Martes 12 de noviembre de 2024.- "Nos encaminamos hacia la ruina. No se trata de problemas futuros. El cambio climático ya está aquí... Llegó el momento de la verdad". Ese fue parte del mensaje de alerta que entregó el ministro de Ecología de Azerbaiyán, Mujtar Babaiev, como presidente de la 29ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP29), que se inició ayer en Bakú y se extenderá hasta el 22 de noviembre.
En medio de un mundo que va camino a batir un nuevo récord en el alza del promedio anual de temperatura y en que los liderazgos de las principales economías no han mostrado compromiso suficiente para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) -a lo que se suma el reciente triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos, reconocido negacionista del cambio climático-, la nueva cumbre anual del clima enfrenta dos grandes desafíos. Por un lado, lograr acuerdos para financiar las acciones de mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático; y, por otra parte, sellar compromisos de todas las Partes para que reduzcan de manera drástica y urgente sus emisiones de GEI de modo que se puedan cerrar las brechas existentes y mantener la esperanza de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.
En relación con lo primero, en Bakú ya se dio un primer paso con el acuerdo de normas estrictas para el funcionamiento de un mercado global de carbono, enmarcado en el artículo 6 del Acuerdo de París. Al respecto, el secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, señaló esta mañana: "Anoche, las Partes acordaron normas estrictas para un mercado de carbono centralizado en el marco de la ONU. Hay más trabajo por hacer, pero este es un buen comienzo, el producto de más de 10 años de trabajo dentro del proceso... Cuando estén operativos, estos mercados de carbono ayudarán a los países a implementar sus planes climáticos de manera más rápida y barata, reduciendo las emisiones. Estamos muy lejos de reducir las emisiones a la mitad en esta década, pero las victorias en los mercados de carbono aquí en la COP29 nos ayudarán a volver a esa carrera".
Reducción de emisiones
En cuanto a la urgente necesidad de reducir las emisiones de GEI, un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala: "Las naciones deben comprometerse colectivamente a reducir el 42% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero antes de 2030 y el 57% para 2035 en la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Asimismo, deben respaldar sus promesas con acciones rápidas; de lo contrario, el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París se tornaría, dentro de unos años, imposible de alcanzar".
Los países debieran consolidar sus NDC actualizadas a inicios de 2025, antes de que comiencen las conversaciones para la COP30 en Brasil. En ese marco, el informe del PNUMA sobre la brecha de emisiones 2024 advierte que la ambición en estas nuevas NDC se tienen que empezar a cumplir de inmediato o si no el mundo se encaminaría hacia un aumento de la temperatura de entre 2,6 y 3,1 °C a lo largo de este siglo, lo que provocaría consecuencias nefastas para las personas, el planeta y las economías.
El reporte asegura que, desde el punto de vista técnico, existe un potencial de reducción de emisiones en 2030 de hasta 31 gigatoneladas de CO2 equivalente (lo que representa cerca del 52% de las emisiones de 2023) y de 41 gigatoneladas para el horizonte 2035. Con ello se reduciría la brecha de emisiones para lograr el objetivo de 1,5 °C en ambos años, y el costo requerido estas medidas de mitigación sería inferior a 200 dólares por tonelada de CO2 equivalente.
Un incremento en el despliegue de tecnologías de energía solar fotovoltaica y energía eólica podría aportar el 27% de este potencial total de reducción de emisiones en 2030 y el 38% en 2035. Las medidas climáticas basadas en los bosques podrían aportar un 20% del potencial en ambos años. Otras alternativas importantes son las medidas de eficiencia energética, la electrificación y el reemplazo de combustibles fósiles en los sectores de la construcción, el transporte y la industria.
Para hacer realidad este potencial se requeriría concretar los objetivos planteados en la COP28 sobre triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar la tasa media anual mundial de mejora de la eficiencia energética para 2030, lograr una transición energética alejada de los combustibles fósiles, y conservar, proteger y restaurar la naturaleza y los ecosistemas. Todo ello, plantea el PNUMA, necesita de una movilización internacional sin precedentes y un enfoque que involucre todas las partes de los gobiernos, centrado en medidas que maximicen los beneficios socioeconómicos y ambientales y reduzcan al mínimo las repercusiones negativas.
