Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

La Carta de la Tierra: 21 años de vida

Claudio Zaror
Profesor Titular del Depto. de Ingeniería Química, UdeC.



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A mediados de marzo del 2000 la sede de UNESCO en París fue testigo de la entrega de la versión final de la Carta de la Tierra por parte de la comisión formada para su elaboración. Esta iniciativa, que tuvo sus orígenes 10 años antes en las instancias preparatorias de la emblemática Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, involucró a más de 6.000 individuos y organizaciones de todo el mundo, quienes trabajaron durante una década para sentar las bases éticas del desarrollo sustentable.

El documento final establece un conjunto de principios fundamentales y valores compartidos, estructurados en cuatro pilares básicos: el respeto y cuidado de la vida, la integridad ecológica, justicia social y económica, y democracia, no violencia y paz. A su vez, éstos se despliegan en 61 principios de detalle, que constituyen un robusto marco ético global, tanto para el derecho internacional como para los gobiernos, empresas e individuos.

La Carta de la Tierra sirve de complemento a la Carta de las Naciones Unidas y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos que regulan las relaciones entre Estados, y ellos y las personas, para conseguir la paz y estabilidad internacional, y garantizar los derechos inalienables de los ciudadanos. En efecto, este documento recoge los desafíos que surgen de la relación entre Estados, individuos y la Naturaleza, desde la perspectiva de la sustentabilidad, definiendo los deberes de los seres humanos hacia el medio ambiente y hacia la Humanidad misma. Desgraciadamente, aún está pendiente su reconocimiento formal como referencia ética y jurídica sobre sustentabilidad por parte de las Naciones Unidas, a pesar de que el respaldo y legitimidad internacional se han ido incrementando con el tiempo.

La creciente globalización económica, cultural y tecnológica, sumada a la actual crisis sanitaria mundial, nos impone desafíos que requieren soluciones sistémicas y cambios profundos en la forma como pensamos y vivimos.

La Carta de la Tierra nos reta a examinar nuestras conductas y valores, en la búsqueda de un mejor camino para proteger nuestro Hogar Común respetando la rica diversidad humana y biológica, en general.

Particularmente, las causas y efectos de la pandemia del Covid-19 que enfrentamos hoy a nivel mundial nos muestran que los principios de la Carta de la Tierra están más vigentes que nunca y es de suma urgencia acelerar su implementación global.

Columna publicada en InduAmbiente N° 169 (marzo-abril 2021), pág. 61.