El cambio climático y la pandemia están cambiando la perspectiva de la vida cotidiana. También el sector energético está siendo evaluado por la banca verde y las nuevas generaciones. La carbono-neutralidad es una meta clara y ahí, al menos en un 35% de disminución de emisiones se logrará con soluciones de eficiencia energética (EE), de la mano de Empresas de Servicios Energéticos o ESCOs. Según el informe ESCOs in NDC de Copenhagen Centre y The Global ESCO Network de 2020, con el trabajo de estas compañías se acelerará el cumplimiento de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), especialmente en cuanto a costo-efectividad e impacto a la hora de masificar las mejoras.
La Agencia Internacional de Energía (IAE) indica que para una reactivación sostenible será clave ocuparse de la huella de carbono, la productividad y los empleos; y en eso la eficiencia energética y las energías renovables (ERNC) juegan un rol clave. Según esta nueva forma de ver el mundo, el motor de la economía sostenible en Chile estaría supeditado al uso eficiente de la energía, cuyo gran potencial está asociado a los cambios de hábitos y de la forma de hacer negocios. La modificación de la relación entre un consumidor y sus proveedores de energía es un cambio de paradigma emblemático que debemos atender con urgencia, dado el giro vertiginoso del mundo y en pandemia.
La mejora continua del uso de la energía implica que la provisión del insumo se vuelva cada vez más un servicio. Sobre todo, cuando el uso es más especializado y dinámico, implicando inversiones y mayor conocimiento para su operación. Esta transformación es parte del corazón de las ESCOs, que entregan un servicio que va desde la selección de tecnologías, financiamiento y operación, asegurando el óptimo resultado para el proceso integral. El espíritu de estas empresas es cumplir con las mejoras y resultados para su propia sostenibilidad, por tanto, también son la herramienta más sana para enfrentar los desafíos que plantea la Ley de EE y nuestra NDC en la recuperación sostenible.
Las ESCO transforman el consumo de un energético (usualmente fósil e importado) en servicios profesionales y trabajos locales. Según la IEA, la EE es el rubro que más trabajos genera por unidad de inversión. Además, dado que la matriz carbono neutral que queremos aún no tiene solución tecnológica clara y que es casi imposible proyectarla en el largo pla¬zo, la gran certeza es invertir en una transformación en que el proceso mismo sea valioso y mejore los índices señalados.
Un país que use mejor su energía con una industria desarrollada de servicios energéticos puede aguardar mejor la futura matriz, cualquiera sea ésta: eléctrica, hidrógeno, u otra que aún no está en nuestros libros.
Columna publicada en InduAmbiente N° 170 (mayo-junio 2021), pág. 39.
La Agencia Internacional de Energía (IAE) indica que para una reactivación sostenible será clave ocuparse de la huella de carbono, la productividad y los empleos; y en eso la eficiencia energética y las energías renovables (ERNC) juegan un rol clave. Según esta nueva forma de ver el mundo, el motor de la economía sostenible en Chile estaría supeditado al uso eficiente de la energía, cuyo gran potencial está asociado a los cambios de hábitos y de la forma de hacer negocios. La modificación de la relación entre un consumidor y sus proveedores de energía es un cambio de paradigma emblemático que debemos atender con urgencia, dado el giro vertiginoso del mundo y en pandemia.
La mejora continua del uso de la energía implica que la provisión del insumo se vuelva cada vez más un servicio. Sobre todo, cuando el uso es más especializado y dinámico, implicando inversiones y mayor conocimiento para su operación. Esta transformación es parte del corazón de las ESCOs, que entregan un servicio que va desde la selección de tecnologías, financiamiento y operación, asegurando el óptimo resultado para el proceso integral. El espíritu de estas empresas es cumplir con las mejoras y resultados para su propia sostenibilidad, por tanto, también son la herramienta más sana para enfrentar los desafíos que plantea la Ley de EE y nuestra NDC en la recuperación sostenible.
Las ESCO transforman el consumo de un energético (usualmente fósil e importado) en servicios profesionales y trabajos locales. Según la IEA, la EE es el rubro que más trabajos genera por unidad de inversión. Además, dado que la matriz carbono neutral que queremos aún no tiene solución tecnológica clara y que es casi imposible proyectarla en el largo pla¬zo, la gran certeza es invertir en una transformación en que el proceso mismo sea valioso y mejore los índices señalados.
Un país que use mejor su energía con una industria desarrollada de servicios energéticos puede aguardar mejor la futura matriz, cualquiera sea ésta: eléctrica, hidrógeno, u otra que aún no está en nuestros libros.
Columna publicada en InduAmbiente N° 170 (mayo-junio 2021), pág. 39.