Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

CUESTIÓN DE APTITUD

CUESTIÓN DE APTITUD

Los ensayos de aptitud permiten a los laboratorios optimizar su desempeño



Como estudiantes, trabajadores o en otro roles, permanentemente debemos demostrar nuestras capacidades. En otra palabras, las aptitudes que tenemos para realizar determinadas labores. A los laboratorios de ensayo les ocurre lo mismo, debiendo someterse, de manera voluntaria o como exigencia, a ejercicios de intercomparación.

¿Para qué sirven? El Dictuc de la Pontificia Universidad Católica de Chile los resume en cuatro puntos: para determinar el desempeño de los centros de análisis; identificar problemas e iniciar acciones con respecto a las competencias del personal o el estado de los patrones, entre otros aspectos; establecer la efectividad y comparabilidad de nuevos métodos de medición/calibración, y simultáneamente monitorear los métodos establecidos; y dar confianza adicional a los clientes.

Programa Anual

Una de las empresas del rubro con participación permanente en los también llamados ensayos de aptitud es Análisis Ambientales (ANAM). Su Gerente Técnico, Arturo Givovich, relata la experiencia de la firma: “ANAM tiene un programa anual de participación, tratando en el lapso de 2 años de abarcar el 100% de las técnicas que se encuentran dentro de su alcance de acreditación. En el último ciclo de participación, 2014-2015, se evaluaron 493 parámetros y el record de resultados satisfactorios fue de 89,7%, cuestionables 5,3% e insatisfactorios 5,0%. De acuerdo a lo obtenido el desempeño es excelente, ya que demuestra que en su mayoría las técnicas están controladas”.

El ejecutivo pone de relieve que la empresa ha participado mayoritariamente en ejercicios internacionales, “ya que en Chile los parámetros que ofrecen en la intercomparación, tanto organismos privados como fiscales, son pocos en relación a las exigencias normativas”.

Añade que por la cantidad de parámetros evaluados, “los fallos son esperables y éstos detectan debilidades en la técnica, una alta imprecisión a niveles cercanos al límite de detección, necesidad de dilución a ciertas concentraciones, falta de puntos en la curva de calibración…”.

¿Qué aspectos recomendaría cambiar, mejorar y/o potenciar en estas rondas? “en su esencia no deberían sufrir cambios, ya que como lo requiere la NCh 17025 se debe evaluar a los organismos que ofrecen ensayos. Por eso, hay que suscribirse a aquellos que tengan una acreditación según la norma ISO/IEC 17043 “Evaluación de la conformidad — Requisitos generales para los ensayos de aptitud”, plantea el experto.

Luego sugiere: “lo que debe cambiar es la exigencia de participación en frecuencia y numero de ejercicios a los laboratorios de ensayo y calibración acreditados. Los organismos nacionales que basan su autorización en resultados de rondas interlaboratorios a veces evalúan éstos sobre la base de una población insuficiente de participantes, lo que motiva conclusiones aventuradas en relación a la operación de aquellos laboratorios que en estas condiciones salen insatisfactorios. Es bueno que los laboratorios nacionales se integren a ejercicios internacionales en donde exista una amplia participación, de manera que los estadígrafos resultantes tengan un alto grado de confiabilidad. También, en algunos casos, los resultados demasiado dispersos pueden dar luces acerca de la estabilidad de la solución de prueba en relación a uno o a algunos analitos estipulados en la evaluación”.

Lea este artículo completo en InduAmbiente N° 141 (julio-agosto 2016), págs. 90-92.