Si los encargados de flotas de vehículos comerciales o de carga tuvieran una lista de mandamientos, probablemente el primero sería "que cada kilómetro recorrido cueste lo menos posible". ¿Cómo lograrlo? Se ha demostrado que el uso de aceites o lubricantes de motor de alto estándar contribuye a ese objetivo.
En ese entendido, y dado el desarrollo tecnológico cada vez más vertiginoso en la industria del transporte de pasajeros y de carga, a los lubricantes actuales se les está asignando una triple misión: mejorar la protección de las partes móviles del motor y disminuir su desgaste; convertirse en una de las principales fuentes de ahorro de combustible y de reducción de las emisiones atmosféricas; y bajar los costos operativos al aumentar su durabilidad.
Lo anterior adquiere gran relevancia si consideramos, por ejemplo, que en nuestro país transitan a diario unos 250 mil camiones, grandes consumidores de combustible, sobre todo diésel, y responsables del 11% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Chile. Esto, según datos del programa Giro Limpio de la Agencia de Sostenibilidad Energética (ASE), que ayuda a los generadores de carga, transportistas y compañías logísticas a mejorar la eficiencia en el consumo de combustible, reducir las emisiones y ahorrar dinero.
Estudio con Sintéticos
Bajo ese contexto, los lubricantes sintéticos son una opción cada vez más preferida. Respecto a sus principales características y usos, Total Energies, proveedora multinacional del rubro, señala que son aquellos que "contienen compuestos químicos fabricados artificialmente (sintetizados). Entre sus componentes puede haber hidrocarburos modificados químicamente antes que petróleo crudo, aunque también se sintetizan a partir de otras materias primas. El aceite sintético se usa como sustituto de lubricantes refinados a partir de hidrocarburos cuando las condiciones de funcionamiento son de temperaturas extremas ya que, por lo general, brindan propiedades mecánicas y químicas superiores a las que tienen los aceites minerales".
Para cuantificar el impacto de los lubricantes sintéticos de baja viscosidad en el consumo de combustible, en comparación con los de origen mineral, la empresa Enex, el Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y la Compañía Chilena de Transportes Intermodales (CCTI) se unieron recientemente para realizar un estudio, bajo la supervisión de la ASE, utilizando camiones de carga bajo condiciones reales de operación.
Sobre los resultados, Óscar Villegas, Gerente Comercial de CCTI, comenta que tras tres días de pruebas con los lubricantes sintéticos seleccionados (marca Shell) "pudimos constatar un ahorro de combustible en torno al 2%. No obstante, ya ha transcurrido un tiempo desde la aplicación de este plan piloto, y tras dos meses testeando la misma máquina, con el mismo conductor y usando el mismo lubricante sintético, hemos visto que los resultados han sido incluso mejores".
Justo Verdejo, Subgerente de Ventas Industriales Lubricantes de Enex, aporta que "el reemplazo de lubricantes de origen mineral por sintéticos permite un mejor rendimiento de los componentes de los motores, alargando su vida útil. A menor viscosidad, menor resistencia a la fricción, lo que se traduce en que las máquinas trabajan menos forzadas, requiriendo menos combustible".
Agrega que gracias a las pruebas detectaron que existen diversas oportunidades para que los resultados puedan ser mucho mejores, principalmente por el desconocimiento que hay sobre la economía de combustibles. "Actualmente, prima entre los usuarios de camiones el uso de lubricantes convencionales, no obstante, el empleo de productos sintéticos significaría un ahorro de diésel del orden del 5%", revela.
Desde Mobil, otro proveedor mundial de lubricantes, aseguran que los aceites sintéticos alcanzan un mayor rendimiento porque "son fabricados a base de moléculas idénticas que han sido sinterizadas para generar una fórmula más homogénea y de desempeño controlado".
Además, plantean que esta alternativa ofrece un gran rendimiento bajo condiciones severas de operación, tanto a altas como a bajas temperaturas.
"Actualmente, prima entre los usuarios de camiones el uso de lubricantes convencionales, no obstante, el empleo de productos sintéticos significaría un ahorro de diésel del orden del 5%", asegura Justo Verdejo de Enex.
Factor Viscosidad
Que un cambio en el tipo de aceite ayude a generar ahorros tiene mucho que ver con el propio funcionamiento del motor. Así lo especifican en Total Energies, ya que "como el lubricante lo mueve una bomba, cuanto más fluido sea, con mayor facilidad se moverá. Esto implica un menor consumo de energía y, por lo tanto, de combustible. Así de sencillo", explican.
Agregan que utilizar aceites más fluidos en caliente también aporta a que las piezas se muevan con mayor facilidad. "Así se reduce el efecto de la viscosidad al contacto con las superficies, que frena el movimiento. Menores viscosidades provocan que las piezas se muevan más libremente. Y si se añaden aditivos modificadores de la fricción, ésta se reduce en las zonas de altas presiones y velocidades, como las áreas de pistones, válvulas y cigüeñal", acotan.
Según la marca, el kilometraje que transcurre entre cambios de aceite es otro factor que influye en el costo por kilómetro. Al respecto, informa que "para reducir las paradas y los costos de mantenimiento habría que utilizar lubricantes, normalmente sintéticos, recomendados por sus fabricantes para mayores kilometrajes, siempre que cumplan las indicaciones del constructor del camión u otro vehículo".
Por si fuera poco, los lubricantes también contribuyen a reducir costos al prevenir o alertar averías al revelar antecedentes del estado de los motores.
Casos No Recomendados
Ahora bien, desde la empresa Noria –especialista en servicios de consultoría y capacitación en lubricación para América Latina– advierten que los lubricantes sintéticos pueden no ser una buena opción para vehículos con alto kilometraje (u horas de uso) y que hayan utilizado aceite mineral durante toda su vida. "Si se cambia el aceite hacia un sintético en este tipo de máquina podrían ocurrir un sinnúmero de problemas. La acción natural detergente del aceite sintético podría disolver el barniz y otros depósitos de hollín que muchas veces son dejados por algunos aceites minerales. Esta acción de limpieza de los depósitos de las paredes de los cilindros no sólo hace que el motor consuma más lubricante, sino que reduce el espesor de las paredes de los cilindros permitiendo el paso de pequeñas cantidades de aceite a través de los anillos, quemándose sobre la cabeza del pistón", revelan.
Y en vehículos antiguos, los aceites sintéticos pueden afectar el desempeño de los sellos o elastómeros, encogiéndolos y produciendo fugas. "Por lo tanto, continuar usando el mismo aceite mineral es una buena idea en muchas situaciones", sugieren.
Artículo publicado en InduAmbiente 178 (septiembre-octubre 2022), páginas 22 a 24.