La evaluación ambiental consiste en un complejo proceso de comparación de una situación inicial de base con todos los efectos que, sobre el medio natural y humano, generará un proyecto. Es un proceso largo, multidisciplinario, especializado y basado en reglas. Además de todo lo dicho, debe incorporar la participación activa de la comunidad local.
Muchas veces los proyectos no son buenas noticias para el entorno en el cual se desarrollarán. Reportarán efectos ambientales de distinto nivel de significación que generarán, en mayor o menor medida, una alteración al sistema de vida y costumbres de las personas, lo que puede causar conflictividad. Por ello, a lo menos que debe comprometerse un proyecto es a informar anticipada y cabalmente de sus obras y/o actividades, impactos y medidas a la comunidad.
La estrategia participativa del equipo de comunidades de GAC apunta a instalar un sistema de diálogo y relacionamiento que permita consultar, proponer y gestionar en común asuntos relacionados con los proyectos. Esto no será un trámite fácil ni breve. Implica la realización de numerosas reuniones, con el apoyo de diversas técnicas y medios, para instalar un diálogo constante y regular, basado en la confianza y transparencia, con la perspectiva de aportar a mejorar el diseño de los proyectos, así como su impacto sobre el medio humano. Estos procesos son recomendaciones de la Guía de Participación Temprana en proyectos que se presentan al SEIA, publicada en noviembre de 2023.
La experiencia enseña que comunidades que comienzan a recibir información oportuna, por medio de un trato directo y respetuoso, con apoyo de medios adecuados, con rápida capacidad de respuesta, van generando climas de conversación que permiten alcanzar acuerdos e influir positivamente en el desarrollo de un proyecto. El secreto de cualquiera de las técnicas es la honestidad de la entrega y la permanencia en el tiempo. No hay que pasar rápido para cumplir, hay que saber quedarse y escuchar.
El sistema de diálogo que proponemos tiene un significado especial durante el proceso de evaluación ambiental, porque permite dar a conocer el proyecto en etapas tempranas, incorporar y resolver inquietudes y co-diseñar medidas y compromisos ambientales voluntarios. Pero el proceso no se acaba una vez obtenida la RCA, sino que debe extenderse durante toda la vida útil del proyecto, avanzando en los compromisos adquiridos con la comunidad y gestionando beneficios compartidos para el territorio y las personas donde se emplaza el proyecto.
Columna publicada en InduAmbiente n° 189 (julio-agosto 2024), página 26.