Menos es más es una frase célebre en la arquitectura que también se puede extrapolar al mundo del transporte, y específicamente a la electromovilidad.
Lo anterior, porque el mantenimiento de los vehículos eléctricos (VE) demanda menos visitas al taller que sus pares con motor de combustión convencional, generando un importante ahorro de costos.
En Enel X lo explican: "Los motores eléctricos, a diferencia de los convencionales, tienen muchas menos partes movibles sujetas a desgaste (como el embrague) y no consumen líquidos. Además, el desgaste de las pastillas de freno también se reduce gracias al uso de un sistema de recuperación de energía durante el frenado. Y la vida útil de la batería es comparable a la del automóvil de combustión convencional y, por eso, no requiere un mantenimiento extraordinario. En conclusión, son más fáciles y baratos de mantener".
En una publicación, el fabricante KIA ratifica lo expuesto, pero asegura que "aunque no existen numerosos problemas de mantenimiento en los VE, es necesario realizar revisiones periódicas de sus sistemas eléctricos, incluida la batería, el motor y los dispositivos menores".
Tres Factores
Más en detalle, Cristian Contreras, gerente de Electromovilidad de Kaufmann, plantea que son tres los factores que permiten que el mantenimiento de los vehículos eléctricos sea más sencillo y menos costoso:
• Menos piezas móviles: Los VE tienen muchas menos piezas móviles en comparación con los vehículos de combustión interna. Esto reduce la ocurrencia de daños al existir menos elementos de desgaste.
• Menos fluidos: No requieren cambios de aceite ni mantenimiento de sistemas de transmisión complejos, "lo que disminuye los costos en este ítem asociados con cambios de aceite, filtros y líquidos de transmisión", destaca.
• Menos calor: Los motores eléctricos generan menos calor que los de combustión interna, lo que significa que hay menos estrés térmico en las partes del vehículo. "Así baja el riesgo de fallos y alarga la vida útil de componentes como las correas y las mangueras", comenta el especialista.
Los motores eléctricos generan menos calor, lo que alarga la vida útil de sus componentes.
En relación a los vehículos eléctricos para uso comercial, indica que su mantenimiento "cumple con los mismos principios indicados anteriormente, aunque por ser máquinas de trabajo, que recorren más kilometraje mensualmente, su frecuencia de visita al taller es más alta. Además, al estar todo el día en la calle se exponen a mayores riesgos, como siniestros, parabrisas quebrados, espejos rotos y otros incidentes, si bien esto último no difiere mucho de lo que puede ocurrirles a los vehículos a combustión".
Batería y Frenos
Para minimizar aún más los costos en mantenimiento en los VE, en KIA aconsejan poner especial atención y cuidado a su batería y sistema de frenos.
Sobre la primera, manifiestan que "es el componente más crítico, costoso y grande en un automóvil eléctrico. Dependiendo de cómo se le trate a éste y a su batería en particular, así como de los hábitos de carga del mismo, será la longevidad del vehículo".
En el Ministerio de Energía revelan que la batería representa aproximadamente el 50% de la inversión del vehículo, "y si bien la tecnología requiere poco mantenimiento, el riesgo de falla de la batería podría ser muy costoso".
De ahí que en la entidad recomienden no exponerla a temperaturas extremas (ni muy frías ni muy cálidas). "Para ello, algunos VE cuentan con sistemas de gestión de temperatura, lo cual requerirá la revisión de los líquidos refrigerantes con cierta frecuencia. Actualmente, los fabricantes ofrecen garantías que rondan los 8 años o 160.000 km aproximadamente, tras lo cual la batería puede reemplazarse. Para extender su vida útil es fundamental una adecuada gestión de recarga durante su ciclo de vida y una mantención periódica", acotan.
En concreto, sugieren:
• Evitar estacionar el vehículo expuesto a temperaturas extremas durante los meses de verano.
• Evitar la descarga profunda (menor a 20%) o según lo recomienda el propio fabricante.
• Realizar, preferentemente, la carga cotidiana con carga lenta y no rápida.
A su vez, en KIA se inclinan por mantener la carga de la batería, en la medida de lo posible, entre 20% y 80%. "Su carga completa frecuente la degrada más rápidamente. Y dejar la batería en un estado de carga baja durante un tiempo prolongado también tiene una influencia negativa, lo mismo que su exposición a temperaturas extremas", plantean.
Con respecto al sistema de frenos, especifican que al levantarse el pie del acelerador y/o los pedales de freno, se controla el motor eléctrico para que funcione como un generador, produciendo electricidad que alimenta al paquete de baterías. "El sistema de frenado regenerativo del VE reduce su velocidad al usar la resistencia del motor y envía energía a la batería que permite que las pastillas de freno duren más tiempo. Sin embargo, estos autos todavía tienen frenos de fricción, como una especie de sistema de respaldo, por lo que se debe saber que la presión determina la respuesta del pedal del freno y que hay que practicar buenos hábitos de manejo, sin presionar demasiado los frenos", subrayan en KIA.
Del mismo tenor es la explicación del Ministerio de Energía: "Como buena parte del frenado en los VE es regenerativo, lo que implica que se recupera energía mientras frena el vehículo, el recambio de pastillas se realizará con menor frecuencia (dependiendo del uso y de la configuración del freno regenerativo) que en los vehículos convencionales".
En la entidad estatal estiman que, por este concepto, las visitas al mecánico se reducen a la mitad.
Y agregan: "Para disminuir el impacto en la autonomía del vehículo se recomienda la aceleración suave y evitar frenados repentinos. Así se saca el mejor provecho al sistema de freno regenerativo".
Capital Humano
¿Existe hoy en Chile la infraestructura y el capital humano suficiente e idóneo para realizar este tipo de labores? Contreras da una primera impresión: "Esta tecnología, aún embrionaria en el país, demandará nuevas competencias y puntos de atención acorde a lo que requiere. Este es un factor fundamental que deben evaluar los clientes que están haciendo esta transición hacia la electromovilidad. Deben sentirse apoyados y atendidos no solo en Santiago, sino que a lo largo de todo el país. De hecho, tenemos la red de carga más larga de un representante de marca del sector automotriz: desde Arica hasta Punta Arenas".
Luego expone que Kaufmann, en particular, ha hecho capacitaciones en toda su red de servicio. "Nos hemos preocupado que en todas nuestras sucursales al menos haya un técnico con las competencias para trabajar en vehículos de alto voltaje, y que se den las condiciones que demandarán los clientes cuando visiten nuestras instalaciones", destaca.
Agrega que los talleres que se especializan en VE están aumentando y que sus fabricantes suelen ofrecer programas de capacitación para técnicos, "lo que ayuda a desarrollar el capital humano necesario para realizar el mantenimiento adecuado de estos vehículos", asegura.
Cristian Contreras plantea que los vehículos eléctricos no requieren cambios de aceite ni mantenimiento de sistemas de transmisión complejos.
Más allá de este ámbito, el experto hace un llamado para que todos los actores involucrados desarrollen y potencien el ecosistema de la electromovilidad, abarcando a las empresas que proveen infraestructura de carga, servicios de carga pública, telemetría, financiamiento y otros servicios.
"La experiencia de usuario debe aumentar significativamente a través de todo el ´customer journey', que en el caso de los VE es diferente a los de combustión", concluye.
Artículo publicado en InduAmbiente nº 184 (septiembre-octubre 2023), páginas 18 a 20.