La deshidratación de lodos residuales es una operación clave dentro de las plantas de tratamiento de aguas servidas y aguas residuales de las industrias. Esto se realiza a través de la filtración, que es un método de separación en el que se hace pasar una mezcla de sólidos y líquidos a través de un medio poroso o filtrante. Dicha membrana, a su vez, forma parte de un dispositivo denominado filtro, donde se retiene la mayor parte de los componentes sólidos del fango.
Todos los equipos de filtración o deshidratación (separación sólido-líquido) tienen el mismo objetivo pero funcionan con tecnologías diferentes. Así lo explica desde España Arnoud Sanz, Gerente General de Tefsa, fabricante líder de estos mecanismos, representada en Chile por Sob-itec.
De las que están disponibles en el mercado, señala que el filtro prensa es considerado como el “rey de los filtros”, debido a que es la tecnología en deshidratación que mayores ventajas presenta. “La aplicación de los filtros prensa en la separación sólido-líquido es una solución actual y usada preferencialmente en muchas industrias por sus altos rendimientos”, sostiene. Sus principales ventajas, según indica, son: máxima fiabilidad, resultados óptimos, diseño mecánico simple pero a la vez de gran robustez; mantenimiento mínimo y operación limpia.
Además, subraya que presentan mínimos inconvenientes operacionales, lo que en su opinión los convierte en la solución más adecuada en la mayoría de las aplicaciones. “Sumado a lo anterior, hay que considerar que el filtro prensa se ha mejorado y desarrollado en sus posibilidades de protección anti-corrosiva, sistemas de automatización y tamaño y calidades de las placas de polipropileno, como también se han optimizado los equipos de bombeo que optimizan la filtración”, añade Sanz.
A Tener Presente
Vladimir Alarcón, profesor de la Escuela de Obras Civiles de la Universidad Diego Portales (UDP) recomienda tener presente algunas consideraciones técnicas con el fin de sumar eficiencia a los filtros prensa. En ese sentido, precisa que la falta de automatización de las operaciones que ejecutan –como la dosificación de productos acondicionadores de lodos, mecanismos de compresión y lavado– puede ser un factor limitante. “El acondicionamiento del influente al filtro prensa frecuentemente requiere dosificar productos químicos que optimicen el proceso de filtración. Si esa dosificación no es automática, el proceso de filtrado se enlentece”, advierte el académico.
Asimismo, indica que la limpieza del medio filtrante (lona, tejido filtrante o medio poroso) es generalmente uno de los procesos que toma más tiempo en la operación de los filtros. Como resultado de la deshidratación se produce una torta o “cake” de lodo espeso, que se genera en la superficie del medio filtrante por la retención de los sólidos. Ésta a veces tiene que ser removida a veces manualmente. “La automatización de ese proceso repercutiría grandemente en el mejor rendimiento del filtro prensa”, agrega.
A juicio de Alarcón, estos residuos sólidos deben tener una línea eficiente de disposición. “Esa torta contiene concentraciones de contaminantes y químicos muchas veces tóxicos, por lo que se debe disponer apropiadamente para no dañar el medio ambiente”, afirma.
Adicionalmente, recalca que en la operación de los filtros también hay que considerar factores ambientales como el ruido o los olores. Puesto que los equipos trabajan a compresión –explica el experto– se requiere de energía mecánica proveniente de motores que pueden ser muy ruidosos.
Artículo completo en InduAmbiente N° 141 (julio-agosto 2016), págs. 108-110.