El sector minero chileno ha evolucionado notablemente desde prácticas basadas en el cumplimiento de control con un incipiente desarrollo de normativa ambiental, hasta el enfoque actual que prioriza aspectos ambientales, sociales y de una gobernanza éticamente responsable (ESG), a través de procesos y procedimientos centrados en indicadores de desempeño no financieros que permiten mejorar su competitividad y viabilidad en el largo plazo. Por ello los grandes grupos mineros presentes en Chile están comprometidos con esta visión, reportando sus avances en informes de sustentabilidad que siguen las directrices del Global Reporting Initiative.
Recientemente, la consultora internacional PwC publicó su 18º informe anual. Considerando las 40 principales mineras que operan en bolsa, el reporte muestra que, en comparación con el año 2019, en las compañías con altas calificaciones ESG la utilidad neta aumentó en un 15%, el efectivo disponible creció un 40% y la capitalización de mercado se elevó casi 66%.
En Chile, además, durante los peores momentos de la pandemia, este tipo de enfoque permitió que las empresas se movilizaran a través de una administración con alto nivel de procedimientos y protocolos para validar su utilización. Esto incluyó el teletrabajo y la automatización en donde existiera factibilidad, pese a lo conservador del sector. Finalmente, este cambio resultó un gran éxito ya que se mejoró la producción con menos recursos en terreno, generando enormes beneficios no sólo económicos. Esta tendencia se debiera mantener dentro de las prácticas habituales de las empresas mineras para así conseguir la esperada transformación del sector hacia una mayor eficiencia.
El Estado hace años viene trabajando –a través de diversas instituciones relacionadas al sector minero, energía y ambiental– una diversidad de programas que se enfocan en innovaciones tecnológicas limpias y de descontaminación, y aspectos de economía circular que están hoy al alcance del sector, con miras a posicionarlo a la vanguardia y asegurar en el largo plazo el beneficio que la minería trae a todos los chilenos.
El buen resultado de la aplicación de las políticas ESG en las empresas mineras debiera también aprovecharse para avanzar en la solución de otro tema relevante: los pasivos ambientales mineros. Lamentablemente, aún nadie se responsabiliza de su debido análisis y menos de su reparación, permitiendo que este problema siga reposando por años a la vista y paciencia de todos. Esperamos la voluntad del Estado para priorizar una Ley de Pasivos.
Columna publicada en InduAmbiente N° 172 (septiembre-octubre 2021), pág. 55.