Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Economía circular: ¿estamos bien vestidos?

Hernán Durán
Presidente de Eco Ingeniería Sustentable e Inversiones



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La gestión de los residuos sólidos nos depara sorpresas. Por una parte, nos maravillamos ante el descubrimiento de nuevas tecnologías que permiten reciclar o reutilizar material que creíamos perdido. Por otra, nos desconsolamos por el impacto que producen determinados residuos. En vez de evitar su generación se buscan trampas para que pasen "piola", como ocurre con la ropa usada que se exporta a países como el nuestro para un segundo uso. Casos en que la ropa usada americana se desparrama en sitios eriazos, como sucede en los alrededores de Iquique, se descubren a diario en nuestro continente.

La economía circular (EC) efectivamente hace casi un círculo en los países desarrollados (PD), pero en los países en vías de desarrollo (PVD) es un semicírculo con dos guatitas que le disminuyen su interés. Los países no industrializados tienen una matriz de insumo-producto con pocos casilleros vacíos, en tanto que los que sí lo son, cuentan con muchos más productos manufacturados que demandan incansablemente insumos para su producción, generando una demanda importante de reciclables.

Teóricamente, la EC comienza en la producción de un bien candidato a residuo y termina en el reciclaje. Se parte de la base que una porción importante de los insumos materiales e inmateriales la puede proporcionar el propio mercado en los países industrializados. En los PVD, dentro de los insumos, cuando hay producción, no están incluidas las características y la calidad de todo lo necesario en términos de materias primas y otros. Es nuestra primera guatita.

Naturalmente el producto está diseñado en su forma y contenido para que cumpla con las exigencias de mercado de los PD y también con las condiciones que faciliten su ecodiseño para hacer más eficiente el reciclaje, permitiéndole ser parte de la economía circular. Para nosotros esta carencia es nuestra segunda guatita. A todo eso se le llamaba el ciclo de vida del producto y del residuo. El cambio solo ha sido en el lenguaje para hacerlo más comprensible para el mundo empresarial y los formuladores de políticas, y hacerlo más atractivo para las ONG.

Ahora le estamos agregando la idea del diseño ingenieril y solicitando que se agreguen los insumos (como materias primas, combustibles...) para ver si estamos hablando del mismo círculo para los PD y los PVD, y acercándonos a lo que podría ser una contribución a la estrategia para paliar el cambio climático.

Sin descartar la idea de la economía circular, a lo mejor debiéramos concentrarnos en una búsqueda activa para el tratamiento de nuestros propios residuos.

Columna publicada en InduAmbiente 178 (septiembre-octubre 2022), página 47.