Por Maximiano Letelier L.
Ingeniero Agrónomo, M. Sc.
Director Ejecutivo Corporación Reguemos Chile.
Considerando el actual escenario económico, con un bajo dinamismo de la economía y una proyección minera no muy alentadora, el uso eficiente de los recursos es prioridad para sustentar y expandir la actividad productiva. En ese sentido el agua es un insumo clave, cuya demanda ha experimentado un crecimiento vertiginoso durante la última década.
Lo anterior, sumado a la sequía estructural que afecta al país, hace necesario tomar cartas en el asunto para abordar los problemas de disponibilidad hídrica. Carencias que a nivel local se vinculan más a una distribución dispar de las reservas –concentradas en el sur– que a la falta del recurso.
El proyecto “Reguemos Chile” plantea enfrentar este panorama a través de un cambio de cara a la agroindustria. Ello, por medio de un fuerte aumento de la superficie irrigada en el país y, de ese modo, incrementar al doble el área bajo riego distribuida entre Atacama y
La Araucanía.
Esta iniciativa es liderada por la Corporación Reguemos Chile, que preside el empresario agroindustrial Juan Sutil Servoin, y que cuenta en su directorio con destacados expertos ligados al agro y a la infraestructura.
Entre los objetivos que persigue, destacan la duplicación de las exportaciones de alimentos en los próximos 20 años y así transformar a Chile en la potencia agroalimentaria del hemisferio Sur. Para lograrlo, la entidad propone una serie de proyectos orientados a mejorar la infraestructura de riego. El más importante contempla la construcción de una carretera hídrica entre la III y VIII regiones.
Disponibilidad vs. Distribución
La disponibilidad de agua es variable a lo largo del país y, aunque la cantidad de agua por habitante e incluso por superficie de tierra en promedio es alta en comparación con el resto del mundo, existen zonas con serias limitaciones del recurso.
La escorrentía media total, es decir el volumen de agua procedente de las precipitaciones que escurren por los cauces superficiales, equivale a un promedio nacional per cápita de 51.218 m3/persona/año. Este valor es bastante más alto que la media mundial de 6.600 m3/persona/año y muy superior a 2.000 m3/persona/año, estimado internacionalmente como el umbral para el desarrollo sostenible (Banco Mundial, 2010).
Sin embargo, cuando este valor promedio se analiza por regiones, queda en evidencia la heterogeneidad hídrica del país.
En el proyecto “Reguemos Chile” se distinguen cuatro grandes zonas geográficas, diferenciadas por su disponibilidad de agua.
•III y IV: Estas regiones ya utilizan, en todas sus cuencas, la totalidad de sus recursos para el abastecimiento de agua. Muestran, además, un alto grado de eficiencia en el uso del agua, superando al resto del país. Por ello, el incremento en superficie de riego se ve limitado casi exclusivamente al surgimiento de nuevas fuentes de abastecimiento.
•V y RM: Corresponde a regiones que hacen un uso intensivo de sus recursos hídricos, lo que va aparejado con la existencia de grandes núcleos urbanos. Asimismo, poseen sub-zonas con serios problemas de abastecimiento de agua para riego.
Esta zona, en conjunto con la III y IV regiones, representa el mayor incremento de superficies regadas entre los censos de 1997 y 2007, debido principalmente a las altas rentabilidades del uso de la tierra.
Lea este artículo completo en InduAmbiente Nº 146 (mayo-junio 2017), págs. 20-23.