Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Los cambios que vendrán

Sebastián Videla
Consultor Ambiental



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A más de un año desde la aparición de SARS-CoV-2 en China, el mundo advierte alguna salida a la crisis sanitaria más grave en 100 años.

Por ahora las esperanzas están puestas en vacunas que se irán aprobando por la vía de urgencia. Algunos países se preparan para otras pandemias, como es el caso de Alemania, donde se plantea crear centros de reserva de materiales y equipos distribuidos en su territorio, tales como mascarillas, respiradores, trajes de protección, medicamentos, destinando unos 1.000 millones de euros, que estarán implementados el 2023.

Se ha comprobado que los contagios provienen de dos fuentes principales: espacios públicos y casas. Más allá del sistema de salud, es relevante pensar en qué afectará esta pandemia al medio ambiente.

Al respecto, se observan dos áreas de trabajo, ambas relacionadas con el uso del espacio, tanto el público como el interior.

La necesidad de rediseñar la ciudad para que permita una mejor circulación y menos aglomeraciones abarcará un sinnúmero de área de proyectos, los que incluirían revisiones profundas de las regulaciones ambientales. Considerando la transferencia viral a través del aire, que además se ve facilitada por la contaminación, se espera que las respectivas normas de calidad sean más estrictas, bajando las concentraciones permitidas y agregando parámetros biológicos. Por otra parte, se establecerán normas sobre contaminación al interior (indoor), para casas, oficinas y fábricas.

Chile muestra un atraso considerable en estos temas. Hay que tomar en cuenta que no solo cambiarán las normas existentes, sino se agregarán otras. Es posible que se exijan seguimientos que son objeto de gran atención por especialistas que buscan la adaptación del espacio público a las nuevas exigencias. Sin embargo, se hace indispensable una visión holística con apoyo multidisciplinario y participación. Hay que considerar que en Chile las protestas sociales muestran otros requerimientos para tomar en cuenta.

Si no se actúa con una visión de protección de la vida humana se cometerán errores graves y el futuro estará comprometido. A la seguridad alimentaria e hídrica se debe sumar la seguridad biológica de los seres humanos, entendida más allá de lo tradicional, que entre otras acciones incluirá la vacunación universal.

Oscar Wilde decía que la experiencia es el nombre que se da a los errores. Corresponde pasar de esta visión negativa a una de mejor pronóstico, asumiendo las lecciones aprendidas.

Columna publicada en InduAmbiente N° 167 (noviembre-diciembre 2020), pág. 21.