Según señalan los antecedentes técnicos que sustentan la primera norma de emisión de olores publicada en Chile, que regula específicamente a los planteles porcinos, la mayor parte de las emanaciones odorantes provienen de fuentes difusas, vale decir, que no se canalizan mediante ductos o chimeneas. Por ello, dichas emisiones se deben medir y definir a través de una Tasa de Emisión de Olor (TEO) que es la forma en que también se expresan los límites que impone la norma.
¿A qué corresponde exactamente este concepto?, ¿Cómo se calcula? Especialistas responden esas interrogantes y entregan recomendaciones para llevar a cabo esta tarea de manera adecuada.
Definición y Cálculo
En términos simples, la Tasa de Emisión de Olor se puede definir como el "flujo odorante" que toda fuente emisora de olor es capaz de liberar al aire ambiente ya sea en forma directa o indirecta (en caso de estar al interior de alguna estructura mayor).
Así lo explica Héctor Vergara, Gerente de Diagnóstico de Envirometrika, empresa perteneciente al grupo TSG, quien añade que la norma de emisión de olores para el sector porcino especifica que la TEO corresponde a la "cantidad de sustancias olorosas que pasan a través de un área definida por unidad de tiempo. Lo anterior, es producto de la concentración de olor, de la velocidad y área de salida; o, el producto de la concentración de olor y la pertinente tasa de volumen de flujo, por ejemplo, en [m3/h]".
De acuerdo a la misma regulación, esta tasa se expresa en unidades de olor europea (ouE) en relación a una determinada unidad de tiempo: horas [ouE/h], minutos [ouE/min] o segundos [ouE/s].
¿De qué manera se calcula la Tasa de Emisión de Olor en las fuentes difusas, como las que existen en los planteles de cerdo?
Alejandra Hernández, Key Account Manager de Ecolife que es parte del grupo Nicolaides, responde: "Las fuentes difusas son aquellas que no tienen un flujo de aire residual definido, como lagunas o vertederos, espacios de gran terreno o en altura. En estos casos, se debe generar un flujo de aire definido sobre la superficie, mediante equipos diseñados para ello, y así poder llegar a un cálculo de TEO. El equipo dependerá de si la fuente difusa es aireada o pasiva".
Para medir en altura se debe generar un flujo de aire definido sobre la superficie, señala Alejandra Hernández.
Vergara entrega más detalles, indicando que este proceso relaciona tres variables principales: la concentración de olor en [ouE/ m3]; el caudal o flujo de emisión, dado por lectura directa o del equipo de muestreo, en [m3/h], [m3/min] o [m3/s]; y la superficie o área expuesta de emisión expresada en [m2]. Al multiplicar estas 3 variables, se obtiene la Tasa de Emisión de Olor expresada en [ouE/h], [ouE/min] o [ouE/s].
"En el caso de las fuentes difusas, según la norma de muestreo estático para olfatometría NCh 3386:2015, previamente se debe realizar una evaluación para categorizar si la fuente es difusa pasiva o activa. Esta definición estará dada principalmente en aquellas fuentes que, por su naturaleza o condición operacional, presentan inyección de aire (aireación) como parte de su funcionamiento y el caudal en su superficie es mayor o igual a 30 [m/h]. En ese caso se considera activa. De lo contrario, y al igual que las fuentes sin inyección de aire, se considera como pasiva. Esta categorización permite definir el instrumento y equipo adecuado para el proceso de muestreo", explica.
En Planteles Porcinos
¿Qué factores se deben considerar para realizar una adecuada medición de la TEO en los planteles porcinos?
Valeria Quintriqueo, Ingeniero de Ventas en Ecolife - Nicolaides, recuerda primero que la norma para este sector establece límites de emisión de olor para fuentes emisoras pequeñas, medianas y grandes, diferenciadas según la cantidad de cerdos de cada instalación. Luego añade: "En general, para calcular la TEO en planteles porcinos es necesario realizar un muestreo de olor en lagunas y en planteles considerando las condiciones más desfavorables. Esto implica considerar la máxima capacidad real, la mayor carga de animales con mayor tasa de emisión odorante, el volumen máximo de fuentes de área en uso y la operación".
