Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

¿Qué pasa con los Riles?

¿Qué pasa con los Riles?

Especialistas analizan el nivel de cumplimiento de las normas para las descargas de residuos industriales líquidos y su esperada actualización.



La gestión adecuada de los residuos líquidos industriales (riles) y el control estricto de sus descargas son tareas fundamentales para cuidar la calidad de las aguas y proteger a las personas y el medio ambiente, más aún en los tiempos actuales marcados por la escasez hídrica.

Se trata de un ejercicio que a diario realizan numerosas empresas en nuestro país y que las autoridades siguen de cerca para evitar infracciones al marco regulatorio, cuyas principales normas, como son los Decretos Supremos 90 y 46, hoy están en proceso de revisión.

¿Cuál es el nivel de cumplimiento actual de los sujetos regulados?, ¿qué cambios y nuevas exigencias traería la actualización normativa?, ¿qué mejoras en el monitoreo, análisis y tratamiento de estos residuos se están aplicando?, ¿qué opciones y desafíos existen para optimizar el control de los riles?

Eso y más es parte de lo que responden y analizan cinco especialistas en nuestro habitual foro desayuno. Cabe señalar que también invitamos a participar en esta instancia al Ministerio del Medio Ambiente, pero lamentablemente decidieron no asistir.

Invitados:

Que pasa con los riles  02 300x300VERÓNICA GONZÁLEZ
Jefa de la Sección de Recursos Hídricos, en la División de Fiscalización de la Superintendencia del Medio Ambiente

Que pasa con los riles  06 300x300CARLOS GAJARDO
Gerente de Asuntos Ambientales de la SONAMI

Que pasa con los riles  03 300x300BELÉN RUZ
Jefa de Sustentabilidad en la Asociación Gremial Vinos de Chile

Que pasa con los riles  04 OKRODRIGO PARRA
Gerente Comercial del Laboratorio AGQ

Que pasa con los riles  05 300x300PAOLO GARCÉS
Gerente Comercial de Ecoriles

InduAmbiente: Para tener un panorama general sobre la gestión de residuos líquidos industriales (riles), quisiéramos iniciar esta conversación preguntándole a Verónica (González) ¿cuál es el nivel de cumplimiento hoy de las principales normas que regulan esta materia: el Decreto Supremo 90, referido a las descargas a cursos y cuerpos de agua superficiales, y el Decreto Supremo 46, que controla la infiltración a aguas subterráneas?

González: La fiscalización de estas normas de emisión implica un universo muy grande de controlados: actualmente son del orden de 750 unidades fiscalizables o establecimientos industriales que deben cumplir mensualmente con una cierta calidad en sus descargas establecida en las normas, lo cual implica que deben hacer mediciones y reportar sus resultados a la Superintendencia del Medio Ambiente, entre otras obligaciones. Se han desarrollado distintas herramientas informáticas para ayudar a este control, porque es muchísima la información y se debe evaluar de manera oportuna. Además, disponemos de información abierta a través de nuestro sitio web, donde se publican los datos reportados mensualmente por los titulares.

En cuanto al cumplimiento de las normas de emisión, hoy se evalúan seis o siete aspectos que incluyen temas técnicos y administrativos, respecto de los cuales a nivel nacional tenemos un promedio de 60% de cumplimiento. Ahora, si nos enfocamos solo en la calidad de las descargas de residuos líquidos tenemos, al menos, un 90% de cumplimiento mensual general en cuanto a los límites normativos. Es decir, es un porcentaje alto de cumplimiento, pero hay que tener también en cuenta que es tan amplio el universo de fiscalizados que el porcentaje "menor" de incumplimiento sigue siendo un número importante de fuentes que deben ir tomando medidas rápidas y permanentes para mantener las calidades en los riles exigidas en las normas de emisión.

InduAmbiente: ¿Y ese comportamiento ha ido mejorando o se ha mantenido en los últimos años?

González: En general, el cumplimiento de los límites normativos ha sido algo que se mantiene en porcentaje. Ahora, en la parte administrativa, que se refiere a la entrega de información y a la forma de reportar, hemos tenido un avance grande en los últimos años. Teníamos muchas infracciones, por ejemplo, por no cumplir con la frecuencia de las muestras a reportar o con el plazo que correspondía, y eso se ha ido corrigiendo.

InduAmbiente: ¿Cuántas empresas reportan mensualmente?

González: De las 750 unidades fiscalizables que aproximadamente controlamos, estamos recibiendo mensualmente cerca de 700 reportes. Ahora, cuando hablamos de ductos o descargas, los puntos de control son cerca de 850. Entonces, hay un nivel alto de cumplimiento. Siempre tratamos de ir mejorando y realizando acciones para que la información que nos llegue sea de mejor calidad, ya que eso nos permite efectuar informes de fiscalización y evaluaciones de cumplimiento mucho mejores.

Que pasa con los riles  09 300x300"Si nos enfocamos solo en la calidad de las descargas de residuos líquidos tenemos, al menos, un 90% de cumplimiento mensual general en cuanto a los límites normativos", señaló Verónica González.

InduAmbiente: ¿Los incumplimientos de los límites de emisión se concentran en algunos rubros y parámetros en particular?

