Martes 28 de enero de 2025.- Cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial de la Reducción de Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2), declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para fomentar decisiones y prácticas sostenibles que ayuden a disminuir la huella de carbono en las distintas actividades que realizamos y así mitigar el cambio climático que genera impactos cada vez más complejos en nuestro planeta.
En ese contexto, son particularmente importantes las acciones que puedan adoptar las industrias que generan más emisiones. Tal es el caso de la construcción que, según datos de la ONU, es responsable de cerca del 38% de las emisiones globales de CO2, y se caracteriza por hacer un uso intensivo de agua, energía y materiales.
Sobre ese escenario, la aplicación de materiales, diseños, metodologías y prácticas sustentables e innovadoras están contribuyendo a reducir, e incluso neutralizar la huella de carbono en este sector.
Construcción carbono neutral
En la búsqueda de reducir emisiones de gases de efecto invernadero y optimizar el uso de recursos, la construcción carbono neutral surge como una respuesta innovadora y necesaria.
La neutralidad de carbono implica equilibrar las emisiones de CO2 generadas con medidas que permitan capturar o compensar una cantidad equivalente de emisiones. En el sector de la construcción, esto abarca todo el ciclo de vida de un edificio, desde la producción de materiales hasta su uso y eventual demolición.
Para medir la huella de carbono en este sector, se consideran el carbono incorporado, que corresponde a las emisiones generadas durante la fabricación, transporte y montaje de materiales; y el carbono operacional, que son las emisiones derivadas del uso diario del edificio, como calefacción, refrigeración e iluminación.
La suma de ambos determina el impacto total de un edificio, cuantificado en kilogramos de CO2 equivalente por metro cuadrado (kgCO2e/m²).
Reducir la huella de carbono en la construcción requiere combinar acciones como las siguientes:
• Uso de materiales renovables: Madera laminada, bambú y otros biobasados destacan por su menor impacto ambiental.
• Diseño pasivo: Incorporar envolventes térmicas, ventilación cruzada y aislamiento eficiente minimiza la demanda energética.
• Energías renovables: Generar energía in situ con paneles solares u otras fuentes reduce la dependencia de combustibles fósiles.
• Enfoque circular: Reutilizar y reciclar materiales para prolongar su vida útil y reducir desechos.
• Prefabricación: Optimiza procesos, disminuyendo el desperdicio y las emisiones en la construcción.
Por otra parte, diversos organismos internacionales han desarrollado estándares para certificar proyectos sostenibles en esta área. Ejemplos destacados son la certificación LEED que promueve la sostenibilidad en diseño, construcción y operación; Passive House, que está enfocado en eficiencia energética y confort; y Minergie, centrado en eficiencia energética y calidad ambiental.
Proyecto pionero en Chile
En Chile, el proyecto Burgos Net Zero, desarrollado por Tecton Taller, se erige como el primer edificio en Latinoamérica diseñado para ser carbono neutral durante todo su ciclo de vida. Este desarrollo mixto combina viviendas y oficinas con un diseño innovador que integra materiales renovables, energía limpia y espacios funcionales.
"Buscamos que cada espacio cumpla su propósito de manera óptima, integrando autonomía y colaboración, mientras aportamos a la ciudad con un diseño sostenible que redefine la relación entre comunidad y medio ambiente", afirma Cristián Izquierdo, arquitecto que diseñó el proyecto. Por su parte, Matías Sánchez, gerente general de Tecton, asegura que esta propuesta "no solo reduce emisiones, sino que también establece un estándar replicable para el desarrollo urbano sostenible".
Con certificación Minergie y estrategias de energía compartida entre usos mixtos, Burgos Net Zero ejemplifica cómo la construcción carbono neutral puede ser una realidad tangible en la región.
Eficiencia energética y economía circular
Otros dos aspectos que están contribuyendo a reducir las emisiones de CO2 en el mercado inmobiliario en Chile son la eficiencia energética (EE) en las edificaciones y la incorporación de prácticas de economía circular en su desarrollo y gestión.
En relación con lo primero, implementar soluciones eficientes como el aislamiento adecuado, el uso de energías renovables o sistemas de calefacción y refrigeración más sostenibles, no solo beneficia al medio ambiente, sino que también reduce los costos a largo plazo para los propietarios.
Cabe considerar que, a partir de octubre, la Calificación Energética de Vivienda (CEV) del MINVU dejará de ser voluntaria, luego de más de 12 años, y pasará a ser obligatoria para todos los proyectos inmobiliarios nuevos, lo que plantea oportunidades y desafíos para que la industria se adapte a esta nueva normativa.
"La industria inmobiliaria muestra un creciente interés por desarrollar este tipo de proyectos de manera voluntaria, sin necesidad de una regulación que lo imponga. Esto queda reflejado en el hecho de que más de 170.000 propiedades en el país ya han recibido una calificación energética, según datos del MINVU", explica Enrique Loeser, gerente comercial de Inmobiliaria Altas Cumbres, pionera en obtener el sello de la CEV.
Por otra parte, la economía circular promueve la reutilización, el reciclaje y la valorización de los residuos para maximizar el aprovechamiento de los recursos ya existentes, reduciendo así la necesidad de extraer nuevos materiales. Este modelo minimiza la generación de desechos y disminuye significativamente el impacto ambiental, especialmente en términos de emisiones de CO2.
Aportes en ese sentido son, por ejemplo, empresas como Thermikhaus que ofrece aislantes reciclados a partir de cartón y papel, mejorando la eficiencia térmica de las viviendas y contribuyendo a la disminución del consumo de energía. También algunas inmobiliarias están incorporando en sus proyectos productos fabricados a partir de residuos plásticos, como Altas Cumbres que en su proyecto Costanera Villarrica instaló interruptores eléctricos marca Sinthesi que provienen de la valorización de redes de pesca, como también muebles de exterior fabricados por la empresa Pock a partir de cinco tipos de plásticos, recolectados en municipios y empresas, como tinetas de pinturas, tuberías, botellas, entre otros.
Otro ejemplo destacado es el uso de Poliestirec que es "una pintura fabricada a partir de plumavit reciclado de las propias obras residenciales de la inmobiliaria. El uso de estos esmaltes para pintar las fachadas e interiores de los proyectos inmobiliarios no solo contribuye al reciclaje de residuos, sino que además permite purificar el aire, ya que estos productos tienen la capacidad de capturar dióxido de carbono", comenta Enrique Loeser.