En los sistemas de ósmosis inversa se establece una relación directa entre la eficiencia del proceso y la operatividad de sus membranas. Por eso, es muy necesaria una adecuada planificación y que los trabajos de mantenimiento se centren en atender periódicamente las pautas indicadas por el fabricante. De esta forma, se garantizará el funcionamiento y la vida útil de las membranas y de los demás componentes de la planta.
Un buen mantenimiento preventivo comienza con la toma y seguimiento de los datos operacionales, los cuales se recomienda registrar una vez por turno. La obtención de estos datos efectuada de manera periódica permitirá normalizar la planta.
La normalización de datos es un método que se usa para entender el rendimiento de las membranas en un sistema de ósmosis inversa. El rendimiento, es decir, el flujo de permeado, el rechazo de sales y la caída de presión, son todos parámetros influidos por las condiciones de operación, como la temperatura y la presión y, además, por el grado de ensuciamiento, incrustación y degradación de la membrana. Dado que estos factores están siempre cambiando, la comparación de los datos reales es difícil, ya que no hay condiciones de referencia comunes.
Uno de las utilidades de la normalización de datos es que corrige los cambios en las condiciones de operación (temperatura, presión y concentración), de manera que el rendimiento de las membranas solo sea en referencia a ensuciamiento, incrustaciones y degradación. En ese sentido, nos proporciona un punto de referencia común, que son las condiciones de inicio con las que se comparan todos los datos. Por lo tanto, posibilita determinar la condición de las membranas, ya sea que estén sucias, incrustadas o degradadas.
Adicionalmente, junto con la toma de datos operacionales, se debe realizar un control periódico de la calidad del agua, haciendo un análisis tanto del agua cruda (sin tratar), como del agua purificada o producto. Esto permitirá tomar medidas correctivas en caso de ser necesario.
Sumado a lo anterior, contar con un registro de los mantenimientos preventivos y correctivos efectuados desde la puesta en marcha del sistema nos ayudará a establecer cuál es el periodo ideal para un servicio preventivo. Así, en caso de que se cambie el personal que opera la planta no se perderán los antecedentes.
Respecto a esta actuación preventiva en las membranas también tenemos que considerar la necesidad de procesos de prefiltración y/o dosificación previos, para eliminar los diferentes compuestos activos que pudieran existir en el agua de alimentación. De este modo, en la etapa de diseño de la planta se pueden establecer los pretratamientos que complementarán y optimizarán los resultados del mantenimiento.
Ensuciamiento y limpieza
El ensuciamiento de las membranas es un fenómeno normal en los sistemas de ósmosis inversa. Es reversible siempre y cuando una limpieza química se realice correctamente y a tiempo.
La frecuencia con la que se necesita efectuar la limpieza de las membranas de ósmosis inversa depende de la concentración de sales en el agua de alimentación, del correcto pretratamiento de la misma y del porcentaje de rechazo con que se opera la planta.
Esperar demasiado tiempo para limpiar las membranas de seguro provocará incrustaciones permanentes. Sin embargo, asearlas con demasiada frecuencia dará como resultado una vida útil más corta del componente, debido a su destrucción por las condiciones de limpieza (pH y temperatura) y de los productos químicos. Por ende, no se recomienda la limpieza basada en un calendario, sino en función del rendimiento.
Por otra parte, la efectividad de la limpieza química está determinada en gran parte por la elección del limpiador. Existen compuestos específicos para cada tipo de ensuciamiento. De modo general, las soluciones ácidas facilitan la dispersión de los contaminantes inorgánicos, mientras que las soluciones básicas hacen lo propio respecto de los orgánicos.
Antes de ejecutar el procedimiento de las limpiezas que necesita una planta recomiendo hacer un análisis al agua de alimentación. Porque cuando se conoce la química del agua de alimentación se puede predecir la naturaleza del ensuciamiento.
En resumen, las membranas se ensucian y se incrustan, pero si somos metódicos con la toma y el análisis de los datos operacionales y adoptamos acciones rápidas, podremos evitar daños irreversibles y alargar su vida útil.