Chile tiene el costo de energía más alto de Sudamérica, y eso tiene una incidencia relevante en la competitividad de los sectores productivos. Así ocurre en particular en la agricultura, donde alrededor del 95% de los productores del país corresponde a pequeños predios con escasa o nula capacidad para sortear esta situación.
A eso se suma que a nivel nacional casi el 40% de estos pequeños predios no cuenta con riego tecnificado, los sistemas de bombeo y de refrigeración utilizados son antiguos e ineficientes y no utilizan energías renovables ni equipos que ahorren electricidad. Además, se estima que sólo en Chile existen más de 300 mil pequeños productores agrícolas que no cuentan con un abastecimiento seguro y eficiente de agua y energía, factores clave no sólo para mantenerse y competir en el mercado, sino también para el sustento de sus familias.
Esta problemática fue percibida por importantes actores del sector público y privado (ver datos) que pusieron en marcha el proyecto “Tecnologías Innovadoras para mejorar la eficiencia energética (EE) y uso de energías renovables no convencionales (ERNC) en el sector fruta fresca en Chile”, financiado por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano del Desarrollo (BID). El principal objetivo de esta iniciativa es implementar en un nivel tecnológico avanzado, soluciones de eficiencia energética y uso de ERNC en pequeños productores agrícolas, así como hacer seguimiento al grado de adecuación y calidad de las soluciones efectuadas para mejorar la rentabilidad y el ahorro en este sector.
El trabajo también apunta a elaborar propuestas para introducir programas regionales y nacionales que promuevan el mejoramiento de sistemas de riego y la adopción de métodos de refrigeración con tecnología más eficientes utilizando energías renovables.
Eficiencia y ERNC
Gerardo Arancibia Moreno es ingeniero con un Ph.D y M. Sc. en energías renovables y jefe del mencionado proyecto. Al respecto señala: “En el caso chileno el costo de la energía es el más alto de Latinoamérica y por ende, el mayor gasto en el que incurren los pequeños agricultores. Nuestro objetivo es demostrar cómo el ahorro de energía y agua, así como un mayor uso de fuentes de energías renovables, pueden mejorar la rentabilidad de los agro-MIPYME”.
Para lograrlo, el proyecto considera:
- Desarrollar casos pilotos en que se ponga en práctica tecnologías que aportan al riego eficiente, así como sistemas de refrigeración avanzados que optimizan el consumo energético. “Actualmente muchos de estos sistemas se alimentan con energías convencionales y la idea es que puedan ser sustituidos por otros que ocupen motores de alta eficiencia y fuentes de ERNC, como módulos solares y pequeñas turbinas de viento. De esta manera, también aportarían a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”, destaca Arancibia. Añade que en este proceso el cobre juega un importante rol, ya que es un elemento clave en la generación de energías eficientes y alternativas, además de tener muy buenas propiedades conductivas.
- Capacitar a agricultores, consultores y agentes de gobierno en estos temas
- Formar personal técnico capaz de diseñar, mantener y reparar estos sistemas
- Difundir a la comunidad los beneficios de la utilización de sistemas de riego y refrigeración tecnológicamente avanzados.