González: Sí, se da más en algunos rubros, pero eso ocurre porque las unidades fiscalizables también se concentran en ciertos sectores: la gran mayoría de las fuentes que deben cumplir estas normas corresponde al rubro de pesca y acuicultura, seguido por la agroindustria. Por lo tanto, cuando se presentan incumplimientos se observan más en estos rubros y en parámetros orgánicos que son los más críticos asociados a estos sectores como la materia orgánica, coliformes fecales, etc.

InduAmbiente: Carlos (Gajardo), ¿las empresas mineras han encontrado dificultades para cumplir con las normas de riles?

Gajardo: Como en todo rubro, puede que haya empresas a las que les cuesta cumplir más que a otras, pero yo diría que no tenemos ningún inconveniente especial que nos impida o haga más dificultoso responder a estas regulaciones y entregar la información que requiere la autoridad.

Además, las empresas mineras han ido disminuyendo sus descargas. Ha habido toda una modernización en la forma de operar.

Garcés: ¿Esa disminución de las descargas se ha dado por mejoras en las plantas productivas o han mejorado la calidad del efluente para reutilizarlo en otros procesos?

Gajardo: Se han hecho las inversiones correspondientes a cada caso, ya que tenemos una gran variedad de faenas, partiendo por su tamaño: grandes, medianas, pequeñas.

InduAmbiente: Belén (Ruz), en el caso de Vinos de Chile tienen otras problemáticas, como el hecho de que los riles son estacionarios. ¿Cómo han abordado este tema?

Ruz: En nuestro caso, efectivamente, los problemas se dan en la época de la vendimia porque hay plantas muy antiguas en algunos casos y, a veces, puede ser que su capacidad para tratar riles no sirva para ese momento. Además, puede que en un año la vendimia sea muy alta y en otro sea muy baja, entonces hay que ir manejando las distintas descargas.

Nuestro principal problema es la materia orgánica, mantener la DBO5, pero las viñas han invertido harto, sobre todo, antes de la descarga de riles, por ejemplo, en el ahorro de agua en las operaciones para evitar ese problema en la vendimia.

También tenemos otra salvedad: la mayoría de las viñas trata los riles para después aplicarlos como agua de riego, vale decir, hay una reutilización de esos residuos. Muy pocas empresas descargan en aguas superficiales porque tenemos esa posibilidad de incorporarla al mismo viñedo o en otras áreas como los jardines.

Yo diría que la dificultad más grande que se nos ha presentado es el costo que deben asumir las empresas para transformar sus plantas de riles cuando su capacidad ya no da para el volumen que se produce. Esos cambios, muchas veces, implican millones de pesos e involucran una serie de aspectos técnicos y legales que las empresas tienen que atender para seguir funcionando.

InduAmbiente: ¿Qué tipo de tecnología utilizan mayormente?

Ruz: Muchas empresas están migrando a sistemas MBR.

Garcés: Como Ecoriles hemos entrado fuerte en los últimos dos años al sector de las viñas y, tal como dice Belén (Ruz), el problema es remover la materia orgánica para cumplir con las exigencias en DQO y DBO5, y la tecnología para hacer ese tratamiento hoy es de alto costo. Además, según dicen nuestros clientes, el negocio del vino ha bajado mucho...

Ruz: Así es. El año pasado fue el peor en 25 años...

Garcés: ...Y para tratar los riles en las viñas más grandes estamos hablando de inversiones de uno o dos millones de dólares. Entonces, nos preguntamos cómo las autoridades podrían apoyar a los privados para afrontar este tema. Sabemos que la responsabilidad del tratamiento de los riles es del industrial, pero como país tenemos que apoyarnos para avanzar en el tema medioambiental. Quizás se podría formar una mesa de trabajo público-privada, porque hoy no existe ningún subsidio para abordar inversiones de esa envergadura.

González: No que yo sepa. Lamentablemente, no hay acá algún representante del Ministerio que pueda hablar de las políticas públicas al respecto o de los criterios que están aplicando para la revisión de la normativa, porque en estos procesos la autoridad tiene que sopesar la realidad social, técnica, económica y ambiental.

Por otra parte, quisiera agregar que trabajo hace 15 años en el área de residuos líquidos y he visto que el nivel de desempeño de las empresas en relación a las normas de emisión ha ido mejorando: cada vez se incorpora más tecnología para reducir el consumo de agua o para mejorar la calidad en los tratamientos para poder reutilizarla en los procesos. Todo esto en concordancia con la realidad país y mundial, en que la escasez hídrica es una amenaza creciente y tenemos que cuidar cada gota.

RCA y muestreo

InduAmbiente: Rodrigo (Parra), como representante de un laboratorio especializado en el análisis de aguas y riles, ¿qué desafíos encuentran en su trabajo diario?

Parra: Primero, me gustaría decir que, con el paso del tiempo, las tecnologías van mejorando y muchas veces van apareciendo opciones más efectivas y más baratas. Entonces, debiera existir cierta flexibilidad en las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) de los proyectos para que las empresas puedan aprovechar esas mejoras, ya que muchas veces no pueden hacerlo porque están sujetas a una cierta forma de hacer las cosas establecida en su RCA y les impide hacer ese cambio. En ese sentido, hay un espacio de mejora que podría ayudar porque muchas veces las tecnologías avanzan más rápido que los proyectos o que sus procesos de evaluación.

