La mayoría de las viñas en Chile ha adoptado una decisión que no tiene marcha atrás: embarcarse en el tren de la sustentabilidad. Un escenario en el que el cuidado del agua es una tarea fundamental, más aún considerando la crisis hídrica por la que atravesamos y los impactos proyectados del cambio climático.
¿Qué ha hecho esta industria para disponer del agua que requiere y usarla de manera eficiente? Un reporte de hace unos meses de InvestChile –la agencia pública que promueve la inversión extranjera en el país– destaca que la implementación del Código de Sostenibilidad del Vino de Chile, lanzado en 2010, logró que en solo 10 años más del 80% de las exportaciones de vino estuvieran certificadas en este ámbito y en responsabilidad social.
"Dado que el principal problema de sostenibilidad en Chile es la falta de agua y el uso eficiente de la misma, el Código ha trabajado para mejorar las prácticas de riego, utilizando información meteorológica y tecnología en el campo para aumentar la eficiencia en el uso del agua. Casi la totalidad de las viñas chilenas hoy cuenta con sistemas de riego tecnificado, especialmente de goteo, que es el más eficiente. Además, están invirtiendo en infraestructura hidráulica como pozos y tranques, y desarrollando proyectos que, por ejemplo, permitan reutilizar las aguas industriales para riego", señala el documento.
Para reforzar el trabajo en este y otros ámbitos de la sostenibilidad, desde el año 2003, productores vitivinícolas de distintas zonas del país han firmado media docena de acuerdos de producción limpia (APL). Solo en 2022, adhirieron a iniciativas de este tipo más de un centenar de pymes del rubro de los valles de Itata y Casablanca.
Dichos APL promueven la gestión sustentable del agua, fijando como meta en el caso de Casablanca una reducción en el indicador de desempeño en esta área de un 5%. Allí, el diagnóstico previo al acuerdo evidenció una disminución de los rendimientos y producción de vino debido al déficit hídrico de la zona, como uno de los principales factores.
Mirada Sectorial
Con sentido de urgencia. Así viene trabajando desde hace varios años el rubro para hacer frente al cambio climático y la escasez de agua, asegura Patricio Parra, gerente general del Consorcio I+D Vinos de Chile, entidad gremial que agrupa a la mayoría de los productores vitivinícolas del país.
En ese contexto, indica que las viñas "valoran la importancia de contar con buena información meteorológica, implementar prácticas agrícolas sustentables en el manejo del viñedo y usar tecnología que permita mantener una producción de calidad en armonía con un buen uso de los recursos hídricos".
Profundizando en las soluciones, plantea que el sector del vino está impulsando proyectos innovadores para adaptarse a los efectos del cambio climático. Y también está comprometido con las medidas de mitigación a través del manejo sustentable del agua, cambios en la gestión ambiental, reducción de la huella de carbono y otras medidas. "Todos aspectos considerados en nuestro Código de Sustentabilidad de la Industria Vitivinícola Chilena, que cuenta a la fecha con 84 viñas certificadas, las cuales representan más del 80% de las exportaciones de vino embotellado", subraya.
En concreto, los asociados cuentan con una red de estaciones meteorológicas que integran un sistema centralizado de información en la materia, que se basa en un modelo colaborativo para ampliar la cobertura y robustecer esta herramienta, la cual es parte de la Red Agroclimática Nacional (www.agromet.cl), a cargo del Ministerio de Agricultura.
"También se realizan acciones directas orientadas al menor uso de agua dentro de la bodega y en el lavado de cubas con equipos especiales o nuevos productos, aumento del riego tecnificado e inversión en equipos que optimizan el uso de agua, viticultura de precisión, manejo de canopia (conjunto verde de las vides), y prácticas de protección del suelo. Y existe una preocupación por la correcta gestión de las aguas residuales", detalla.
Para seguir avanzando, Vinos de Chile desarrollará, gracias a la adjudicación de fondos Corfo, el proyecto "Herramientas agroclimáticas y de agricultura regenerativa para enfrentar el cambio climático, disminuyendo brechas técnicas y de información para vides y frutales".