Por su parte, Héctor Vergara destaca que TSG ha desarrollado más de 200 proyectos con análisis de más de 6000 muestras en distintos planteles porcinos y que, de acuerdo a esa experiencia y a la evidencia nacional e internacional, existen múltiples factores a tener en cuenta, principalmente relacionados con las condiciones estructurales, los ciclos operacionales/productivos y las condiciones meteorológicas.
El especialista señala que, según la norma, "en los planteles grandes se debe hacer el levantamiento de TEO tanto en las unidades de producción animal o alojamiento (pabellones de cerdos), como también en las unidades de manejo y tratamiento de residuos líquidos y sólidos. En términos generales, las emisiones de un plantel están en una relación 30%/70% respectivamente. Por el lado de planteles medianos, el levantamiento de TEO aplicaría principalmente a las lagunas de purines y área de compostaje, mientras que, en planteles pequeños, aplicaría sólo a las lagunas de purines".
Agrega que, a partir de lo anterior, los principales factores a considerar son:
• Laboratorios: Cumplimiento fiel de las directrices técnicas contenidas en las normas de muestreo (NCh 3386:2015, NCh 3431:2020) y análisis (NCh 3190:2010); contar con certificaciones y acreditaciones asociadas a la gestión de la calidad como la basada en el estándar ISO 17025; disponer de personal especialista y calificado, entre otros.
• Pabellones: Se debe considerar el tipo de crianza y caracterizar los ciclos de emisión de acuerdo a los distintos rangos de edad. Además, es necesario caracterizar la emisión según las condiciones estructurales, entre las que figuran el tipo de ventilación (cortinas, túnel, etc.), el piso (ranurado, no ranurado, semi ranurado u otro), y el sistema de limpieza (tradicional, flush, pit, etc.). También cabe tener en cuenta factores como el nivel de abertura de cortina y/o potencia de extracción en el caso de ventilación forzada y el rango horario (AM-PM-Noche) en que se hace la medición, entre otros.
• Unidades de tratamiento de residuos líquidos y sólidos: Al respecto, Vergara señala que esto depende principalmente del grado de manejo de residuos que tiene cada plantel. Por ejemplo, algunos cuentan con plantas de tratamiento de purines conformadas por varias sub-unidades (pozos, filtros, lagunas aeróbicas, lagunas anóxicas, estanques DAF, etc.), mientras que otros tienen biodigestores con lagunas de digestato. También hay planteles que manejan el material o residuo sólido mediante sistemas del tipo compostaje y otras instalaciones de menor envergadura que cuentan con un tratamiento más básico a través de sistemas de separación de sólidos y acumulación de líquido en lagunas.
"En todos los casos, es importante conocer el funcionamiento o ciclos operacionales de las unidades emisoras de olor (por ejemplo, los horarios de máxima recepción de residuos, los horarios de agitación, o los de volteo de pilas de compostaje); caracterizar en forma estructural y/o las dimensiones del punto de emisión de cada unidad; evaluar el efecto de la meteorología sobre el grado de emisión; y conocer condiciones especiales como la emisión antes, durante y después del volteo de pilas de compostaje, la edad o estado de compostaje de las pilas", advierte el ingeniero de TSG.
• Lagunas: Héctor Vergara comenta que existen planteles, principalmente medianos y pequeños con acumulación de purines, que consideran un tratamiento físico principalmente en los residuos y acumulación de la fracción líquida en lagunas. "En estos casos, siempre será relevante considerar tanto la caracterización horaria de emisión (AM, PM, Noche) como la evaluación en, al menos, estacionalidades invierno-verano para identificar la peor condición", apunta.
Recuerda, asimismo, que la norma indica que, en todos los casos, la evaluación de la TEO se debe realizar en la peor condición dentro de la operación normal de los planteles.
Sector Pesquero
La próxima norma de emisión de olores que debiera ver la luz es la que regulará a las plantas de harina y aceite de pescado, como también a las productoras de alimento para peces, cuyo proyecto definitivo está en proceso de elaboración (ver artículo en páginas 66 a 68).
¿Qué aspectos se debieran tener en cuenta en estas instalaciones para un cálculo correcto de la TEO? Alejandra Hernández plantea: "Es necesario considerar todas las fuentes de emanación de olor, como: área de recepción de materia prima, producción y disposición de producto terminado, planta de tratamiento de riles, chimeneas, pozos de pesca, y disposición de desechos cuando son retirados de las plantas con el fin de evitar filtraciones que provoquen mal olor en el camino".