González: De acuerdo, porque las RCA son bien rígidas, lo que en cierto sentido está bien porque necesitamos tener un marco conocido para que las empresas ejecuten sus proyectos, pero por otra parte nos topamos con esa dificultad técnica. Hay un desafío en cómo hacer más flexible una resolución de calificación ambiental en ciertos aspectos.

InduAmbiente: ¿Y los análisis de laboratorio también han ido evolucionando en esta área?

Parra: Los laboratorios cumplen hoy un rol como entidades técnicas de fiscalización ambiental (ETFA), lo que vino de la mano con la creación de la Superintendencia del Medio Ambiente. Nuestro trabajo, desde que comenzaron a regir estas normas que partieron en el año 2001 con el Decreto 90, siempre ha estado sujeto a los métodos que indican las regulaciones y eso no ha tenido muchas variaciones. En ese sentido, los laboratorios siguen funcionando con métodos bastante clásicos desde el punto de vista químico y ahí tienen ciertas limitantes, pero ocurre algo similar a lo que planteaba sobre la tecnología: hoy existen métodos nuevos, mucho más automatizados, que podrían ayudar a entregar resultados mucho más rápido para cumplir con los plazos de entrega que se exige a los titulares y así descomprimir el sistema, pero en las revisiones normativas que se han hecho al parecer no se ha analizado ese aspecto tecnológico, que no tiene que ver muchas veces solo con aspectos de rapidez, sino también de calidad del resultado.

Que pasa con los riles  11 300x300Rodrigo Parra planteó que existen métodos nuevos, más automatizados, que podrían entregar resultados de mejor calidad y mucho más rápido, pero las revisiones normativas al parecer no han considerado ese aspecto tecnológico.

InduAmbiente: ¿Y qué ocurre con la calidad de las muestras? Hace un tiempo, la SISS hizo una auditoría a las empresas sanitarias y a las empresas afectas al Decreto Supremo 609 y había un bajo cumplimiento de la norma técnica sobre muestreo en aguas residuales.

Parra: Dentro de las labores del laboratorio, un componente importante es la toma de muestras o monitoreo. Esa tarea también debe estar autorizada en su calidad de ETFA y para eso los laboratorios deben tener un sistema de calidad sujeto a la norma 17.025. En lo que respecta al muestreo en particular se deben cumplir ciertos requisitos relacionados con el tipo de envase, la temperatura de almacenamiento y con la adecuada cadena de custodia de las muestras. Yo creo que, en general, los laboratorios están cumpliendo con eso. Por ejemplo, una de las mejoras que nosotros estamos tratando de concretar este año busca digitalizar toda la información que se genera en el monitoreo en terreno y que a veces se escribe a mano, para lo cual estamos creando una plataforma en la que pretendemos reunir toda la información crítica para luego generar los informes correspondientes. Eso va a ayudar a evitar errores en el traspaso de los datos y también en la rapidez con que se pueda obtener esa información.

González: Para complementar lo señalado, quisiera comentar que el Decreto Supremo 90 y las normas de emisión contienen la metodología de ensayo y los métodos de muestreo que se deberían aplicar para el control de estas normativas. Ahora, para modificar una norma de emisión se debe pasar hasta por el Congreso, por eso es que durante todos estos años las metodologías de ensayo aplicadas se han mantenido, pese a que se han generado nuevas metodologías que pudiesen ser mejores o más rápidas. Entonces, el sistema se vuelve poco flexible. Sin embargo, en la revisión que ahora se está haciendo del Decreto 90 se pretende que los aspectos técnicos que son dinámicos, como las metodologías de muestreo y análisis, queden fuera del cuerpo normativo para que se puedan modificar y mejorar con mayor facilidad. Incluso, quizás se podría establecer que no exista solo una metodología, sino que pudiese haber alternativas para levantar el dato de ciertos parámetros.

Garcés: Con respecto al monitoreo, ¿los laboratorios y las autoridades no están pensando en automatizar estos procesos de medición?

Parra: La Superintendencia del Medio Ambiente está exigiendo a los titulares hacer ciertos monitoreos online, me parece que en el tema de aire principalmente, pero probablemente se pueda trasladar a otras matrices.

González: Sí, hasta el momento, estas normas consideran ciertos parámetros que pueden ser monitoreados de manera permanente y en línea, pero hay otros en que sí o sí se necesita el análisis de laboratorio. Es difícil automatizar todo, pero para allá vamos. Hay parámetros de control bien comunes en los que se puede hacer, como el pH, la temperatura y el caudal, pero no tenemos más instrumentos como para levantar información en línea que sirva para el control normativo. Podría haber mediciones en línea o fuera de un laboratorio que sirvan como referencia, pero no son datos que se puedan usar para decir si se cumplió o no la norma.

