de rápido crecimiento", señala.
Según el PNUMA, solo el 19% de los residuos sólidos urbanos son actualmente reciclados en el mundo.
Además, el documento hace hincapié en las consecuencias ambientales de la generación incontrolada de residuos. "Son asombrosas, partiendo por su contribución significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. En particular, las emisiones de metano procedentes de la descomposición de residuos orgánicos en vertederos y escombreras tienen efectos a corto plazo sobre el calentamiento global, mientras que la quema abierta de residuos libera carbono negro, lo que acelera el cambio climático y el deshielo. Y la eliminación indiscriminada de residuos introduce sustancias químicas peligrosas en los ecosistemas, lo que supone amenazas a largo plazo para la biodiversidad y la salud humana", afirma.
Recomendaciones
La urgencia de enmendar el rumbo en este ámbito es refrendada por el informe del PNUMA, que da cuenta que las tasas mundiales de reciclaje siguen siendo bajas, con sólo el 19% de los RSU sometidos a este proceso en todo el mundo. Esto, considerando la generación de unos 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos al año.
Ante eso, plantea que "las disparidades entre regiones ponen de manifiesto la necesidad de aunar esfuerzos para mejorar las prácticas de gestión de residuos y promover el reciclaje. Incluso en Europa, con una normativa estricta, una sólida infraestructura de reciclado y un firme compromiso con la sostenibilidad, las tasas de reciclado son moderadamente bajas".
Según estadísticas de la Unión Europea, el ciudadano medio de este bloque generó 4,8 toneladas de residuos en 2020, pero sólo se recicló el 38%. El próximo objetivo de los países miembros es alcanzar el 55% del reciclaje en 2025.
Para frenar los efectos adversos de la inadecuada gestión de los residuos, el documento incluye varias recomendaciones:
• Cero residuos y planteamientos de economía circular: Mejorar el diseño de los productos para utilizar menos materiales y facilitar su reutilización, reparación y reciclaje.
• Datos y digitalización: Utilizar la tecnología para priorizar la prevención y gestión de residuos para fortalecer la cadena de valor de la gestión de residuos.
• Legislación e incentivos: Implantar prohibiciones de materiales problemáticos y sistemas obligatorios para garantizar que los contaminadores paguen.
• Comportamiento del consumidor e inclusión: Animar a los ciudadanos a reducir, reutilizar, reparar y reciclar, e integrar los principios de una transición justa para apoyar a todas las partes interesadas, incluido el sector informal.
• Experiencia nacional: Desarrollar políticas adaptadas a los contextos locales para maximizar los beneficios de la reducción de residuos y su gestión adecuada.
Residuos plásticos
Cada año se vierten en el medio ambiente la friolera de 52 millones de toneladas de residuos plásticos, los que, colocados en línea, darían la vuelta al mundo más de 1.500 veces, según un estudio publicado en la revista Nature. Esto los convierte en una de las principales amenazas para el planeta.
Según el análisis, más de dos tercios de la contaminación plástica mundial procede de la basura no recolectada, ya que casi 1.200 millones de personas (15% de la población mundial) carece de este tipo de servicios. Además, especifica que en 2020 se quemaron sin ningún control medioambiental unos 30 millones de toneladas de plásticos, lo que supone el 57% de toda la contaminación por plásticos en hogares, calles y vertederos.
Por áreas geográficas, la investigación reveló que India es el país que más plásticos vierte al medio ambiente seguido de Nigeria e Indonesia.
Otro estudio arrojó que alrededor de 22 millones de toneladas de plástico llegaron a los suelos, ríos y océanos en 2019, previéndose que el problema se duplique para 2060.
El incremento en la valorización de residuos plásticos beneficia directamente al medio ambiente.
Trabajo precario
Un reciente análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que la gestión y el reciclaje de residuos "crecen rápidamente en el mundo, pero con una elevada informalidad, salarios bajos, largas jornadas laborales, bajos niveles de calificación y exposición a riesgos para la salud".
El empleo en la industria de los residuos y el reciclaje se estima en 6,9 millones de personas, lo que representa el 0,2% del total mundial de ocupación, aunque la OIT advierte que se trata de una subestimación debido a las limitaciones de los datos.
El estudio indica que, a nivel mundial, aproximadamente 85 trabajadores están empleados en la industria de residuos y reciclaje por cada 100 mil personas.
Europa y Asia central tienen la tasa más alta, con 174 trabajadores por cada 100 mil habitantes, mientras que África tiene la más baja, con menos de 30, lo que muestra que el empleo en esta industria tiende a ser mayor en las regiones más desarrolladas, donde las prácticas de reciclaje están más extendidas.
DATOS:
62
Millones de toneladas de residuos electrónicos se generaron en 2022 en el mundo, según cifras de la ONU, de las cuales tres cuartas partes tuvieron como destino vertederos de África. Europa es el continente que más los produce.
10%
De los plásticos utilizados en Estados Unidos se reciclan, lo que indica el estancamiento de esta actividad en ese país. Por contrapartida, exporta cientos de miles de toneladas de residuos reciclables, sobre todo a naciones en desarrollo.
55%
De los residuos de embalajes plásticos se tendrán que reciclar en 2030 en Europa, según el Pacto Verde vigente. Esto implica un mejor diseño que los haga aptos para el reciclaje, así como medidas para incentivar este proceso en el mercado.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 190 (septiembre-octubre 2024), páginas 40 a 42.