A su vez, Héctor Vergara señala que los Estudios de Impacto Odorante que la empresa ha realizado para el sector desde el año 2013 en adelante les han permitido apreciar que en las plantas de harina y aceite de pescado la producción se basa en materia prima fresca (o húmeda), mientras que en las plantas de alimento para peces se ocupa principalmente materia prima seca, lo cual genera una primera gran diferencia entre ambas actividades que tiene un efecto directo en las emisiones de olor. "En ambos casos, la calidad y condición de la materia prima son aspectos a considerar para la correcta medición de TEO. Por ejemplo, el grado de frescura en el caso de materia prima húmeda implicará una menor o mayor generación de olor que, a su vez, va acompañada del grado de ofensividad de dichas emisiones", acota.
La TEO es el "flujo odorante" que una fuente emisora libera al aire ambiente, dice Héctor Vergara.
Añade que otros factores a considerar están relacionados con la operación en estas plantas, como el estado y grado de limpieza de los equipos y unidades de procesos que, al entrar en contacto con flujos y altas temperaturas, pueden presentar alto potencial de emisión de olores sobre todo si no están bien limpios.
Asimismo, indica que en aquellas plantas que cuentan con sistemas de tratamiento y remoción de olores, también hay que tener en cuenta el grado de eficiencia de estas soluciones para realizar un adecuado levantamiento de la Tasa de Emisión de Olor.
"Finalmente, y al igual que en el caso del sector porcino, la calidad en el muestreo y análisis, el cumplimiento detallado de los requisitos técnicos normativos para la toma de muestras y análisis de las mismas, son parte de los aspectos más importantes a considerar para la correcta medición de la TEO", concluye Vergara.
Tecnologías y Resultados
En relación con esto último, el especialista de TSG señala que las tecnologías y materiales que se deben usar en el proceso de cálculo de la TEO, están claramente definidas en las normas técnicas para muestreo (NCh 3386:2015 y NCh 3431:2020) y análisis (NCh 3190:2010). "En ambos casos, los materiales, dimensiones, principios de funcionamiento, etc. se encuentran estandarizados de manera de dar cumplimiento tanto a los aspectos técnicos como de calidad", dice.
Agrega que existen algunas tecnologías que, en forma complementaria, permiten acercarse a una buena caracterización del perfil de emisiones. "Por ejemplo, el monitoreo de algún o algunos gases odorantes como indicadores del perfil de concentración de olor mediante lectura y registros continuos vía sensores electroquímicos, permite tener una idea de las condiciones en que se puede tener un peak de emisiones. Son tecnologías complementarias a la evaluación de la Tasa de Emisión de Olor mediante olfatometría dinámica, pero que no logran reemplazar dicha técnica", advierte.
¿Cómo se garantiza la confiabilidad de los resultados en la medición de la TEO?
Desde Ecolife, Valeria Quintriqueo contesta: "Todos los procedimientos de medición, así como los materiales a utilizar están descritos en las distintas normas publicadas, y la Superintendencia del Medio Ambiente es responsable de verificar que la medición se haya efectuado de acuerdo con las metodologías. Además, cada norma establece sus requerimientos en sistemas de reporte y plazos de entrega que deben ser informados al Ministerio del Medio Ambiente".
Por su parte, Héctor Vergara plantea que la principal forma de garantizar la confiabilidad de los resultados es que –tal como se mencionó anteriormente– las empresas que desarrollen esta tarea cumplan las directrices técnicas contenidas en las normas técnicas de muestreo y análisis, y que los laboratorios cuenten con un Sistema de Gestión de Calidad con certificaciones y acreditaciones como la basada en el estándar ISO 17025.
También llama la atención sobre un punto que, según sostiene, ha sido poco estudiado: los movimientos y traslados del equipo de análisis para determinar la concentración de olor por olfatometría dinámica. "Al ser un equipo cuyo funcionamiento se basa en un rotámetro de masa y movimientos de flujos de aire y diluciones realizadas por piezas mecánicas y sondas internas, el transporte permanente del olfatómetro podría producir ciertos desajustes de partes y piezas que pueden implicar riesgos de descalibraciones y afectar la confiabilidad de los resultados", concluye.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 182 (mayo-junio 2023), páginas 62 a 64.