La pandemia por el Covid-19 está golpeando todos los aspectos de la vida, desde la forma de trabajar hasta el cómo nos relacionamos. Las autoridades, empresas, sociedad civil y especialmente el personal médico a lo largo de Chile, están realizando esfuerzos extremos para sobrellevar la emergencia sanitaria y frenar el avance de contagiados y fallecidos a causa de este virus.
Sin embargo, en forma paralela convive otra catástrofe que sigue avanzando a pasos agigantados y que se suma a la crisis sanitaria por Covid-19. Se trata del escenario de profunda escasez hídrica que, por más de 10 años, continúa azotando a la zona central del país.
En ese contexto, Aguas Andinas lleva más de 8 años trabajando en un extenso plan para afrontar la sequía, con inversiones por US$ 500 millones que incluyen obras de interconexión para contar con nuevas fuentes hídricas, nuevos sondajes en zonas de mayor disponibilidad de acuíferos, un plan de eficiencia hidráulica y la ampliación de plantas de producción. Además, en el marco del modelo de economía circular que la empresa ha implementado con éxito y que ha sido reconocido por la ONU, apuesta por nuevos usos de las aguas regeneradas en sus propias biofactorías, las que son devueltas a los cauces naturales y utilizadas para el riego de cientos de miles de hectáreas. Esta alternativa se ha convertido en una opción real y sustentable para enfrentar la escasez hídrica, ya que luego de varios tratamientos resulta óptima, incluso, para el consumo humano.
Obras e Inversiones
En este escenario de doble crisis, la compañía no se ha detenido y mantiene sus obras e inversiones en la materia.
"Estamos conscientes que para enfrentar la pandemia del Covid-19 el agua es esencial, por lo que hemos desplegado una serie de medidas para asegurar la continuidad del servicio y apoyar a trabajadores, clientes y proveedores. Pero tan importante como lo anterior, es seguir generando las acciones que sean necesarias para enfrentar la sequía. No podemos detenernos y estamos desplegando, con estrictas medidas de seguridad, las obras que teníamos contempladas para enfrentar en mejores condiciones los desafíos que nos impone el cambio climático", afirma Jonás de Miguel, Director de Estrategia de Aguas Andinas.
Así, en paralelo a la adopción de medidas como la flexibilización de programas sociales para clientes, el confinamiento voluntario de sus trabajadores para evitar contagios y la ayuda a empresas proveedoras, la compañía ha continuado trabajando en alrededor de 40 obras de gran relevancia. Entre ellas destacan las relacionadas con la sequía, que permitirán hacer de Santiago una ciudad más resiliente ante emergencias climáticas.
Según los pronósticos meteorológicos, este año se proyecta igual o más complejo que 2019, periodo en que la Región Metropolitana registró precipitaciones similares a las de países como Qatar o Arabia Saudita, intrínsecamente desérticos. Aun así, en Aguas Andinas advierten que están preparados. Además de repetir las buenas experiencias como las campañas dirigidas a la ciudadanía y la firma de acuerdos con otros estamentos como municipalidades, se suma la realización de varias obras de emergencia que permitirán captar más aguas subterráneas y desde otras fuentes.
"A la fecha, en total hemos invertido alrededor de US$ 150 millones, y nuestro plan de sequía contempla llegar hasta US$ 500 millones. Además de lo mencionado, parte importante de los recursos se han destinado a los mega estanques de Pirque y a reforzar algunas plantas de tratamiento para obtener agua de mejor calidad. En una fase posterior, lo que viene son los proyectos de nuevos usos para el agua regenerada", agrega el alto ejecutivo de la compañía.
El Valor de la Economía Circular
Las aguas que se regeneran en las biofactorías de la empresa sanitaria son devueltas en su totalidad a los cauces y la posibilidad de reintegrarlas a la ciudad ha tomado mucha fuerza en el último tiempo. Dado que la disponibilidad hídrica está cada vez más amenazada por los efectos del cambio climático, particularmente por el fenómeno de la sequía, Aguas Andinas busca maximizar la eficiencia en el uso de los recursos hídricos disponibles y de los subproductos del proceso de potabilización y tratamiento.
En ese sentido, los nuevos usos que se le puedan dar a las aguas regeneradas en Chile son una posibilidad sustentable y concreta de cara a la escasez hídrica. Es una solución que ya se implementa en otros lugares como Europa, California o Singapur, en los que estos recursos se utilizan para riego de parques, campos deportivos, redes de bomberos, etc.
La consigna en estos tiempos es "No Olvidar". Es la recomendación no sólo de las empresas sanitarias sino también de los expertos respecto a la escasez de lluvias y al cambio climático, que este año se recrudecerán con o sin emergencia sanitaria por Covid-19. Son necesarias más campañas de sensibilización, inversiones y, en forma más definitiva, una mejor gestión del recurso hídrico y la actualización de la normativa en la materia para que se adapte a los nuevos desafíos.
Artículo publicado en InduAmbiente 164 (mayo-junio 2020), páginas 42-43.