Mantener las emisiones de olor bien controladas es una exigencia cada vez mayor para diversas actividades industriales. Es que, aunque todavía no existen regulaciones específicas en la materia (la más avanzada es la norma de emisión para el sector porcino que aún está en Contraloría), sí hay algunos instrumentos de gestión ambiental que imponen obligaciones al respecto para evitar perjuicios a las comunidades aledañas que, además, se muestran cada vez más empoderadas para hacer valer su derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación.
Una opción para cumplir esta tarea es implementar un sistema tecnológico para el monitoreo continuo de las emisiones odoríferas. ¿En qué casos resulta necesario y/o conveniente contar con esta herramienta?
Gerhard Schleenstein, ingeniero de proyectos de Ecotec Ingeniería que trabaja en esta área, responde: "Los motivos suelen ser múltiples. En primer lugar, tenemos industrias que requieren de un monitoreo continuo debido a que les aplica alguna norma de emisión, una resolución de calificación ambiental, un programa de cumplimiento o cualquier otro tipo de regulación. Luego, tenemos instalaciones que necesitan controlar condiciones de seguridad o de salud en los lugares de trabajo, para evitar la exposición a sustancias químicas. Adicionalmente, puede ser útil la supervisión de la calidad del aire en espacios interiores, por ejemplo, de una oficina para determinar si está afectando la productividad. Finalmente, el monitoreo continuo también puede contribuir a otro tipo de investigación, como la determinación de la huella de carbono global o las emisiones de metano de una actividad, por ejemplo, de un plantel de animales o de un relleno sanitario".
Aspectos a Considerar
Básicamente, los sistemas de monitoreo continuo están compuestos por equipos con sensores de diferente tipo, dependiendo del contaminante que se requiere medir. "Pueden ser electroquímicos, infrarrojos, de fotoionización, semiconductores de óxido metálico, entre otros. A eso habitualmente se agregan estaciones meteorológicas para determinar velocidad y dirección del viento", apunta Schleenstein.
En ese contexto, añade que la adecuada selección de los sensores es clave para contar con una solución de monitoreo adecuada y eficiente. "Los olores usualmente son originados por un sinfín de sustancias odoríficas diferentes y es un desafío cuantificar la situación de olor mediante un número reducido de sensores. Aparte de la sustancia a medir uno debe tener en consideración la sensibilidad y sensitividad del sensor, su vida útil y la factibilidad de realizar calibraciones. Y, desde luego, la cantidad de los equipos y los lugares donde se emplazan", detalla el especialista, mencionando además los principales factores a considerar en la implementación de proyectos de este tipo.
Estos sistemas pueden ser fijos o móviles y sus cualidades dependerán de los requerimientos externos o internos de cada empresa. "Pueden ser autónomos o no de una fuente eléctrica, contar con transmisión de los datos en tiempo real a una nube o solamente registrar los datos localmente. La verdad es que dependerá mucho de cada caso en específico", grafica Schleenstein.
El ingeniero civil ambiental comenta también que las técnicas de medición odorífera existentes se pueden combinar de distintas formas para cumplir con los objetivos propuestos. "En primer lugar, para determinar si la concentración de una sustancia odorífica supera su umbral de reconocimiento. También para determinar si la presencia de la sustancia química en el aire supera concentraciones consideradas nocivas", apunta. En ese contexto, plantea que el monitoreo continuo combinado con plataformas de gestión y modelación puede permitir la validación de quejas y reclamos presentados por la comunidad para confirmar si fueron justificados o no.
Caso a Caso
En relación a los costos que podría significar la implementación de estos sistemas de monitoreo, el especialista de Ecotec señala que éstos varían en función del alcance de los distintos proyectos. "Por ejemplo, el control del metano puede requerir un sensor de alta precisión. Otro proyecto puede requerir sólo la presencia de una determinada cantidad de humedad en el aire. El asesoramiento es la mejor opción: cada proyecto es único, por lo que cada solución puede adaptarse a los parámetros presupuestarios del cliente".
Gerhard Schleenstein comenta que las consideraciones mencionadas son también válidas para los sistemas de monitoreo continuo de las variables operacionales (pH, temperatura, caudal, entre otras) de los equipos de abatimiento de olor, y en algunos casos de gases odorantes, que exigirán las normas de emisión de olores que están en desarrollo. Al respecto indica que "por lo general, la medición de variables operacionales, tales como temperatura y humedad relativa, viene incorporada en los equipos".
Finalmente, el experto entrega algunas recomendaciones para optimizar la gestión de estos instrumentos tecnológicos para la vigilancia de los olores: "La mejor forma es realizar un diagnóstico inicial y comprender las necesidades específicas de la instalación del cliente, tomando en consideración las capacidades de la tecnología. Puede ser necesario desplazar los dispositivos de varias ubicaciones si no se ha identificado la fuente de emisión, por ejemplo. Generalmente, suele ser necesario optimizar el delicado equilibrio entre los requisitos de cobertura y las capacidades de detección de un dispositivo".
Artículo publicado en InduAmbiente 179 (noviembre-diciembre 2022), páginas 64 a 65.