Garcés: Se los pregunto porque nosotros estamos implementando en algunos sectores industriales "sistemas de control" de fósforo, nitrógeno, sólidos, aceites y grasas, y caudal, así como sistemas de medición que hacen la corrección entre la DQO y la DBO. Estamos hablando de inversiones de 200 mil dólares y los costos de operación y mantención también son altos, por lo cual pocos industriales lo están haciendo, pero por ejemplo hay grandes empresas del rubro lácteo que están invirtiendo en esto.

González: Obviamente, mientras mayor control tenga una industria sobre sus procesos siempre es mejor, pero esos resultados, que aún no están contenidos dentro de la norma para ese tipo de medición, son referenciales y sirven para tomar decisiones internas, pero no para demostrar el cumplimiento en ciertos parámetros.

Tratamiento y reúso

InduAmbiente: Paolo (Garcés), de acuerdo a su experiencia, ¿el parámetro que más cuesta cumplir a los industriales sigue siendo la DBO5?

Garcés: Sí, sigue siendo la carga orgánica. Para afrontar eso, hemos trabajado en culturizar a los industriales. Siempre les decimos que los sólidos, aceites y grasas, la DBO son "pérdidas", entonces hoy nos estamos metiendo en sus plantas productivas para hacer producción limpia, lo que implica aumentar la eficiencia hídrica, pero eso nos genera un problema porque estamos concentrando el ril y tratar esa mayor concentración tiene un costo alto para el industrial.

Lo otro que vemos muy necesario es cambiar la cultura de los trabajadores de la industria porque muchas veces una empresa hace una inversión alta en una planta de riles y los trabajadores dejan de hacer algunas limpiezas en sus procesos y descargan todo a la planta. Entonces, hoy estamos trabajando con muchas industrias para hacer producción limpia, sacrificando un poco el negocio de nuestra empresa que es operar, mantener y construir plantas de tratamiento que generan beneficios ambientales, pero no económicos para las empresas.

InduAmbiente: Salvo cuando se llega a una calidad en el ril tratado que se puede reutilizar...

Garcés: Sí, pero hoy tampoco hay mucha cultura de reutilización. Trabajamos con industriales con los que hacemos reutilización de agua, pero ese efluente tratado con suerte lo podemos reutilizar para el lavado de camiones o bandejas, pero para los procesos de la industria de alimentos, que es el segmento en que estamos, es imposible.

InduAmbiente: Belén (Ruz), usted señalaba que muchas viñas hoy reutilizan los riles tratados para riego, ¿cómo ha sido el proceso para llegar a eso?

Ruz: En este caso, existe la norma del SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) que regula la descarga de riles para riego y como la mayoría de las empresas consideró esta opción desde un principio no han tenido necesidad de hacer inversiones grandes nuevas para llegar a eso. Sí se han hecho inversiones para ir probando otros sistemas que sirvan para tratar la mayor cantidad de materia orgánica que se produce principalmente en vendimia. Para eso se están viendo nuevas tecnologías, pero son súper caras y, como además no muchas empresas trabajan con números azules y las plantas de riles son solo gasto, se les hace difícil invertir.

Que pasa con los riles  12 300x300"La mayoría de las viñas trata los riles para después aplicarlos como agua de riego, vale decir, hay una reutilización de esos residuos", destacó Belén Ruz.

Garcés: Hay que tomar en cuenta también que está en vigencia la ley de Eficiencia Energética, y todo lo que es tratamiento y remoción de materia orgánica implica el uso de energía. Entonces, hoy hemos tenido que rehacer algunas plantas en que habíamos implementado reactores MBR de alto consumo de energía para llevarlas a sistemas SBR para así bajar los costos energéticos. Sin embargo, por otra parte se pierde eficiencia en la remoción orgánica porque en el primer caso es sobre un 90% mientras que con un SBR se llega a un 60%.

Ruz: Claro. Y ese cambio implica también presentar una nueva Declaración de Impacto Ambiental, que es otro costo...

Garcés: Cierto. Hay otras alternativas de tratamiento que también son de bajo costo de inversión y operación, como las biotorres, pero se requiere saber y manejar muy bien su operación para obtener buenos resultados, al igual que con los lombrifiltros.

InduAmbiente: Con esa tecnología también se obtienen subproductos como los fertilizantes para los cultivos agrícolas.

Ruz: Sí, pero se requieren nuevas autorizaciones para poder utilizar todos esos nuevos sistemas.

Revisión del DS 90

InduAmbiente: El Decreto Supremo 90, que se publicó en el año 2001, ha pasado por varios intentos de actualización que no se han completado. Actualmente está en marcha un nuevo proceso de revisión que comenzó a inicios de 2021 y, al parecer, está en su etapa final, ¿por qué han sido tan largos e infructuosos estos procesos?

González: En verdad, lo desconozco. Me imagino que la revisión de una norma de emisión no es algo fácil, ya que implica analizar toda la experiencia e información que se ha levantado con el paso de los años y lo que se quiere para el futuro. Idealmente, una modificación de la norma de emisión debería considerar al menos el control de nuevos parámetros que finalmente nos entreguen información ambiental relevante, y si bien en estos procesos se han estado levantando algunos, creo que quizás por ahí va la dificultad. Ahora bien, en todos estos años, al menos, la norma que está vigente ha llegado a ser de conocimiento general para la población regulada y se ha logrado aplicar y controlar bien.
Las mejoras o revisiones bienvenidas sean y el día que salgan se aplicarán con todas las ganas y el ímpetu que se requiere.

