Desde los inicios de nuestra institucionalidad ambiental, Chile ha logrado importantes avances en la gestión de los residuos industriales líquidos (Riles). A partir de los ’90, sobre la base de normativas claras y el apoyo de incipientes proveedores de servicios de consultoría, las empresas han logrado ajustarse a las exigencias y así adecuar sus operaciones para hacerlas más sustentables.
Más tardía ha sido la historia del control de los residuos sólidos peligros (Respel). El DS 148, que establece los requisitos para su manejo, está vigente desde hace más de una década. Sin embargo, solo en los últimos dos años cobró real importancia, lo que ha generado un aumento en las fiscalizaciones por parte de la autoridad sanitaria a las industrias.
“Respel” se le denomina a la caracterización de los residuos industriales sólidos (Rises), por medio de la cual se realizan ensayos de laboratorio que permiten determinar si un residuo es peligroso o no.
“Por ejemplo, si un residuo es inflamable, corrosivo o tiene sustancias en su composición que presenten efectos adversos para el medio ambiente o la salud pública”, explica Daniel Sierra, Coordinador de Calidad de ANAM.
El especialista agrega que, gracias a esta categorización, es posible tomar acciones de resguardo para transportarlos de manera segura y determinar si son tratados para bajar su peligrosidad o bien disponerlos directamente en un relleno de seguridad.
ANAM creó una unidad de trabajo con dedicación exclusiva para este tema. Así, destaca el experto, la compañía enfocó sus esfuerzos en cumplir los requisitos de la Seremi respecto de los muestreos, como también “en aumentar nuestra capacidad analítica, sin perder la calidad, y en extender nuestro alcance a la evaluación de toxicidad aguda y crónica, lo que hoy nos permite entregar un informe de caracterización de peligrosidad completo, de acuerdo al DS 148”.
Competentes en el Área
Según Daniel Sierra, la principal fortaleza de ANAM es su staff altamente competente, conformado por profesionales de gran experiencia en temas de muestreo y análisis. “Esto nos ha consolidado como un equipo multidisciplinario capaz de aprovechar al máximo la tecnología de punta con que contamos, para entregar resultados confiables, sobre todo, cuando hablamos de matrices complejas como los Respel”, afirma.
En ese sentido –añade el químico industrial–, la manipulación y el tratamiento de las muestras son procesos críticos que no están del todo estandarizados. “Por lo tanto, la experiencia y la formación de los encargados de una caracterización son aspectos fundamentales para una correcta evaluación”, precisa.
Asimismo, Sierra destaca que ANAM es uno de los pocos establecimientos acreditados por la Seremi de Salud RM como “laboratorio privado de salud pública de caracterización de residuos peligrosos”. Junto con ello, está certificado por el Instituto Nacional de Normalización (INN), bajo la NCh-ISO 17025.of2005.
Geoquímica Ambiental
Daniel Sierra comenta que, dentro del rubro de análisis de residuos sólidos, ANAM apunta a convertirse en un referente dentro de nuestro país en lo relacionado a caracterización de Respel.
“Uno de nuestros más grandes proyectos es la incursión en la geoquímica ambiental, teniendo en proceso la implementación de los análisis de SPLP, test ABA y NAG, procedimientos enfocados a las evaluaciones de suelos mineros, específicamente, la determinación del drenaje ácido”, sostiene.
El Coordinador de Calidad de la firma añade que estos análisis son un indicador para decisiones posteriores con respecto al manejo de las operaciones mineras, “con el objetivo de reducir los posibles impactos al medio ambiente y poder estimar la vida útil de los suelos”.
Revise el artículo en Revista InduAmbiente N° 134, pág. 100.