"La Ley Marco de Cambio Climático nos obliga a tener planes sectoriales y un Plan Nacional de Adaptación a dos años de promulgada la Ley, lo que se cumple este año. Estamos bastante avanzados, en proceso para que ese Plan pase por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático... Va a estar listo en los próximos meses". Las palabras pertenecen a la Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y dan cuenta del trabajo que lidera su cartera para actualizar una herramienta clave para que el país pueda afrontar las consecuencias de la crisis climática.
Así lo expone la secretaria de Estado: "Recordemos que nuestra Ley de Cambio Climático tiene dos objetivos: carbono neutralidad al año 2050, pero también resiliencia ante los efectos adversos. Son muchos los efectos adversos que ya estamos viviendo, como la sequía y también las inundaciones y eventos extremos asociados al régimen de agua en el país. Por lo tanto, la construcción de resiliencia a un mundo que se calienta a 1,5 °C como nos comprometemos a limitar en el Acuerdo de Paris, es lo que tiene que trabajarse en el país para adaptarnos a esos efectos adversos".
¿Qué aspectos se están reforzando y qué novedades incluirá este Plan en relación a las directrices para este eje establecidas en documentos anteriores?, ¿qué otros elementos convendría considerar? Eso es parte de lo que revisamos en este artículo.
Actualización en marcha
El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) busca entregar lineamientos transversales para articular las políticas y acciones impulsadas desde del sector público para avanzar hacia un país más resiliente ante los impactos de la crisis climática. Al respecto cabe tener en cuenta que, según datos del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el 54% de la población y el 12,9% de la superficie en nuestro país está expuesta a tres o más tipos de amenazas derivadas de dicho fenómeno.
En ese contexto, el PNACC establecerá objetivos, metas e indicadores de vulnerabilidad y adaptación, con miras a proteger a la ciudadanía y los ecosistemas frente a esta problemática.
El proceso de actualización en marcha reforzará las directrices para este tema incluidas en el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático publicado en 2017, que a su vez tomó como base el plan de adaptación aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático en 2014. Asimismo, incorporará nuevos conocimientos sobre impactos, vulnerabilidad y lecciones aprendidas, y sumará líneas de acción que han ido ganando espacio en los últimos años como herramientas necesarias para abordar la adaptación climática.
Así el renovado Plan incluirá, por ejemplo, temas relacionados con la reducción del riesgo de desastres, el enfoque de género y de pueblos indígenas y comunidades locales como población vulnerable al clima, directrices para implementar soluciones basadas en la naturaleza (SbN) y reforzar la seguridad hídrica, así como para elaborar estrategias financieras o fortalecer la cooperación pública-privada, entre otros aspectos.
Es importante considerar que el PNACC entregará las bases y los estándares mínimos para alinear y actualizar los planes sectoriales, regionales y comunales que también se están trabajando en el país, de acuerdo a lo estipulado en la Ley Marco de Cambio Climático. Sobre ese escenario, su alcance será mayor, ya que este cuerpo legal amplió de nueve a doce los sectores vulnerables (ver dato) en que se deben generar planes con medidas y acciones para responder a los efectos adversos al clima.
El proyecto de actualización del Plan Nacional es financiado por el Fondo Verde para el Clima y está siendo implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
El proceso comenzó en 2022 y, según destacan desde el Ministerio del Medio Ambiente, ha considerado el desarrollo de estudios e instancias de participación e interacción con diversos sectores de la sociedad (comunidades vulnerables, pueblos originarios, representantes de empresas y del sector privado, entre otros), con el objetivo de generar la información necesaria para construir el Plan.
"Gracias a este trabajo previo, en febrero de este año se dio inicio formal a la actualización del plan y se espera iniciar la consulta pública del anteproyecto durante el primer semestre de este año. Con ello, esperamos que se presente el proyecto definitivo al Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático a finales de este año", informan desde el MMA.
SbN, género, finanzas y más
El PNACC publicado en 2014 definió 8 líneas de acción transversales agrupadas en 4 temas (investigación científica, comunicación y educación ambiental, fortalecimiento institucional y reducción del riesgo de desastres), a lo que se suman directrices para el desarrollo y monitoreo del avance de los planes sectoriales de adaptación al cambio climático.
Sobre el escenario descrito, ¿qué aspectos específicos se están reforzando y qué elementos nuevos se están incorporando en este proceso de actualización del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático?
