Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Calidad del aire interior

Sebastián Febres
Gerente General de Serpram



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A medida que avanza el desconfinamiento en nuestro país, son cada vez más las personas que están retornado al trabajo presencial en oficinas u otras dependencias laborales. Frente a esto, es muy importante tener en cuenta la calidad de aire interior, considerando la presencia de un virus tan complejo como el Covid-19.

La Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han ratificado que las gotículas -pequeñas partículas de fluido- y también los aerosoles que se difunden en un espacio interior son vías de contagio posible y relevante.

Por lo tanto, en espacios cerrados, mantener una buena ventilación, usar adecuadamente los sistemas de aire acondicionado y monitorear la calidad de aire, son claves para mantener un lugar de trabajo seguro y saludable, sobre todo cuando se estima que pasamos un 90% del tiempo encerrados.

Existen muchas alternativas para medir la calidad del aire interior. Lo más recomendable es usar dispositivos que cumplan con acreditaciones internacionales específicas para este fin (WELL, RESET, etc.) y que sean capaces de medir varios parámetros.

En espacios cerrados, se suele medir humedad y temperatura, las que debiesen estar balanceadas. Estudios indican que el rango óptimo de humedad relativa para evitar la propagación de enfermedades respiratorias es entre 40 y 60%. Y la temperatura debiese estar entre 20 y 23 °C.

También se debe medir la concentración de dióxido de carbono (CO2) que tiene relación directa con la cantidad de aerosoles liberados por las personas. A mayor cantidad de CO2, aumenta el riesgo de infección porque estamos respirando aire “viciado”. Además, conviene analizar si existen compuestos orgánicos volátiles, porque, a causa de la pandemia, ha crecido el uso de productos químicos en limpieza que pueden ser irritantes y provocar cefaleas en un espacio cerrado.

Para mejorar la calidad del aire interior, lo más importante es tener un diagnóstico acertado para que las soluciones sean coherentes. Una buena medida es mantener una ventilación adecuada.

En los recintos sin ventilación natural, se debe tener mucho cuidado con la recirculación de los sistemas de aire acondicionado, situación que en Hong Kong y Estados Unidos ha provocado “supercontagios”. Frente a eso, se recomienda el uso de filtros HEPA o MERV13 o superior, el mantenimiento periódico, y el empleo de radiación ultravioleta o ionización bipolar para desinfectar los espacios.

Todas estas alternativas deben ser supervisadas por especialistas. Existen riesgos como las sobrecargas que puede generar el uso de filtros en los motores de los sistemas de aire acondicionado si el diseño no es adecuado.

Columna publicada en InduAmbiente N° 167 (noviembre-diciembre 2020), pág. 79.