Somos un país de contrastes. Por ejemplo, en el norte contamos con un extenso desierto, el más árido del mundo, mientras que en el sur la abundancia de vegetación y de árboles es la norma.
Según cifras oficiales, el bosque chileno cubre 16,5 millones de hectáreas de un total de 75,5 millones que posee el territorio nacional. Es decir, el 21,8% del país está cubierto por bosques. “De ahí la importancia de cuidar y preservar este recurso utilizándolo en forma sustentable y de seguir plantando y reforestando superficies para disminuir la erosión que afecta a amplios terrenos en nuestro país y mitigar el cambio climático”, aseguran en Bosques para Chile, organización que trabaja en su protección.
Del total, cerca del 85% corresponde a bosque nativo y la diferencia a plantaciones. Sin embargo, de acuerdo a datos de la Corporación Chilena de la Madera, Corma, el 98% de la cosecha anual de madera industrial –más de 40 millones de metros cúbicos– proviene de estas últimas y sólo el 2% del bosque nativo.
Compromiso Ambiental
Desde la promulgación de la Ley de Bases del Medio Ambiente, en 1994, el sector forestal “ha exhibido una trayectoria muy importante de avances ambientales”. Así lo destaca Fernando Raga, Presidente de Corma, quien hace memoria y refrenda sus dichos: “Podemos destacar, en primer lugar, los logros en certificación forestal, que se inició en 1999 con un proceso de certificación de las principales empresas del rubro bajo la norma ISO 14.001, promovido por Corma. En 2001, comenzaron las certificaciones de manejo forestal bajo el sello Certfor-PEFC, que tiene carácter de estándar nacional y está homologado con PEFC, el sello que tiene mayor superficie certificada en el mundo. También varias empresas incorporaron el estándar FSC, el más antiguo, exigente y valorado por los grupos ambientalistas”.
Agrega que hoy en día el 70% de las plantaciones forestales chilenas cuenta con certificación de manejo forestal sustentable bajo uno o más sellos, “una proporción muy alta en términos comparativos internacionales, cuyo promedio de certificación de bosques productivos está en torno al 30%”, afirma.
Otro hito que destacan en la organización empresarial es el desarrollo de áreas silvestres bajo conservación en manos privadas, que hoy en día alcanzan a una superficie de más de 40 mil hectáreas. Estas, al sumarse a las 14.5 millones de hectáreas del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado, permiten que Chile sea uno de los países con mayor proporción de sus territorios y bosques bajo conservación en el mundo.
Párrafo aparte merecen los seis Acuerdos de Producción Limpia (APL) que ha suscrito el sector, que fue pionero en la aplicación de este instrumento con la puesta en marcha de un APL para la industria de la celulosa en 1999. Posteriormente, el ciclo completo de producción adhirió a este tipo de iniciativas, trabajando actualmente esta industria en su expansión en el mundo de las Pymes industriales y forestales.
Otra Visión
Destacado académico del Instituto de Manejo Forestal de la Universidad Austral, Jorge Gayoso también valora el desarrollo ambiental verificado en esta industria, lo que se manifiesta a través de sus distintas certificaciones. No obstante, sostiene que “en los temas ambientales cuesta ponerse de acuerdo respecto de los logros de este rubro debido a la falta de indicadores de efectividad. Así, lo que para algunos puede ser gran avance para otros resulta insuficiente”.
Lea este artículo completo en InduAmbiente 123 (julio-agosto 2013), páginas 62 a 65.