Si se pudiera salvar de una muerte anticipada a 4.000 personas al año, ¿valdría la pena el esfuerzo? Al menos en Chile, todo indica que sí. Según cifras oficiales, esa es la cantidad de habitantes que anualmente mueren en el país, como resultado de enfermedades cardiopulmonares asociadas a la exposición crónica a material particulado fino (MP 2,5). De ahí la preocupación de la autoridad ambiental por avanzar en la implementación de medidas para controlar la presencia de este nocivo contaminante.
Para Santiago y el resto de la Región Metropolitana, esto es prioridad uno. Como además lo es la necesidad de solucionar la aún existencia de basurales clandestinos, elevar los índices de reciclaje y proteger los recursos hídricos y la biodiversidad de la zona.
No obstante, el tema del MP 2,5 concentra importantes esfuerzos y recursos, debido a lo perjudicial de sus consecuencias en el organismo. Por ello, actualmente se trabaja en una nueva actualización del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) de la RM, que incluirá medidas de control para este tipo de partículas.
Medidas
El Seremi (S) del Medio Ambiente, Jorge Canals, sostiene que en la actualidad se está culminando la elaboración del anteproyecto respectivo. Según explica, entre las medidas dirigidas a la industria se incluye una actualización de las normas de material particulado, óxidos nitrosos y dióxido de azufre, emitidos desde fuentes estacionarias; el establecimiento de nuevas metas de emisión para grandes establecimientos industriales y también una norma de emisión para grupos electrógenos.
En el sector trasporte se fijarán nuevos estándares a los test efectuados en las plantas de revisión técnica a vehículos particulares. Asimismo, se redefinirá la Zona de Baja Emisión, establecida en el PPDA vigente, y se rediseñará la restricción vehicular. Lo anterior, en el contexto de que con frecuencia se ha debatido sobre la pertinencia de instaurar la restricción permanente para los vehículos con convertidor catalítico durante la Gestión de Episodios Críticos, que se extiende entre abril y agosto.
Otra línea de acción es enfrentar las emisiones causadas por el uso de maquinaria fuera de ruta, como por ejemplo la que se utiliza en la construcción. “Con ese fin, se buscará reacondicionar los vehículos existentes con filtros de partículas, en el caso de la maquinaria usada en la construcción de licitaciones estatales y se elaborará una nueva norma de emisión para maquinaria nueva”, afirma.
En el ámbito residencial, agrega Canals, “se avanzará en la reducción del uso de la leña mediante prohibiciones graduales, diferenciadas entre el Gran Santiago y el resto de las comunas de la región”. Este tema es permanente foco de preocupación por parte de la autoridad, debido al “sobrepoblado” parque de calefactores en la capital. Según un estudio de 2012 (ver gráfico 1), elaborado por la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción, hay alrededor de 125.000 artefactos, pertenecientes a un universo total de 119.731 viviendas de la RM. Éstas se encuentran distribuidas entre el Gran Santiago (37,3%), la zona urbana de las comunas fuera del Gran Santiago (34,4%) y las zonas rurales (28,3%).
Balance
Este invierno hubo condiciones desfavorables de ventilación en la cuenca de Santiago. Sumado a ello, se modificó el parámetro para medir la calidad del aire, ya que se incorporó el MP 2,5. Adicionalmente, por primera vez en 16 años, se decretó una alerta ambiental debido a los altos índices de polución atmosférica.
Lea este artículo completo en Revista N° 137, páginas 38 a 41.