Parra: ¿Pero actualmente en qué etapa va?

González: Entiendo que ya está en la última etapa del proceso, es decir, ya pasó hace rato la consulta pública y ha habido muchas conversaciones entre los servicios públicos y el Ministerio (del Medio Ambiente), incluyéndonos por supuesto a nosotros y también a la Superintendencia de Servicios Sanitarios que mantuvo las competencias de fiscalización de la norma asociada a los servicios sanitarios concesionados y con toda su experiencia es un actor súper relevante en la modificación de esta normativa. Entonces, lo que falta es que el proyecto se presente al Consejo de Ministros (de la Sustentabilidad y Cambio Climático), y una vez aprobado allí pasa al visto bueno de la Contraloría para su posterior publicación.

InduAmbiente: El anteproyecto de revisión del DS 90 planteaba limitar las descargas de dos parámetros nuevos considerados cancerígenos: el cloro libre residual y los trihalometanos, ¿siguen siendo solo esos o se han sumado nuevos parámetros?

González: Siguen siendo esos. Se incluyen otros parámetros, pero que no van a tener un límite normativo, sino que es para generar líneas de base.

Parra: ¿Se trata de contaminantes emergentes?

González: Entiendo que sí, son cinco o seis parámetros que se tendrán que monitorear para ir recogiendo información para saber cuál es el estado de esos contaminantes en las descargas en Chile. Los que sí van a quedar con límites en la normativa son los trihalometanos, el cloro libre residual y entiendo que también hay modificaciones en los límites de nitrógeno y de fósforo para su descarga a los lagos.
También se considera otra área de descarga que hoy no está, que son los estuarios, para los cuales se crea una nueva tabla de cumplimiento.

InduAmbiente: Además, se redelimita la Zona de Protección Litoral desde Punta Puga (Región de Los Lagos) al sur, ¿qué implica ese cambio?

González: Eso implica una modificación de los límites de la descarga. Cuando se está dentro de la zona de protección litoral, es decir, entre la playa y esta línea que se fija como área de protección litoral se debe cumplir con una cierta calidad, y fuera de esa zona se cumple con otros límites normativos que son mucho más laxos. Con esta revisión del Decreto, desde Punta Puga al sur ya no habría esa diferenciación y estarían todas las descargas dentro de la zona de protección del litoral.
Hay una cantidad enorme de industrias que están hoy ubicadas en esa zona y tendrían que adecuar sus procesos a estas nuevas condiciones que eventualmente se van a establecer.

InduAmbiente: Carlos (Gajardo), en lo que ustedes han conocido de este proceso de actualización del DS 90, ¿hay algunos aspectos que les preocupen?

Gajardo: No. En general, a lo largo de estos años ha habido un cumplimiento bastante adecuado y controlado de los parámetros que cubre la norma. Respecto de lo último señalado, hay que ver si el cambio en algunas zonas de protección del litoral podría significar un cambio para el cumplimiento en la operación de algunos puertos de carga de concentrados de cobre. Eso es algo que hay que tener presente para poder ponerlo en práctica.

Que pasa con los riles  13 300x300Carlos Gajardo aseguró que las empresas mineras han ido disminuyendo sus descargas de riles y, en general, no han tenido problemas para cumplir con las normas.

InduAmbiente: ¿Y en el caso de Vinos de Chile?

Ruz: No. De hecho, nos invitaron al Comité de revisión de la norma y participamos un tiempo, pero no nos afectan mayormente los cambios que se están proponiendo.

InduAmbiente: ¿Y los laboratorios están preparados para medir y controlar los nuevos parámetros que se incorporarían a la norma?

Parra: En general, estos parámetros que se están incorporando ya se miden en los laboratorios, vale decir, la tecnología o las capacidades técnicas están y no va a ser mucho problema para nosotros. Ahora, mientras la normativa genere ciertos espacios de flexibilidad para utilizar nuevos métodos, mucho más automatizados o robotizados, se van a lograr mayores avances y yo creo que los laboratorios no van a tener problemas en invertir en el equipamiento necesario para eso si esto los ayuda con su productividad.

InduAmbiente: Paolo (Garcés), ¿qué evaluación hace de las propuestas para actualizar el DS 90?

Garcés: Una de las cosas que estuvimos analizando es que, al parecer, con esta revisión en el DS 90 no se podrá hacer remuestreo o va a ser más exigente. Eso es algo que estuvimos conversando con algunos industriales porque nosotros operamos y hacemos la gestión completa del tratamiento de sus residuos líquidos, y eso incluye los autocontroles con un laboratorio externo, pero como todavía no ha salido el cambio de la norma, no sabemos cómo viene ese tema.

González: Entiendo que eso es algo que está en discusión hasta el momento. Al menos por lo que yo sé, no habría tantas modificaciones con relación al anterior, es decir, se mantendría el remuestreo y se harían algunos ajustes en aspectos como el plazo para su ejecución y sus implicancias.