Inversión necesaria
Con respecto a las inversiones necesarias para la acción climática, desde el PNUMA señalan que se requieren billones de dólares "para que los países reduzcan drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y protejan vidas y medios de subsistencia de los crecientes efectos del cambio climático".
Según el informe del PNUMA, para lograr un balance de cero emisiones netas, es necesario "multiplicar por seis, como mínimo, la inversión en las medidas de mitigación de emisiones, lo que debe ir respaldado por una reforma de la estructura financiera mundial, una firme implicación del sector privado y la cooperación internacional. Estos requisitos son asequibles: la inversión incremental estimada para lograr cero emisiones netas es de entre 0,9 y 2,1 billones de dólares anuales desde 2021 hasta 2050. Estas inversiones generarían beneficios en costos evitados en los ámbitos del cambio climático, la contaminación atmosférica, los daños a la naturaleza y los impactos en la salud humana. A modo de referencia, la economía mundial y los mercados financieros realizan transacciones que totalizan unos US$ 110 billones cada año".
En ese marco, plantea que este nivel de inversiones requiere que los miembros del G20 -responsables de la mayor parte de las emisiones totales- asuman un compromiso mucho mayor.
Participación chilena
La delegación chilena, encabezada por la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, llegó hoy a Bakú para tomar parte de la COP 29, donde participará de la segunda reunión del Club del Clima y empujará un programa latinoamericano para reducir metano en rellenos sanitarios.
En cuanto al desafío global de lograr un mecanismo de financiamiento climático en la cumbre de la ONU, la secretaria de Estado señaló: "Este año debiéramos ponernos de acuerdo en un número y en cómo se distribuye. Pero para eso, además se requiere alinear a los grupos financieros completos: desde el Fondo Monetario Internacional, pasando por las bancas de desarrollo hasta la caja de compensación del último pueblo de cada uno de los países. Eso es lo que nos va a permitir avanzar en acción climática y no retroceder".
Con respecto a la próxima actualización de los compromisos de reducción de emisiones de GEI, Maisa Rojas señaló: "Si se hacen correctamente, estos planes limitarán el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, y actuarán como planes de inversión que impulsan los Objetivos de Desarrollo Sostenible".
En el contexto de la Cumbre de Líderes Mundiales para la Acción Climática (WLCAS) que se realiza en esta COP, los miembros del Club del Clima presidido por el Gobierno de Chile y Alemania discutirán estratégicamente y en reuniones de alto nivel, maneras de fortalecer la cooperación de los distintos países. En representación del Presidente de la República, Gabriel Boric, la ministra Rojas abordará los desafíos que conlleva el camino hacia la neutralidad climática. "Debemos asegurarnos de que transitemos hacia economías de bajas emisiones con determinación, pero también considerando la transición justa, la perspectiva de género y los derechos humanos", expresó.
Por otra parte, con el objetivo de contribuir a la reducción de gas metano, el viernes la ministra Rojas participará en el lanzamiento del Programa de Cooperación Regional para el Cierre de Vertederos, una acción acordada en la pasada Sesión Especial del Foro de Ministras y Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, celebrada en septiembre y presidida por la propia secretaria de Estado en Río de Janeiro.
Este programa que cuenta con el apoyo de PNUMA y la Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC) busca transformar los modelos de gestión de residuos en Latinoamérica, priorizando prácticas de economía circular. Al implementarlo, se espera reducir la cantidad de rellenos sanitarios mejorando la infraestructura de disposición final y fomentando la inclusión social de recicladores, así como también, desviar y valorizar los residuos disminuyendo las emisiones de metano en un 35% para 2030 y hasta un 55% para 2050.
Durante la COP29, la ministra Rojas también sostendrá importantes reuniones, entre las que destacan su intervención en el High Ambition Coalition Leaders del miércoles y la reunión bilateral con Jennifer Morgan, representante especial para la política climática internacional del Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania, con quien cofacilitó la exitosa negociación de Pérdida y Daños en la COP27.