Desde el Ministerio del Medio Ambiente responden: "Se han hecho esfuerzos para abordar brechas significativas, entre ellas, la incorporación de lineamientos de género, soluciones basadas en la naturaleza y grupos vulnerables, entre otros. El Plan actualizado proporcionará guías con estos lineamientos para que sean incorporados principalmente en los instrumentos de gestión del cambio climático en todos los niveles territoriales, aunque también son útiles para acciones de adaptación en general. El Plan también considera medidas específicas para monitorear la incorporación de estos lineamientos por parte de los planes sectoriales y los planes regionales de cambio climático y se está diseñando su plataforma de seguimiento, de manera que los responsables de dichos planes puedan reportar esos avances de manera concreta".
Añaden que se sumarán "directrices y guías en torno a finanzas para la adaptación y un mayor involucramiento del sector privado. Adicionalmente, varias medidas apuntan a generar conocimientos e información a escala local y regional, para proveer de herramientas a los territorios para enfrentar el cambio climático".
En ese contexto, se están incorporando, por ejemplo:
• Líneas estratégicas para la observación y monitoreo del clima.
• Estudios de vulnerabilidad e impactos.
• Elementos específicos para evaluar vulnerabilidad interseccional (cuando se integran aspectos socio económicos y condiciones que pueden agudizar la vulnerabilidad y se agregan, por ejemplo, condiciones de discapacidad, género, rango etario, etnia) y sus correspondientes indicadores.
• Finanzas y tecnologías para la adaptación.
• Mejoras en el mecanismo de medición (monitoreo y reporte) que permitan identificar el incremento de la capacidad de adaptación y la reducción de la vulnerabilidad en el país y sus territorios.
De igual manera, con el proceso de actualización del PNACC se pretende:
• Avanzar en el desarrollo de un marco de resiliencia para el país e indicadores de resiliencia.
• Avanzar en temas de pérdidas y daños y costos de inacción.
• Generar capacidades en todos los niveles, y avanzar en educación, sensibilización y empoderamiento climático.
Varios de los elementos señalados son también mencionados por el Centro de Acción Climática de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), como aspectos que conviene fortalecer en el nuevo PNACC. Su Director de Adaptación, José Tomás Videla, plantea: "Son varios los aspectos que la actualización del PNACC debería reforzar, pero en resumen, se debe asegurar la vinculación efectiva de la adaptación climática con otros ámbitos de acción relacionados con el clima, la planificación y el desarrollo humano. Estos ámbitos son, como mínimo, la gestión y reducción del riesgo de desastres, la planificación y ordenamiento territorial, la participación y el conocimiento de los pueblos indígenas, y el enfoque de género. La mejor integración de estos aspectos resultará en una mejor adaptación climática".
En el Centro de Acción Climática PUCV también consideran prioritario integrar las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Macarena González destaca que estas soluciones han demostrado ventajas significativas en relación a las medidas convencionales para aminorar los riesgos climáticos y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. "Para Chile, un país particularmente vulnerable al cambio climático, las SbN podrían desempeñar un papel crucial en su adaptación, reduciendo riesgos climáticos y generando beneficios sociales y ambientales. Incorporar SbN en políticas y proyectos de desarrollo local, así como en planes comunales, regionales y a escala de cuencas hidrográficas, sería un primer paso significativo en esta dirección", comenta.
Añade que los planes sectoriales de adaptación pueden integrar estas herramientas para abordar los compromisos, objetivos y metas establecidas en la Estrategia Climática de Largo Plazo.
"Es crucial reconocer que las SbN no solo consideran acciones concretas, sino que también deben generar beneficios a corto y largo plazo para la biodiversidad, promover servicios ecosistémicos, mejorar la salud y resiliencia de los ecosistemas y contribuir al bienestar humano. Además, se deben implementar considerando un enfoque transversal y transdisciplinario, con la participación de diversos actores, incluyendo comunidades locales, grupos indígenas, mujeres e infantes, y fusionando saberes tradicionales y científicos", indica González.
La ingeniera civil explica que, para facilitar su implementación, se deben seguir una serie de pasos que incluyen la evaluación del contexto, la identificación del problema a resolver, el diseño técnico, la evaluación económica y la identificación de fuentes de financiamiento.