Parra: A mí me da la impresión que debiera seguir el remuestreo, quizás con un poco más de exigencia porque si en algún momento no se está cumpliendo la norma, probablemente se pida un nuevo muestreo con poco más de exigencia para comprobar que se va a cumplir.

Garcés: Pero también hay un tiempo acotado para entregar la información a la autoridad. Y eso también complica.

González: Sí, pero el remuestreo se mueve en plazos distintos al autocontrol. La información de la muestra original es la que debe cargarse en los primeros 20 días del mes siguiente y el remuestreo tiene otro plazo. Recién cuando reciben los resultados del autocontrol, los titulares se pueden dar cuenta de que hay alguna superación de la norma y tomar la precaución de realizar un remuestreo. Obviamente, eso se tiene que hacer de manera oportuna y en un momento cercano a cuándo se presentó la anomalía, pero no está condicionado al mismo plazo del autocontrol.

InduAmbiente: ¿Y el abatimiento de nuevos parámetros implicará mayores costos para los industriales?

Garcés: Sí, claro.

InduAmbiente: En algunas de las observaciones técnicas al anteproyecto, se decía que antes de exigir la medición de la DBO se podría pasar a la DQO, que ese era el estándar en otros países. ¿Se consideró algo de eso en esta revisión?

González: Al menos en esta revisión de la norma de emisión yo no lo he visto. Quizás está dentro del expediente y ha sido algo que se levantó, pero no está planteado hacer un cambio de ese tipo. Es algo interesante sí, porque efectivamente se pueden obtener resultados mucho más rápido e, incluso, hasta se podría hacer un control en línea sobre la materia orgánica, teniendo antes, obviamente, correlacionado el valor de la DBO con el de la DQO para los distintos casos, porque tampoco es una regla estándar para todos. Tiene que haber una correlación en el proceso mismo de la empresa para que logre dar con qué significa un determinado resultado de DQO para cierta empresa en tal descarga.

Pero hasta el momento, que yo sepa, no se ha incorporado como tal o no está tan claro que haya una modificación normativa de ese estilo.

InduAmbiente: ¿Y la posibilidad de considerar parámetros biológicos para reducir el impacto de esos contaminantes en los cuerpos receptores?

González: Eso ya está hoy, pero también obviamente tiene que ir todo asociado no solamente a un cierto nivel o límite de descarga, sino que también tiene que ver con la capacidad del cuerpo receptor para poder recibir y mantener una cierta calidad con ciertos parámetros. Por ejemplo, la realidad de la descarga en un canal en la región de O'Higgins no es la misma que la realidad de la descarga en un canal en la región de Antofagasta, no obstante, cumplen con el mismo estándar.

Los parámetros biológicos son los que más complican, técnicamente son más delicados y exigen más procesos para obtener un buen resultado. Siendo una medición de laboratorio, para responder ante una norma, es muy necesario que todo el proceso, desde el muestreo hasta el análisis, sea técnicamente súper correcto para poder confiar en ese resultado.

Parra: Sí, el muestreo es muy importante. Dicen los laboratorios que el 90% del resultado está en eso: no se saca nada con que el análisis sea perfecto, si la muestra no es representativa. En ese sentido, los laboratorios trabajan bajo ciertas normas, con personal calificado para la obtención de las muestras, considerando aspectos de seguridad en terreno, aspectos técnicos relacionados con el muestreo automático y manual, etc. Es un tema en que incide mucho la experiencia porque cada terreno es distinto y obliga a generar un conocimiento nuevo para tomar una muestra representativa, así que igual es un desafío constante para los laboratorios.

InduAmbiente: ¿La actualización de la norma trae mayores exigencias en la frecuencia de monitoreo?

González: Hay unos ajustes según la frecuencia de monitoreo, pero esa frecuencia sigue vinculada al volumen de descarga, vale decir, la cantidad de veces que se monitorea está relacionada con el nivel de descarga, pero entiendo que no hay mayores exigencias.

InduAmbiente: ¿Hay algún otro aspecto regulatorio, vinculado a normas distintas al DS 90, que consideren necesario abordar o mejorar?

Ruz: Por nuestra parte no. La norma del SAG es la que más nos aplica y la mayoría de las empresas la cumple, no es una norma compleja porque es para obtener agua de riego, no para reutilizar el agua en procesos ni nada por el estilo. Yo creo que esa norma está bastante bien para nosotros y las otras no han generado cambios importantes para la industria.

Gajardo: En nuestro caso, hay otros temas que han aparecido en el último tiempo en el Congreso que nos preocupan. Uno tiene que ver con el aprovechamiento del contenido de los tranques de relave que contienen residuos minerales de todo tipo. Hay un proyecto de ley que fue aprobado en su primer constitucional en la Cámara de Diputados para tratar de incluir estos residuos en el sistema general que plantea la Ley REP, para la recuperación y valorización de residuos como los neumáticos y los envases y embalajes. Personalmente, creo que eso es un grave error. Está bien que se trate de recuperar y reutilizar el agua o los minerales valiosos contenidos en los tranques, pero tiene que hacerse en un sistema especial, no asociado a la Ley REP, ya que el contenido de los relaves no se puede manejar como se hace con los neumáticos u otros residuos considerados en esa legislación. Estamos tratando de que eso se corrija en el Senado.

