Los salmónidos (truchas y salmones) presentes en Chile son todas especies exóticas y carnívoras que fueron introducidas al país en distintos momentos históricos. En un principio fueron traídos para "sembrar" los ríos de Chile para la pesca deportiva, y su presencia en cursos de agua dulce se considera como responsable de la pérdida de biodiversidad, en particular, por la depredación de peces nativos.
Desde principios de los 90, hemos visto que los cultivos de salmónidos (trucha, coho y salmón del atlántico) crecen sin parar en las regiones australes de Chile, pasando de una producción anual de 29.000 toneladas en 1990 a casi un millón de toneladas a fines de 2021. Vale decir, un alza de más del 3.400% en 31 años y un incremento promedio que supera el 100% anual, lo cual evidentemente causa impactos ambientales relevantes.
Si bien los centros de cultivo de salmónidos son evaluados ambientalmente, lo hacen vía Declaración de Impacto Ambiental, lo que hace más difícil tener una visión del impacto que la industria genera en los territorios, sobre todo, en las áreas protegidas. Entre las principales afectaciones podemos destacar: el uso de químicos y antibióticos que caen al agua; la mayor carga de nutrientes en la columna de agua producto de las fecas y alimentos no digeridos en el entorno de las jaulas de cultivo, lo cual aumenta la posibilidad de florecimientos algales nocivos (FAN); un mayor tránsito de embarcaciones que transportan peces, vivos o muertos, e insumos para los centros de cultivo; y un notable incremento en la cantidad de desechos inorgánicos (cuerdas, rejas, estructuras metálicas y otros) en la zona salmonera.
Desde Fundación Terram consideramos que es importante reducir al máximo el impacto de esta industria al interior de las áreas protegidas de la Patagonia chilena, pues varios de nuestros parques y reservas nacionales terrestres contienen porciones marinas, donde incumpliendo los convenios internacionales y la legislación nacional se ha autorizado la presencia de centros de cultivo de salmones.
Una investigación periodística elaborada por Terram identificó que habría 280 concesiones salmoneras en causal de caducidad dentro de áreas protegidas de la Patagonia chilena, número que tras conversaciones y aclaraciones con autoridades de Gobierno (Subpesca, Sernapesca, SSFFAA y Medio Ambiente) solo ha podido ser reducido a 268 concesiones en causal de caducidad. Esto nos da cuenta de la existencia de un Estado negligente que no hace respetar su propia legislación y de servicios públicos que no son capaces de coordinarse entre sí. Por eso, esperamos que las autoridades de turno honren la palabra del presidente Gabriel Boric y trabajen para caducar concesiones y sacarlas de las áreas protegidas sin relocalización.
Columna publicada en InduAmbiente 180 (enero-febrero 2023), página 46.