El nuevo PNACC incluirá medidas para el monitoreo del clima con miras a reducir el riesgo de desastres.
Seguridad hídrica
Considerando que la menor disponibilidad de agua es uno de los principales efectos del cambio climático a los que debe adaptarse gran parte del país, cabe preguntarse ¿se incluirán nuevos lineamientos para reforzar la seguridad hídrica?
Al respecto, en el MMA señalan: "El Plan entregará lineamientos en relación a soluciones basadas en la naturaleza, los que incluyen elementos de seguridad hídrica. Sin embargo, el corazón de los temas de seguridad hídrica y medidas específicas se esperan abordar a través del plan sectorial de adaptación al cambio climático para los recursos hídricos, el cual es de responsabilidad del Ministerio de Obras Públicas y
que se encuentra actualmente en elaboración".
En relación a esta temática, José Tomás Videla plantea que, en primer lugar, es necesario "comprender adecuadamente el concepto y las variables que inciden en la seguridad hídrica, que incluyen la variable climática y muchas otras que influyen en la cantidad y calidad de la oferta y demanda de agua. Lo anterior, considerando el contexto urbano, el rural, y también una creciente inseguridad hídrica en asentamientos tanto informales como formales en la periferia urbana fuera de las áreas de concesión sanitaria". Agrega que convendría, además, incorporar instrumentos y capacidades para monitorear dichas variables, lo que incluye la fiscalización efectiva tanto de la autoridad como de las empresas concesionarias y la comunidad; como también, la capacidad de tomar acciones preventivas y de respuesta y adaptación a una mejor oferta hídrica.
Macarena González, ingeniera civil integrante del Centro de Acción Climática PUCV, profundiza en la materia. "Es esencial adoptar directrices específicas que aborden tanto la disponibilidad como la calidad del agua", dice.
Luego, comenta que como muchos planes de adaptación fueron concebidos antes de la entrada en vigor de la Ley Marco de Cambio Climático, en 2022, es fundamental integrar las nuevas definiciones y enfoques establecidos por esta regulación, entre los cuales destaca "la inclusión de una definición integral de Seguridad Hídrica, que no solo considera la cantidad de agua disponible, sino también su calidad. Por lo tanto, las medidas adoptadas deben reflejar esta perspectiva integral".
Añade que, considerando que los riesgos de inseguridad hídrica pueden variar significativamente en cada cuenca del país, se recomienda adoptar un enfoque territorial para todas las medidas relacionadas con este tema, centrándose en la gestión por cuencas. "Es imperativo avanzar hacia una gestión integrada de los recursos hídricos de la cuenca, reconociendo el agua como un valor ambiental, social y productivo. Esto implica considerar tanto el agua superficial como la subterránea, así como su interacción con los diferentes usos del territorio. Este enfoque integral garantizará una gestión más efectiva y sostenible del recurso hídrico", enfatiza Macarena González.
La especialista advierte, asimismo, que una de las principales limitaciones identificadas es "la falta de datos hidrometeorológicos y de aguas subterráneas, lo que dificulta la definición de soluciones óptimas. Actualmente, la densidad de la red de monitoreo hidrometeorológico en Chile es insuficiente, con una estación de precipitación por cada 818 km², muy por encima de la densidad recomendada de una estación cada 5 km. En el caso de las aguas subterráneas, la Dirección General de Aguas (DGA) posee un número limitado de pozos de monitoreo distribuidos en diversas regiones y acuíferos, lo que subraya la necesidad de fortalecer y ampliar esta red de información para una gestión más precisa y eficaz de los recursos hídricos a nivel nacional".
Cooperación pública-privada
Si bien el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático entrega directrices para el trabajo desde el sector público, el proceso de actualización también ha puesto énfasis en fortalecer el involucramiento del sector privado. Así lo indican desde el Ministerio del Medio Ambiente: "Se está realizando un estudio que ha integrado trabajo con el sector privado y se incluirán medidas en el Plan que tendrán como objetivo implementar una hoja de ruta para la mayor participación del sector privado en la adaptación al cambio climático y para generar mejores mecanismos de cooperación pública-privada".
Agregan que en los planes sectoriales se deberían abordar rubros productivos específicos claves para la adaptación, para hacer más efectiva su incorporación en las políticas de cambio climático particulares de cada sector.
