La creciente demanda de energía para el desarrollo de proyectos industriales y productivos ha llevado al país a explorar nuevos rumbos y diversificar su matriz de generación. De esta forma, vemos cómo, junto con las fuentes convencionales, las ERNC hoy ganan cada vez más terreno en un rol de suministro complementario. Sobre todo, en rubros específicos, como la minería.
Sin embargo, los expertos aseguran que el uso eficiente de la energía, concepto más conocido como Eficiencia Energética (EE), es otra importante vía a través de la cual también pueden obtenerse los tan anhelados mega watts que alimenten las operaciones.
Un ámbito en que la aplicación de EE puede lograr avances son los sistemas de refrigeración industrial, que utilizan energía eléctrica para accionar compresores, motores y otros equipamientos asociados. Actualmente, el uso de frío industrial es muy utilizado por la industria de alimentos y asimismo por otros procesos industriales.
Según explica Luis Hinojosa, Gerente de Proyectos de Energía Sustentable de Poch, para hacer un aprovechamiento eficiente de la energía en la refrigeración industrial se requiere considerar varios aspectos. Primeramente, al realizar un diagnóstico energético, estima de suma importancia tener un conocimiento acabado de las instalaciones. “Los sistemas pueden ser variados y de diversa complejidad, por lo que es importante identificar los equipos asociados y generar un esquema de las instalaciones, además de representarlos físicamente en un layout de la planta”, señala.
El especialista añade que, idealmente, es de gran beneficio contar con un balance energético de las instalaciones, con el propósito de entender cómo se consume la energía de refrigeración en las diferentes áreas y equipos asociados.
Por su parte, Klaus Peter Schmid, especialista de INRA Refrigeración, destaca la relevancia de definir los parámetros de operación –diarios, mensuales o anuales– y señalar cuáles de éstos afectan el consumo de energía.
Al respecto, advierte que pueden existir estacionalidades de uso que deben identificarse con claridad.
Además, el ingeniero subraya que es recomendable el establecimiento de indicadores de consumo energético, como, por ejemplo, el consumo de energía eléctrica por toneladas de producto refrigerado (kWh/ton), u otro que sea representativo del consumo energético. “Esto ayudará a monitorear el uso de energía de las instalaciones”, sostiene.
Oportunidades
Luis Hinojosa afirma que hay varias oportunidades de EE en la generación de frío, una de las cuales es el aumento de la temperatura de evaporación. “Mientras mayor sea la temperatura de evaporación de un sistema de refrigeración, menor será su consumo de energía”, explica.
Por otro lado, puntualiza que la reducción del volumen específico del refrigerante, asociado al incremento de la temperatura de evaporación, afecta la capacidad frigorífica del compresor y las pérdidas en la línea de succión. En ese sentido, plantea que “es posible estimar que por cada 1°C de aumento en la temperatura de evaporación, podría obtenerse un aumento de un 4% a un 6% en la capacidad frigorífica del compresor”.
Algunas sugerencias para aumentar la temperatura de evaporación que el especialista menciona son: mantener los evaporadores libres de hielo; evitar obstrucciones al flujo de aire en las cámaras de frío y conservar los intercambiadores de calor sin obstrucciones (aceite, etc.).
Lea este artículo completo en Revista N° 133, páginas 110 a 111.