Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Juan Escudero: Una herencia invaluable

Eduardo Astorga
Profesor de Derecho Ambiental



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Se ha ido Juan Escudero Ortúzar, uno de los más destacados fundadores de la gestión ambiental chilena, dejándonos una notable herencia.

Ingeniero Civil de la Universidad Católica, Msc del MIT, profesor de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile y experto en sistemas de transporte, planificación urbana y regional.

Con el retorno a la democracia (1990) se hizo cargo de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Especial de Descontaminación de la Región Metropolitana, siendo el responsable de formular e implementar el Primer Plan de Descontaminación Atmosférica de Santiago. Desde allí también colaboró con Rafael Asenjo, Director de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), en la elaboración de la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente. Lideró el diseño y creación del Departamento de Fiscalización del Ministerio de Transportes, del Programa de Control de Emisiones de Fuentes Fijas, y del Laboratorio de Emisiones Vehiculares 3CV.

Fue responsable de las primeras normas de emisión para fuentes móviles y cabe destacar en particular su labor, junto a Ricardo Katz, en la elaboración del DS Nº 4/91 de Ministerio de Salud que introdujo el primer instrumento económico de gestión ambiental en Chile: la compensación de emisiones.

Creó y dirigió el Centro Nacional del Medio Ambiente (CENMA), institución que, a pesar de su disenso, cambió su naturaleza eminentemente pública, perdiéndose con esto la posibilidad de contar con un referente técnico validado para todos los actores públicos y privados del país.

Luego, a instancias de Eduardo Arriagada, la Secretaría Ejecutiva de Medio Ambiente y Territorio del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, tuvo el honor y privilegio de contar con su asesoría experta. Eso permitió sumar sus siempre originales ideas, como las primeras evaluaciones ambientales estratégicas y el diseño de metodologías para medir costos y beneficios ambientales de los proyectos de infraestructura.

Culminó su brillante trayectoria siendo Juez de la República, Ministro del Segundo Tribunal Ambiental de Santiago, siendo autor de fallos tan relevantes como aquel que estableció el factor cambio climático como exigencia para la modelación de impactos sobre aguas subterráneas en el altiplano chileno.

Juan fue un adelantado. Como le decía en broma, era un “inoportuno”, ya que sus novedosas propuestas provenían de iniciativas validadas en modelos más desarrollados, pero que en Chile resultaban a veces demasiado “innovadoras”. Baste con saber, por ejemplo, que ya en la década de los 90, él hablaba de la actual economía circular o de la justa compensación por disposición de residuos desde las comunas ricas a aquellas definidas como zonas de sacrificio.

Fue un maestro sabio, dueño de sus silencios, un hombre probo, con una enorme vocación pública, esquivo al poder, extraordinariamente inteligente, gozador de la vida y buen amigo.

Como dijo su hijo Felipe, Juan fue el que permitió que hoy nuestros hijos puedan respirar un aire más limpio en Santiago.

Columna publicada en InduAmbiente N° 167 (noviembre-diciembre 2020), pág. 65.