Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

A Pescar las Redes

A Pescar las Redes

Diversas iniciativas buscan la gestión responsable, recuperación y reciclaje de redes y aparejos pesqueros.



Avanzan al ritmo de las corrientes y, muchas veces, sin ser vistas. Y en su camino a través de las aguas atrapan lo que se les ponga por delante, dejando encarcelados y condenados a una muerte lenta y dolorosa a delfines, ballenas, focas, tortugas, pequeños peces y otras especies. A estas "asesinas" silenciosas se les conoce como "redes fantasmas" que, junto a otros aparejos o artes pesqueros, como cuerdas y palangres, provocan un gran impacto en los ecosistemas marinos.

Según una reciente publicación de la ONU, cada año se pierden o abandonan unas 640 mil toneladas de dichos utensilios de pesca en los océanos, constituyendo cerca de una décima parte de todos los residuos que contienen sus aguas. Ahí se revela que estos desechos, además, "pueden alterar los fondos y el medio ambiente marino, crear problemas para la navegación y llegar a las playas, convirtiéndose en un peligro para los bañistas, aves y otras especies costeras".

Sobre cómo llegan al mar las redes y otros equipos pesqueros, un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en su sigla en inglés), una destacada organización de conservación en el mundo, sostiene que, en algunas ocasiones, "se pierden de manera accidental como resultado de temporales y golpes de mar. Otras veces, se quedan enganchados en el fondo y resulta imposible izarlos a bordo. Y también hay muchos que fueron abandonados de manera consciente y voluntaria. Por ejemplo, pescadores ilegales se desprenden de sus artes cuando son sorprendidos por alguna patrullera".

El reporte agrega que la preocupación por estos residuos y sus impactos viene creciendo en las últimas décadas, ya que contaminan el mar con plásticos. "La generalización y la globalización de los materiales sintéticos en las artes de pesca se ha disparado en el último medio siglo, por lo que el plástico ha desplazado a fibras tradicionales como el cáñamo, el sisal, el lino o el algodón", advierte el documento.

Latinoamérica en Acción

En América Latina, la mayor fuente de redes fantasma es la pesca artesanal "porque tiene menos acceso a facilidades de recolección y también menores exigencias y control", señala el estudio de la WWF.

Para aportar a la descontaminación del mar, a fines de junio pasado las asociaciones y cámaras de pesca de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, México, Costa Rica, El Salvador, Colombia, Ecuador y Perú se comprometieron a recuperar redes y aparejos de pesca en desuso para su reciclaje, estableciendo como primera meta la entrega de 1.500 toneladas de estos residuos.

Con ello, los gremios pesqueros buscan proteger los océanos de las redes fantasmas, reducir la huella de carbono asociada a su uso, generar nuevos productos con valor agregado y aportar al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, relacionados con el fomento de una industria innovadora, la producción y consumo responsable, el desarrollo de acciones por el clima y el cuidado de la vida submarina.

Recomendaciones

¿Qué se puede hacer para enfrentar tan grave problema? La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hace las siguientes seis recomendaciones al respecto:

• Registro de los aparejos:
Marcar o registrar las artes de pesca permite identificar su propiedad y fomenta su gestión responsable.

• Mejorar la presentación de informes y la recuperación:
Se debe informar de las artes perdidas para intentar recuperarlas, aunque muchos barcos carecen del equipo adecuado o prefieren no poner en peligro a su tripulación en estas faenas. Y otros no reportan pérdidas por temor a ser culpados. Por eso, la FAO sugiere adoptar un enfoque de "no culpabilidad" para eliminar tal responsabilidad e incentivar a las embarcaciones que pueden recoger sus equipos a extraer los otros aparejos que encuentren en el mar.

• Detener la pesca ilegal:
Aunque algunas artes se pierden por accidente, muchas otras se abandonan como parte de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, por lo que se deben hacer esfuerzos por reducirla.

• Dar incentivos económicos para la prevención:
Agregar valor a los equipos al final de su vida útil o crear incentivos económicos para enviarlos a instalaciones de eliminación o reciclaje, podría permitir su mejor gestión por parte de los pescadores.

• Invertir en nuevas tecnologías:
Algunos artes de pesca son de alto valor y los pescadores hacen todo lo posible para recuperarlas. Las nuevas tecnologías que utilizan GPS y transpondedores suelen facilitar esa labor. Además, gracias a los sistemas de monitoreo del clima, los pescadores se abstienen de usar sus redes cuando se presenta mal tiempo.

• Mejorar los planes de recolección, eliminación y reciclaje:
Los puertos deben equiparse con instalaciones gratuitas o de bajo costo para desechar o reciclar los equipos de pesca.

Ejemplos de Reciclaje

En la Unión Europea, sólo se recicla el 1,5% de las artes pesqueras abandonadas o perdidas. Para incrementar esta práctica, los eurodiputados pidieron recientemente a la Comisión Europea y a los estados miembros que adopten las directrices voluntarias sobre el registro de las artes de pesca de la FAO.
Aunque aislados, existen diversos casos exitosos de reciclaje de equipos pesqueros en desuso, especialmente de redes, en distintos lugares del planeta. A continuación, destacamos algunos de ellos:

• En Chile, el nailon y polietileno de redes que entregan industrias pesqueras como Camanchaca se emplea para confeccionar prendas de vestir como el popular jockey de la marca Patagonia.

• Desde las redes recuperadas en el Océano Índico y en el Mar de Arabia se extrae un material denominado akulon (con base de plástico) que se usa para fabricar diversas partes de tablas de surf o de quillas.

• En distintos países, las redes y artes de pesca recicladas se utilizan para elaborar tablas de skate, sillas de escritorio, lentes de sol, accesorios de bicicleta y hasta ropa de montaña.

• La ONG Healthy Seas, que trabaja con buceadores voluntarios y pescadores en el océano Pacífico, Mar Mediterráneo, Mar Adriático y Mar del Norte, ha recuperado en los últimos siete años más de quinientas toneladas de redes desechadas, cuyo nailon se recicla para confeccionar calcetines, alfombras y otros productos.

• La empresa española Popsicase produce fundas de celular con el nailon recuperado de las redes.

• La compañía italiana Econyl fabrica un hilo de nailon regenerado que tiene las mismas características y propiedades que la red pesquera original. Este material se procesa y se convierte en tejidos que emplea la industria textil.

• El proyecto EcoBallution recupera las redes que ya no se usan para fabricar material deportivo reciclado. La iniciativa liderada por un basquetbolista permite producir aros de baloncesto, redes de arcos, ropa y otros artículos.

Artículo publicado en InduAmbiente 171 (julio-agosto 2021), páginas 86 a 87.