En Calbuco y otras caletas y puertos de Chile conviven con el luto. No con la frecuencia de antes, pero la muerte suele ensañarse cada cierto tiempo con sus pescadores, cuyos cuerpos muchas veces no son devueltos por el mar, dejando a las familias con historias de vida a medio cerrar.
Ocurrió, por ejemplo, el 20 de enero de 2020, cuando Francisco Leviante y Fredy Vargas, residentes en esa comuna de la región de Los Lagos, perdieron la vida luego que su lancha pesquera artesanal fuera impactada por una barcaza salmonera, que tenía activado el piloto automático, en el golfo de Ancud. Fredy sigue desaparecido.
Meses después, otros 6 pescadores fallecieron luego que su lancha "Victoria" impactara con la barcaza pesquera Comau en la bahía de Corral, en la Región de Los Ríos.
La primera nave siniestrada se llamaba "Supersol", mismo nombre bajo el cual se tramita, desde el 2021, un proyecto en el Congreso que busca proteger de mejor forma a las embarcaciones marítimas, especialmente artesanales, que naveguen por aguas interiores. Al cierre de esta edición, la moción parlamentaria estaba en tercer trámite constitucional en la Cámara de Diputadas y Diputados.
Un informe publicado por la biblioteca del Congreso da cuenta que la industria pesquera artesanal, en Chile y otros países, opera con embarcaciones que presentan características de construcción, en sus rangos superiores, muy similares a las industriales. Esto ha llevado a grandes entidades de alcance global, como la Organización Marítima Internacional y la Organización Internacional del Trabajo, a establecer requerimientos y exigencias de seguridad y habitabilidad que pueden aplicarse a embarcaciones pesqueras de todo tamaño.
En Chile, el "Reglamento de trabajo a bordo de naves de pesca" (2004), en su título V sobre la higiene y seguridad, establece la obligación de los armadores para tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de las dotaciones que se desempeñen a bordo de sus naves, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas.
A su vez, el 15 de julio pasado entró en vigencia la modificación de la Ley General de Pesca y Acuicultura que busca asegurar que a las tripulaciones –tanto de embarcaciones pesqueras artesanales como de aquellas menores prestadoras de servicios a la acuicultura–, se les otorgue ambientes de seguridad, salud, higiene, confort y, en general, espacios de alojamiento, alimentación y aseo que garanticen condiciones dignas de trabajo.
En el texto legal se indica que las embarcaciones pesqueras con espacios cerrados deberán contar con áreas destinadas única y exclusivamente a la habitabilidad y bienestar de la dotación. Es decir, cocina, comedor, camarotes, puente, baños y salas de descanso que den garantías de seguridad y navegabilidad.
Caídas, Cortes y Más
Una publicación de la Asociación Chilena de Seguridad (AChS) señala que las tareas que se realizan normalmente en los sectores pesqueros y acuícola implican una serie de riesgos que conviene tener en cuenta, "ya sea en el trabajo en el mar, en la sala de máquinas, al limpiar las redes, al manipular implementos propios de sus actividades...".
Entre los riesgos más comunes, la AChS menciona las caídas al mismo y distinto nivel, sobreesfuerzos, proyección de partículas en el lavado de mallas, recalentamiento e incendio, dermatitis, exposición a sustancias peligrosas, contactos eléctricos y cortes.
En el trabajo propio de las embarcaciones, las caídas al mismo y distinto nivel tienden a ser recurrentes, pudiendo tener consecuencias fatales si las personan se precipitan al mar. "Obviamente, los pescadores pueden hacer mucho por evitar este tipo de riesgos de accidentes, como por ejemplo ponerse un cinturón de seguridad con cabo de vida y seguir los procedimientos de trabajo. No basta con la experiencia que un marino tenga o si es muy hábil en sus tareas, pues si no actúa preventivamente el accidente ocurrirá en cualquier momento", advierten en la AChS.
La mutual precisa que estos incidentes se originan por derrame de líquidos (como aceites o grasas), desconcentración del trabajador al caminar (por la cubierta u otras superficies), desorden, uso de calzado inadecuado y falta de iluminación, principalmente. Luego detalla medidas de prevención:
• Para evitar una caída al mar durante faenas con mal tiempo, los pescadores deben usar un cinturón de seguridad con cabo de vida, además de llevar puesto el chaleco salvavidas.
• Al subir y bajar escalas debe darse la cara a los peldaños.
• En la sala de máquinas, los pisos, pasillos y escaleras de acceso tienen que estar limpios y libres de elementos, como aceites, petróleo, trapos o herramientas, para evitar resbalones, tropiezos y caídas.
• Para prevenir tropezones, todas las tiras de aparejos, cabos y amarras del barco deben quedar claras y envueltas en la cubierta.
En el reporte del Congreso, en tanto, se señala que los buques con cubierta deberían contar con "amuradas o barandillas eficaces en todas las partes expuestas de la cubierta de trabajo y en las superestructuras y estructuras". Y en las embarcaciones sin cubierta, la altura del trancanil (madero fuerte que de proa a popa, por una y otra banda, une las cubiertas con el costado) debería ser suficiente para minimizar el riesgo de que las personas puedan caer por la borda".
Otros Riesgos
El riesgo de recalentamiento e incendio está siempre latente en las naves pesqueras, de ahí que la AChS recomiende, sobre todo, "mantener bajo control todas las fuentes de calor o de combustibles, mantener el orden y el aseo en todos los lugares de trabajo, y efectuar mantención periódica a los motores de las embarcaciones".
En las lanchas pesqueras artesanales, y también en las de mayor tamaño, otro peligro latente para los trabajadores está dado por la posible inhalación de ácido sulfhídrico, que se origina por la descomposición del pescado muerto dentro de las bodegas de las naves. "Por eso, se requiere que el personal esté capacitado sobre las propiedades y riesgos de este tipo de ácido. Además, tiene que haber una adecuada ventilación, seguirse procedimientos de trabajo y respetarse las normas de seguridad establecidas, como el uso de elementos de protección personal", expone la publicación de la AChS.
Artículo publicado en InduAmbiente n° 177 (julio-agosto 2022), páginas 84 a 85.