"La electricidad es una amiga útil a la que hay que tenerle respeto", escribió no hace mucho un prevencionista de riesgos. Y con toda razón, ya que una acción descuidada, negligente o irresponsable, tanto de un trabajador como de la empresa a la que presta servicios, puede tener consecuencias fatales.
Así lo comprobó un colaborador de ABB que en junio de 2017 murió electrocutado en la planta solar fotovoltaica (PSF) Bolero, en la región de Antofagasta.
Aunque los riesgos eléctricos son los más importantes, en estas instalaciones de generación de energía renovable no convencional también pueden ocurrir accidentes por otras causas. Una de ellas derivada de la conducción de vehículos motorizados. De hecho, en noviembre en 2022 otro trabajador perdió la vida en un volcamiento al interior de una instalación solar en la localidad de Inca de Oro, en la región de Atacama.
Tareas y riesgos
En una columna, Juan Ignacio del Río, director Nacional de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente del centro educacional Santo Tomás, expone que los trabajadores dedicados a la instalación de paneles fotovoltaicos se enfrentan a numerosos riesgos, "ya que deben realizar tareas muy diversas y en ambientes muy cambiantes, con labores en altura, en la intemperie, con conexiones eléctricas...".
Por todo ello, agrega, "es de alta relevancia diseñar guías, protocolos y documentos que aborden la 'mitigación' de los riesgos presenten en este tipo de labores. El instalador de paneles solares debe realizar diversas actividades, por lo que tiene que estar correctamente calificado en materias tan distintas como fontanería, electricidad, trabajo en altura, soldadura, sellado de accesorios, entre otros".
Consciente de lo anterior, Colbún lanzó hace unos meses su Programa de Seguridad Eléctrica, cuyo objetivo es establecer los requisitos mínimos en materia de equipamiento, capacitación, acreditación y protección personal que se deben cumplir cuando se realicen trabajos en instalaciones eléctricas.
En la ocasión, se presentó un video testimonial de tres trabajadores de la compañía -Elías Labiano, Belmar Núñez y Mario Zúñiga- que sufrieron incidentes eléctricos que marcaron sus vidas. El primero de ellos es actualmente el jefe de la central fotovoltaica Diego de Almagro Sur, en la región de Atacama.
En otro hecho destacado, Acciona Energía celebró recientemente 1.500 días sin accidentes en su planta fotovoltaica Usya, que opera en Calama (región de Antofagasta). "Hemos realizado un trabajo constante y sistemático con las plantas y parques para aplicar nuestros estándares, junto con los requisitos legales. El equipo de Usya ha destacado por su proactividad, compromiso y disciplina para llevar adelante estos procesos de implementación, mantención y mejora en materia de seguridad, lo cual se refleja en este importante hito", resalta Paula Belmar, subgerenta de Prevención de Riesgos Laborales de la empresa.
Acciona Energía celebró recientemente 1.500 días sin accidentes en su planta fotovoltaica Usya, que opera en Calama.
A juicio de la especialista, en la fase de operación de una planta fotovoltaica los principales riesgos a los que están expuestos los trabajadores son:
• Eléctricos (contacto y/o arco eléctrico): Presentes, principalmente, en actividades que se realizan en centros de transformación, subestaciones eléctricas y cajas de primer nivel.
• Por exposición a temperaturas altas y extremas (golpes de calor): Ocurren, sobre todo, en temporada estival debido a la realización de actividades al aire libre.
• Derivados de la conducción de vehículos: Durante los traslados hacia las plantas.
• Riesgos menores relacionados con el uso de herramientas manuales o accidentes de tránsito dentro de las instalaciones mismas.
Sistema de gestión
La mencionada empresa cuenta con un sistema de gestión certificado bajo la norma ISO 45.000 que ha implementado en todas sus instalaciones. "De este estándar se desprenden una serie de procedimientos que regulan nuestras operaciones en materias de seguridad y salud. Contamos con procedimientos para abordar los riesgos eléctricos y bloqueo de equipos, instructivo de seguridad vial, sistemas de permisos de trabajos, planes de capacitación, planes de inspecciones y observaciones de seguridad, procesos de auditoría, proceso de acreditación de contratistas, entre otros", detalla Belmar.
Añade que todo el personal que realiza maniobras eléctricas pasa por un proceso de entrenamiento con el objetivo de certificar sus competencias en estas materias. Además, considerando los diferentes riesgos, utilizan elementos básicos de protección, como casco, lentes de seguridad, chaleco reflectante y calzado de seguridad. Y, de acuerdo al nivel de riesgo que se haya definido, emplean ropa ignifuga, visera, bloqueador solar, guantes de seguridad y arnés de seguridad para trabajos en altura. "Todos estos elementos son certificados acordes a la normativa vigente", señala.
Junto a lo anterior, el personal de las instalaciones fotovoltaicas cuenta con la asesoría de un prevencionista de riesgos de manera parcial o completa. "A través de este profesional se planifica con los equipos que están en las plantas actividades de actualización de matrices de riesgos, revisiones de cumplimiento legal, ejecución de capacitaciones, despliegue de campañas de seguridad...
Esto ha permitido ir creando una cultura dentro de la organización que hace que día a día los equipos de trabajo sean más autónomos en este ámbito y realicen las actividades con un alto nivel de compromiso, lo cual se refleja en nuestros resultados de cero accidentes en la producción de energía fotovoltaica", afirma.
En caso de emergencia
Paula Belmar comenta que para atender adecuadamente cualquier accidente, los equipos de trabajo de la compañía están capacitados en primeros auxilios, recibiendo un entrenamiento anual con una asesoría especializada externa. "Adicionalmente, cada planta dispone de estaciones de emergencia tanto fijas como móviles. Estas últimas son llevadas a terreno durante la ejecución de actividades especiales", revela.
Especifica, asimismo, que para ejecutar trabajos eléctricos se dispone de panoplias de salvamento (panel con útiles necesarios para actuar en caso de accidente) y equipos de primeros auxilios, como chalecos de extricación y desfibriladores automáticos externos en todas las plantas. "También contamos con planes de emergencia que establecen, por ejemplo, los pasos a seguir y los lugares de atención de lesionados, siendo puestos a prueba anualmente en un programa de simulacros. Además, procesos de investigación definidos permiten determinar las causas de los incidentes para así tomar acciones que eviten su repetición", indica.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 192 (enero-febrero 2025), páginas 86 a 87.