Este tema también se ha estado discutiendo a nivel internacional. Hace poco hubo una reunión del Convenio de Basilea donde incluso se planteó la prohibición de reutilizar el contenido de los relaves cuando los tranques también hayan sido usados como botaderos por otras empresas o actores, que es algo común en otros países.

Emergentes y capacidades

InduAmbiente: Rodrigo (Parra), ¿qué contaminantes emergentes aparecen de manera más permanente en los análisis de laboratorio y, a su juicio, debieran ser regulados?

Parra: Más que por experiencia propia, porque nuestro laboratorio cumple otra labor dentro del circuito, lo que se ve en países desarrollados, por ejemplo, es el control de residuos de medicamentos que es súper importante por los volúmenes de consumo de la población. Yo te diría que en ese aspecto estamos bastante atrasados: hay legislación comparada en Europa que ya controla antibióticos y otro tipo de medicamentos.

También hay ciertos parámetros microbiológicos que también se deberían controlar dentro de las aguas. Una experiencia cercana tuvimos con el COVID hace unos años atrás, de hecho, nuestro laboratorio lo monitoreó en algún momento y lo planteó como un elemento relevante para hacer un levantamiento de información de ciertas comunidades. Y como eso podrían surgir otro tipo de contaminantes.
También están los microplásticos que, probablemente, van a ser muy relevantes en un futuro cercano por el impacto que tienen en la población y, sobre todo, en el medio ambiente.

Ahora, para fijar ciertas normativas obviamente hay que pasar varias etapas: revisar las capacidades tecnológicas, los procesos de tratamiento, las plantas industriales, etc. Ese es un desafío interesante para el país en un futuro cercano o a mediano plazo.

InduAmbiente: ¿Y cómo está el país en la formación de técnicos y profesionales en esta área?

Parra: Yo diría que bastante bien. Creo que tenemos las capacidades profesionales y la gente capacitada para hacer este control. Sí falta un poco de inversión en tecnología, lo que tiene que ver muchas veces con las demandas del mercado: en la medida que el mercado solicite nuevas tecnologías y análisis, los laboratorios se van adecuando de manera bastante rápida.

InduAmbiente: Paolo (Garcés), en cuanto a la capacidad de tratamiento, uno de los aspectos que destacaba la OCDE en su última evaluación de desempeño ambiental de Chile, es que hay poco tratamiento terciario en el país para lograr el reúso de agua.

Garcés: Cierto. Hoy día está la intención de hacer tratamiento terciario en los riles por el tema del reúso, pero hay poca demanda porque resulta caro. Nosotros vemos industrias multinacionales que quieren implementar estos sistemas por normativa de sus casas matrices, pero cuando ven el número de la inversión detienen toda la idea. Hoy existen tratamientos terciarios en las plantas productivas, pero a nivel de riles es poco: nosotros manejamos aproximadamente el 30% del mercado de las industrias que externalizan la operación, y operamos solo tres o cuatro plantas de este tipo.

Que pasa con los riles  10. 300x300"Trabajamos con los industriales para hacer producción limpia, lo que implica aumentar la eficiencia hídrica, pero eso nos genera un problema porque se concentra el ril y tratarlo tiene un costo alto", explicó Paolo Garcés.

InduAmbiente:
¿Y cómo ha ido evolucionando el mercado de proveedores en este ámbito y en el tratamiento de riles en general?

Garcés: Nosotros tenemos una amplia gama de proveedores, porque al pertenecer al grupo Veolia traemos toda la tecnología de afuera con los contratos marco internacionales que tenemos. Entonces, ofrecemos hartas alternativas, pero el problema es que muchas de ellas no se "pagan".

Si entramos, por ejemplo, al tema de los lodos que generan las plantas de tratamiento, hoy tenemos muchos problemas con el manejo de esos residuos sólidos, y nosotros hemos traído tecnología para abordar ese tema, pero el costo energético es muy alto para las industrias. La inversión en tecnología para secar lodos no es tan cara, pero el costo operacional hoy es alto porque ha subido el costo de la energía.

InduAmbiente: ¿Y se están reutilizando lodos de plantas industriales para mejorar suelos, como ocurre con los de las plantas de tratamiento de aguas servidas?

Garcés: Lo estamos haciendo con algunos industriales, pero ahí llegamos a lo que planteaba Rodrigo (Parra), respecto de la necesidad de cambio en las Resoluciones de Calificación Ambiental. Hoy estamos haciendo un giro en el manejo de los lodos y estamos trabajando en proyectos nuevos en conjunto con la empresa sanitaria que nos controla y con las autoridades. La idea es encontrar soluciones para la Región Metropolitana que está saturada en ese aspecto.

InduAmbiente: Las viñas también reutilizan ciertos residuos asociados al tratamiento de riles, como los orujos y los escobajos.

Ruz: Sí, hay dos caminos: por una parte, la mayoría los venden como subproductos a una empresa que los ocupa en sus procesos; y hay otros que tienen canchas de compostaje en las viñas donde procesan los orujos y los escobajos, lo que implica una preocupación mayor porque hay una normativa que cumplir. Esta segunda opción la han adoptado principalmente las viñas orgánicas, biodinámicas, que tienen todo un proceso para compostar esos residuos y ocuparlo luego como fertilizante.