Patricio Parra resalta su importancia: "Esto permitirá abordar desafíos de gran relevancia para nuestro sector relacionados con el cambio climático, como mejorar el uso eficiente del agua de riego, la renovación de una parte importante de nuestra red de estaciones meteorológicas con nuevos equipos, y la evaluación de prácticas de agricultura regenerativa, situándonos al nivel de otros países vitivinícolas que cuentan con iniciativas similares".
Tecnologías de Riego
El desarrollo de posibles soluciones para disminuir el uso de agua intrapredial en la producción vitivinícola fue el objetivo del proyecto FIC "Transferencia I+D+i para Viñas Sustentables e Inocuas", que se ejecutó entre 2017 y 2020. Esto, mediante la utilización de nuevas tecnologías y manejos de riego que permiten obtener una mayor eficiencia que la de un gotero convencional (eficiencia nominal del 90%), los cuales han sido investigados a baja escala o en algunos casos se están utilizando comercialmente en otros países y/o especies.
Las soluciones aplicadas las recoge el documento "Acciones para gestionar el agua en vitivinicultura". Son las siguientes:
• Riego subsuperficial (enterrado): Permite mejorar el aprovechamiento de agua, dado que evita las pérdidas por evaporación y escorrentía superficial. También optimiza la eficiencia en la entrega de fertilizantes, ya que se administra el agua y los nutrientes directamente al sistema radicular, especialmente potasio y fósforo. Incorpora, asimismo, tecnología anti-sifón que impide la penetración de raíces y el ingreso de partículas al interior del emisor.
• Sistema "nano-riego" o "micro low-flow irrigation": Opera con emisores de bajo caudal (menos de 1 L/h), distribuidos en un menor espacio por metro lineal, para mantener una franja de mojado, lo cual evita pérdidas por percolación y escurrimiento. Requiere menor presión del sistema y, por lo tanto, reduce el gasto energético.
• Secado parcial de raíces: Sistema desarrollado en Australia que consiste en regar sólo una porción de la raíz de la vid, dejando la otra sometida a aflicción durante 15 a 20 días. Posteriormente se alterna el riego. El fundamento fisiológico es que la zona de raíces que se encuentra seca produce señales que terminan en una acumulación de ácido abscísico en las hojas, lográndose así disminuir la apertura estomática y, en consecuencia, la traspiración, aunque la baja en la tasa de fotosíntesis es menor. El clima mediterráneo de la zona central de Chile ofrece las condiciones óptimas para el correcto funcionamiento del secado parcial de raíces y sus principios, ya que no se presentan precipitaciones en verano que pudieran quebrar la dinámica que se espera.
• Mulch o acolchado: Logra disminuir el agua evaporada del suelo y aumentar la humedad aprovechable en los primeros estratos. En el proyecto se evaluó el uso de una malla de polipropileno de color negro con un peso de 90 g/m2, la cual evita las pérdidas de agua por evaporación desde la zona de mojamiento y, además, reduce la proliferación de malezas. Sin embargo, aumenta el uso de plástico en la faena. Para soslayar ese problema se pueden utilizar alternativas de origen orgánico para generar mulch como aserrín, guano, cáscara de nueces, paja de trigo y restos de maíz.
• Aplicación foliar de caolín: La caolina es un mineral reflectante que permite disminuir el daño por estrés térmico y golpe de sol a través de la protección del follaje de los efectos de la radiación ultravioleta e infrarroja. Así se reduce la temperatura de la hoja con lo que, a la vez, disminuye la transpiración y se evita un cierre estomático severo. En consecuencia, se afecta menos el proceso de fotosíntesis.
Durante la implementación del proyecto, en cuatro predios de O'Higgins, se consiguió reducir el consumo de agua entre un 25% y 50% del volumen aplicado. Lo anterior, con una baja menor de la productividad pero manteniendo el estatus hídrico de las plantas y, en algunos casos, con una mejora en la calidad del vino.
DATO:
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Línea de investigación en la Universidad de La Serena busca que las aguas residuales de las industrias vitivinícola y pisquera, vía fotocatálisis heterogénea, sean reutilizadas en riego de cultivos, en la humectación de superficies de trabajo o con fines sanitarios.
Artículo publicado en InduAmbiente 179 (noviembre-diciembre 2022), páginas 24 a 26.