¿En qué áreas productivas se debiera poner más atención? José Tomás Videla responde: "Ante escenarios de mayor escasez e inseguridad hídrica, el énfasis debería estar en la resiliencia del sector silvoagropecuario y agroalimentario de la zona centro-sur y norte chico del país. En la zona centro y sobre todo el norte, se debería lograr la independencia hídrica del sector minero".
Riesgos de desastres
Reducir los riesgos de desastres asociados a los eventos climáticos extremos, como las inundaciones en el sur de Chile registradas el invierno pasado o las olas de calor de cada verano, es otra preocupación que debiera abordar el renovado PNACC.
De hecho, en el MMA aseguran que "se trabaja coordinada y colaborativamente" con el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED). De manera más específica agregan que se incluirán medidas para el monitoreo del clima, en coordinación con la Dirección Meteorológica de Chile, y que aportan a mejorar los sistemas de alerta temprana.
"Así se mejorará significativamente la información relativa a la ocurrencia de eventos extremos de origen hidrometeorológico y sus impactos y cómo éstos aumentan producto del cambio climático. Todo esto, mediante las evaluaciones de riesgo y estudios sobre la ocurrencia de estos eventos, considerando escenarios futuros de cambio climático, de manera de estudiar los posibles aumentos en la frecuencia e intensidad que tendrían estos eventos a futuro, como ha sido observado en el presente. Los resultados de estas evaluaciones se incorporarán en el Atlas de Riesgo Climático ARClim", anuncian desde la autoridad ambiental.
Además, se contemplan medidas que apuntan a capacitar a los equipos de las direcciones regionales de SENAPRED y mejorar su preparación en gestión de riesgos y adaptación al cambio climático.
Desde el Centro de Acción Climática PUCV, Videla sostiene que, para construir mayor resiliencia frente a los eventos climáticos extremos, "se debe asegurar una sinergia entre la adaptación climática y la reducción del riesgo de desastres (RRD). La adaptación climática puede aportar mucho con elementos de diagnóstico y prospección de escenarios, mientras que la RRD tiene mucho que aportar a la acción climática a la hora de implementar medidas de respuesta y recuperación. En ambos casos, el desafío principal es que dicha sinergia se debe dar no solo a nivel central, sino sobre todo a nivel regional y local".
Financiamiento
Contar con los recursos necesarios para concretar las acciones impulsadas para adaptarse al cambio climático también preocupa a las autoridades. Muestra de eso es que el Centro de Cambio Global de la Pontificia Universidad Católica está desarrollando el estudio "Financiamiento para la Adaptación Climática en Chile" –mandatado por el Ministerio del Medio Ambiente– que "incluye una guía de lineamientos generales para implementar estrategias de financiamiento estatal para adaptación a través del Sistema Nacional de Inversiones", exponen.
En el Centro de Acción Climática PUCV advierten que los distintos actores, y en particular los municipios, "tienen muchas dudas respecto al financiamiento de la acción climática en general, y en particular de la adaptación. A diferencia de la mitigación, el financiamiento de la adaptación está disperso en distintos fondos diseñados a nivel de acciones o proyectos específicos. Así que el Plan debiese aportar con orientación, opciones y ejemplos al respecto, e idealmente influir la Estrategia Financiera Climática para fortalecer el financiamiento de la adaptación", postula Videla.
Participación ciudadana
Otro aspecto relevante que incluirá el nuevo PNACC es el fomento a la necesaria participación de las comunidades en la adaptación climática. Para eso, primero se someterá a consulta pública –probablemente la segunda quincena de mayo– el anteproyecto de Plan que está en desarrollo, para recibir comentarios y observaciones de la ciudadanía e incorporar mejoras al proyecto final.
Además, en el PNACC se pretende incluir un plan comunicacional –a cargo del Ministerio del Medio Ambiente– enfocado en difundir información para mejorar la comprensión, educación y preparación de las comunidades ante el cambio climático.
DATO:
12
Planes sectoriales de adaptación se deben desarrollar y actualizar cada cinco años, señala la Ley Marco de Cambio Climático. A los 9 sectores vulnerables definidos con anterioridad (recursos hídricos, biodiversidad, infraestructura, salud, energía, silvoagropecuario, pesca y acuicultura, ciudades y turismo), se sumaron 3: minería, zona costera y transporte.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 187 (marzo-abril 2024), páginas 10 a 13.