También hay algunas empresas que los ocupan como subproducto para cosmética y otras para hacer harina. Muchas empresas han recurrido a la innovación para manejar esos residuos, porque las cantidades que se generan son impresionantes en la temporada de vendimia y, a veces, las mismas empresas que los retiran no tienen la capacidad para llevarse todo y se empiezan a acumular residuos generando malos olores, que es otro problema importante que hay que atender.

Desafíos

InduAmbiente: Desde sus distintas perspectivas, ¿qué desafíos importantes ven para seguir mejorando el control de los riles?

González: Tenemos el desafío país de poder cerrar este largo proceso de revisión normativa, que lleva ya muchos años. Es importante que ello se pueda materializar para incorporar finalmente los cambios. Desde la mirada de la fiscalización, al menos, no vemos que esta modificación traiga cosas diferentes; hay ajustes y algunas cosas que quedan más claras con esta actualización, pero el control normativo no se vería tan modificado.

Por lo que vemos, quizás va a haber un impacto grande en la cantidad de fuentes emisoras a controlar porque esta revisión de la norma implicaría que muchas fuentes existentes que hoy no están afectas a ésta, se incorporarían al control de la norma. Eso haría crecer el universo de fiscalizados, lo que siempre trae el gran desafío de ir a la par con los desarrollos informáticos que nos permitan abordar las normas de emisión con la celeridad y la oportunidad que se requiere. Hay que recordar que el control de estas normas es mensual y esa frecuencia da a entender lo importante y necesario que es realizar nuestro trabajo adecuadamente. Ajustarnos a esto va a ser desafiante, pero no complejo.

Ahora también se está actualizando el Decreto Supremo 46 que aborda menos fuentes, pero también es importante que como país podamos terminar ese proceso de revisión y que, finalmente, tengamos procesos o instrumentos relativamente estandarizados sin grandes diferencias, excepto las obvias y técnicas que tienen que haber entre uno y otro. Ese es otro desafío.

Garcés: Nuestro desafío es trabajar con conjunto con los industriales. Más que ver estos proyectos con una mirada económica o comercial, como empresa buscamos siempre acompañar al industrial para que avancen en la producción limpia en sus plantas. Nosotros somos una empresa privada, pero nuestro foco no es perseguir un resultado económico, sino que ayudar al industrial a cumplir con los parámetros normativos vigentes.

Gajardo: Para nosotros el agua es un factor crítico. Entonces, nuestro desafío es mantener el cumplimiento normativo de la forma en que podamos recuperar este recurso lo más posible o no desperdiciarlo. Entonces, estamos preocupados de que las normas nos permitan movernos dentro de esta idea y no nos agreguen cosas que afecten la gestión adecuada de este recurso. En definitiva, lo que buscamos es avanzar en el ahorro del agua y eso también se aplica a la gestión de los riles.

Parra: En nuestro caso, la actualización de las normas para los laboratorios no presenta grandes desafíos, pero uno de los temas que por lo menos nosotros estamos trabajando es la digitalización de la información, desde la toma de muestras hasta la emisión de los informes. Ese es un desafío particular y una de las tareas que deberíamos finalizar durante este año.

Ruz: Para nosotros la sustentabilidad es uno de los pilares de trabajo. En ese marco, reducir el consumo de agua y ser eficientes en nuestros procesos es bien relevante, más aún cuando los últimos años las ventas de vino han ido a la baja a nivel mundial, no solo en Chile. Somos conscientes de que la industria debe cumplir la legislación y, no sé si es solo una percepción nuestra, pero somos muy fiscalizados en materia de riles, quizás porque se da en un momento muy puntual como es el periodo de vendimia, así es que tenemos que estar siempre atentos.

González: Lo que ocurre es que justamente las mayores descargas se dan en un periodo muy corto y son muy visibles. Es un periodo de tres meses, en el que aparecen problemas como una coloración distinta en el agua, un olor muy perceptible para los vecinos, etc.

Ruz: Sí, por lo mismo estamos súper atentos para cumplir, porque no se trata solo de que a una empresa le pasen una multa, sino que también hay un tema de reputación no solo para una viña en particular, sino que queda la sensación de que la industria en su conjunto tiene problemas con los riles. Entonces, como Asociación estamos siempre apoyando a nuestras empresas para que mejoren sus procesos, pero una traba importante es que estos nuevos sistemas son muy caros y a veces no existen muchas alternativas. También hay desinformación sobre las nuevas soluciones y las empresas se quedan con lo que conocen solamente.

Otro desafío complejo y caro es lo que comentamos sobre poder actualizar las declaraciones de impacto ambiental y las RCA para aplicar esas nuevas soluciones.

Hay que tener en cuenta, además, que en nuestro rubro hay también viñas muy pequeñas que no tienen información sobre las normas y no saben qué hacer con los riles. Ese es otro desafío.

Artículo publicado en InduAmbiente nº 189 (julio-agosto 2024), páginas 40 a 49.