Los lugareños y pescaderos observaban la escena entre atónitos, incrédulos y preocupados. Nunca habían visto algo así. Sus preguntas se multiplicaban a cada momento y las respuestas tardaban en llegar. El 25 de abril pasado, cientos de chilotes fueron testigos de una masiva e inédita varazón de machas, que abarcó una franja de cinco kilómetros de largo y 1.500 metros de ancho, en la playa de Cucao, en la costa oceánica de la Isla de Chiloé.
El hecho tuvo una rápida explicación de los expertos: se debió a la marea roja, un fenómeno natural vinculado a cambios en la temperatura y a la acidificación marina.
“Se produce por una proliferación de microalgas de carácter nocivo que constituyen la base alimenticia de gran cantidad de especies de moluscos bivalvos, que filtran el agua, capturan la microalga y al consumirla incorporan las toxinas de éstas en sus tejidos, afectando a quienes las consumen”, explica un informe de la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria, Achipia, y el Ministerio de Salud.
Hasta hoy, sin embargo, hay quienes vinculan la irrupción de este fenómeno al vertimiento masivo y autorizado de salmones muertos, mar adentro, por parte de empresas del rubro a causa de un bloom de algas. La industria, por cierto, ha negado su responsabilidad.
La llegada de la marea roja a Chiloé y a otras zonas de las regiones de Los Lagos y Los Ríos, que ha privado de su fuente laboral a cientos de pescadores y a otros trabajadores vinculados al medio marino, generó un estallido social que se extendió por 17 días.
¿Qué ha sucedido realmente? ¿Qué responsabilidad tiene El Niño, el cambio climático y la industria salmonera en todo lo que ha pasado? ¿Qué efectos ambientales, sociales y económicas se han producido? En el siguiente informe, que recoge posturas diversas, entregamos algunas respuestas.
Conjugación de Factores
Según el documento de Achipia y Salud, en 2016 varios factores se conjugaron para generar la condición propicia para la aparición de la marea roja. Primero, un verano largo y especialmente caluroso, con temperaturas del mar que se mantuvieron por largos períodos especialmente altas, sobre los 20°C, cuando lo habitual es que sea de 14° C.
A su vez, el laboratorio de oceanografía física de la Escuela de Ciencias del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso concluyó que “las características meteorológicas y oceanográficas a inicios del verano 2016 estuvieron influenciadas por un intenso evento de El Niño que afectó el litoral chileno desde Arica a Puerto Montt durante gran parte de 2015”.
El informe también revela que, simultáneamente, se desarrolló un evento de florecimiento de algas nocivas causado por una intensa proliferación de “Alexandrium catenella” en las regiones de Aysén y Los Lagos. Añade: “Esta microalga es responsable del Veneno Paralizante de Marisco (VPM), que gradualmente se fue desplazando hacia el mar interior de Chiloé, afectando incluso el Seno de Reloncaví y la franja costera del Pacífico adyacente, causando la paralización de las actividades de extracción de mariscos, la que se mantiene desde inicios de marzo hasta la actualidad, sin indicios de terminar prontamente”.
Aportando otro factor, el académico del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Fernando Vio, sostiene que “el origen del fenómeno está vinculado a una situación de carácter global en la que el cambio climático es un factor preponderante que está afectando además el ambiente marino”. En la misma línea, Patricia Escárate, Presidenta del Colegio de Médicos Veterinarios de Chile, acota que “los efectos del cambio climático son determinantes en este tipo de eventos”.
Lea el artículo completo en InduAmbiente 140 (mayo-junio 2016).