En los últimos años, las exigencias y lineamientos para estimar emisiones y modelar la dispersión de contaminantes en proyectos que ingresan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) han aumentado exponencialmente, debido a mayores exigencias normativas y a las distintas guías publicadas por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Si bien los distintos criterios en general apuntan hacia la dirección correcta, existe una herramienta cuya utilidad no ha quedado clara en estas guías: el uso de modelos de dispersión del tipo "screening", lo que se ha traducido en que los servicios rechacen de "facto" su uso en muchas evaluaciones sin dar un fundamento, más allá de que esta herramienta no está considerada en dichas guías. Esto ha llevado a solicitar modelaciones más refinadas, con modelos como WRF/CALPUFF, en proyectos con bajas emisiones, de tipo temporal y/o con receptores sensibles alejados de las fuentes. Lo anterior, encarece los costos y tiempos para estos estudios, sin aportes significativos para una mejor evaluación ambiental.
Si bien los modelos de dispersión del tipo "screen" son más simples, resuelven la ecuación de la pluma gaussiana siendo útiles para evaluaciones iniciales. Además, requieren menos datos de entrada y están diseñados para proporcionar estimaciones rápidas de las concentraciones de contaminantes, suponiendo condiciones meteorológicas desfavorables para la dispersión y una dirección del viento que apunta siempre hacia el receptor evaluado, entregando resultados de concentración versus distancia respecto a una fuente emisora, lo que los convierte en una herramienta valiosa en evaluaciones de la calidad del aire. Algunos ejemplos de estos modelos son SCREEN3 y AERSCREEN en EE.UU. y ADMS-SCREEN en UK, donde son extensivamente utilizados para verificar la necesidad de uso de algún modelo de dispersión más refinado.
En el caso de EE.UU, según lineamientos de la U.S. EPA, los modelos de "screening" en conjunto con otros dos criterios, como son los umbrales en emisiones del PSD (programa de prevención de deterioro significativo) y los umbrales de significancia de concentraciones (SILs por sus siglas en inglés), permiten verificar si es posible descartar la necesidad de estimaciones más refinadas de los potenciales impactos en la calidad del aire de un proyecto en evaluación.
En conclusión, es perfectamente recomendable la utilización, como aproximación inicial, de este tipo de modelos para proyectos que ingresen al SEIA, sirviendo como elemento de descarte de modelos más complejos, con una debida justificación. Esto especialmente en el contexto de la necesaria optimización y modificación al SEIA, actualmente en discusión (SEIA 2.0).
Columna publicada en InduAmbiente n° 191 (noviembre-diciembre 2024), página 27.