Ni el Taj Mahal, mausoleo que el emperador Shah Jahan mandó a construir a principios del siglo XV para su difunta esposa, se salva de la contaminación atmosférica en India. Según noticias recientes, su cúpula debe limpiarse constantemente para que cambie un sucio tono pardo por el blanco que siempre la caracterizó.
Un estudio realizado por el Instituto de Tecnología de Georgia, junto con investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Kanpur y el Servicio Arqueológico de la India, ha sido el primero en demostrar que el notorio cambio de color en las estructuras del Taj Mahal es por el importante aumento de los niveles de partículas de carbono en el aire y el polvo, provenientes posiblemente de faenas agrícolas y de los medios de transporte.
Hace cuatro décadas que la mantención de este mausoleo, Patrimonio de la Humanidad y una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, se ha vuelto un desafío cada vez más complejo a causa de la rápida industrialización de la India y sus efectos contaminantes en el aire.
Rápido Crecimiento
Su intensa industrialización y los buenos resultados del sector agrícola fueron fundamentales para que India registrara un crecimiento del 5,6% en 2014. Y las proyecciones indican que este índice llegará al 7,5 en 2016, superando incluso a China.
Pese a lo anterior, cerca del 25% de sus más de 1.210 millones de habitantes viven bajo la línea de pobreza, no viendo aún reflejados en su día a día este notable desarrollo de los últimos años.
Tampoco el dinamismo económico ha ido de la mano de medidas y acciones concretas y eficientes para revertir la cada vez más mala calidad del aire de las principales urbes indias, debido principalmente a la multiplicación de las faenas industriales y del parque vehicular. Por si fuera poco, para impulsar el crecimiento se han suprimido algunas normas que contribuían a la protección medioambiental.
Más aún, hasta la fecha todavía no hay leyes que regulen las emisiones de sustancias contaminantes como el dióxido de azufre o el mercurio. Y los estándares para el combustible siguen muy por debajo de las normas europeas, además de que los requisitos que sí existen son ignorados con frecuencia.
Apenas accedió al poder a mediados de mayo de 2014, Narendra Modi, Primer Ministro Indio y líder del partido nacionalista Bharatiya Janata (BJP), redujo el índice de contaminación para que las zonas industriales pudieran seguir ampliándose sin cortapisas gubernamentales. Los dueños de las industrias se habían quejado en muchas ocasiones por la enorme cantidad de normas y documentación requerida para poder producir. Esto hacía que los niveles de corrupción crecieran constantemente en las diferentes regiones y estados del país, lo que en India es conocido como “red tape”. Sin embargo, la supresión de numerosas normativas en defensa del medio ambiente está dejando vía libre para una contaminación masiva en un país que sufre ya gravemente las consecuencias de la polución.
Un alto comité recientemente formado, que se encarga de corregir las leyes medioambientales vigentes en India, publicó unas recomendaciones para suprimir todos los niveles de fiscalización en el área. Entre otras, recomienda a los empresarios dar a conocer voluntariamente los niveles de polución que sus proyectos vayan a generar.
Lea este artículo completo en Revista InduAmbiente N° 134, pág. 108-109.