Vivir en una ciudad "smart" o inteligente es el deseo de muchos de nosotros. Pero ¿cómo es una urbe que ostenta ese calificativo? Un rasgo que las identifica es tener todos los servicios canalizados en el subsuelo: agua, gas, electricidad, saneamiento, climatización, e incluso la recolección de residuos para parte importante de su población.
La última característica no es propia ni de Santiago ni de los grandes centros poblados de Latinoamérica, salvo excepciones acotadas a instalaciones puntuales.
En Europa, Asia y Estados Unidos, en cambio, los camiones han ido cediendo lugar a modernos sistemas de recogida de desechos que emplean tecnología neumática. O sea, su transporte se realiza a través de redes de tuberías soterradas por las que viajan los residuos impulsados por una corriente de aire hasta una central que los recibe. Los usuarios llevan su basura a puntos de vertido (compuertas en el interior de sus edificios o "buzones" ubicados en la vía pública), donde se pueden depositar las diferentes fracciones de residuos (orgánica, plástica, envases, papel, etc.) de forma separada. Y ninguna persona vuelve a tener contacto con ellos hasta que llegan a su destino final, que corresponde a plantas recicladoras, de transferencia o incineradoras, principalmente.
El establecimiento de recepción puede estar ubicado hasta unos 3 km. de distancia del área de recolección, y es posible diseñarlo para poblaciones de 200 a 500 viviendas, y también para grandes sistemas urbanos de unos 10 mil hogares.
Mejores Prácticas
Los sistemas de recolección neumática están considerados por la Comisión Europea entre las mejores prácticas de gestión ambiental en el sector de la gestión de residuos en áreas altamente pobladas.
El informe "Best Environmental Management Practice in the Waste Management Sector", publicado por dicha entidad en 2020, precisa: "Los sistemas neumáticos evitan la necesidad de que los vehículos de recolección ingresen en áreas urbanizadas donde la congestión del tráfico, el ruido y los efectos de la contaminación del aire son más problemáticos. Por lo tanto, pueden conducir a una mejora significativa en la calidad ambiental urbana al evitar, sobre todo, la emisión de niveles importantes de material particulado y óxidos de nitrógeno. Además, permiten una considerable reducción de los costos operativos con ahorros significativos, por ejemplo, en el uso de combustible, y son capaces de tener una vida útil de unos 60 años".
De hecho, el primer modelo instalado en Europa, específicamente en el hospital de Solleftea, en Estocolmo (Suecia), está cerca de cumplir seis décadas. En la actualidad, la mayor cantidad opera en Suecia y España.
De acuerdo a Envac, la empresa líder en el suministro de esta tecnología, la constante innovación en el campo de la recogida neumática, expresada en un parque operativo en el mundo que supera las 2.000 instalaciones, ha generado niveles de eficiencia por tonelada de residuo recolectado y consumo energético difícilmente alcanzables por los modelos que utilizan camiones.
Agrega que la energía eléctrica requerida para el funcionamiento de las plantas puede producirse con paneles fotovoltaicos, lográndose que el balance energético necesario para recoger y transportar la basura sea neutro.
En la compañía también destacan que el parque instalado en el mundo ha comenzado a incorporar elementos de inteligencia artificial, "lo que permitirá controles, mediciones y posibilidades de uso cada vez más ajustados a las necesidades de los usuarios".
Según diversos reportes de prensa, en los últimos años se han hecho realidad grandes proyectos de este tipo que reflejan la potencialidad del reconocido sistema de recolección. Entre éstos resaltan los instalados en La Meca (Arabia Saudita), capaz de recoger 800 ton/día, y en el nuevo barrio de Sluisbuurt, en Ámsterdam, Holanda.
Además, la tecnología no solo se está utilizando en zonas residenciales, sino que se ha extendido a centros comerciales, aeropuertos, hospitales, estadios y otras instalaciones de uso masivo.
Sin ir muy lejos, en 2017 la empresa Envac desarrolló esta solución en el Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, en Brasil, convirtiéndose en el primer centro sanitario de toda Latinoamérica en tenerla. El sistema da cobertura a 650 camas, consta de 800 metros de tuberías interiores y de 110 compuertas ubicadas en distintos espacios estratégicos dentro del hospital. Fue concebido para recoger y transportar dos fracciones de residuos: ropa de cama y resto.
Detalles Técnicos
Una vez depositadas en los "buzones", las bolsas de residuos quedan retenidas en el subsuelo mediante una válvula. Ya sea por programación o bien porque el mecanismo de control detecta que un punto de vertido está lleno, el sistema se pone en funcionamiento sin intervención humana y procede al vaciado y transporte de las bolsas, de manera completamente hermética, hasta el terminal de acopio. Actualmente, la tecnología más avanzada utiliza tuberías de HDPE con un diámetro interior de 300 mm, evitándose problemas de corrosión externa/interna y minimizando el consumo energético y la posibilidad de obstrucciones, ya que los residuos llenan la tubería con mayor facilidad.
El medio de transporte es una corriente de aire generada por unas bombas de vacío ubicadas en la planta de recepción de los residuos. La velocidad del aire dentro de la tubería alcanza una media de 70 km/h, por lo que el tiempo que se requiere para transportar una bolsa desde un edificio a la central de acopio es de unos 45 segundos.
Posteriormente, las bolsas recogidas con distintas fracciones de desechos son introducidas en contenedores diferenciados, con capacidad de hasta 25 toneladas de residuos compactados. Por último, los residuos son transportados a plantas de reciclaje, valoración energética, biometanización u otras.
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DATO:
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Mil euros (135 millones de pesos chilenos aprox.) es el costo estimado de la operación anual de un sistema de recolección neumática de desechos para un núcleo de 10.000 viviendas, unas cuatro veces menos que con el sistema convencional con camiones, según un estudio de la Comisión Europea.
Artículo publicado en InduAmbiente 170 (mayo-junio 2021), páginas 84 a 85.