Por María Alejandra Hernández
y Valeria Quintriqueo
Ecolife S.A.
Hoy en día el mercado ofrece variadas formas para realizar monitoreo continuo de olores. Un par de alternativas son monitorear gases y modelarlos con meteorología instantánea, o realizar un muestreo de unidades de olor de una planta y hacer una modelación igualmente con meteorología instantánea. En ambos casos estaremos visualizando una pluma poco real a la situación que se vive minuto a minuto en la industria ya que solo veremos reflejado hacia dónde van los vientos y no con la intensidad que puede llegar el olor a la comunidad.
Existe también el método del "caminante" que consiste en personas que monitorean olores en puntos estratégicos fuera de las industrias, para dar aviso de la percepción odorante en cada lugar con horario, dirección y velocidad del viento. A esto, además, le podemos agregar muestreo con olfatometría de campo para tener la exactitud de las unidades de olores identificadas.
Requerimientos
Tal como ocurre en las mediciones de olfatometría dinámica, los caminantes deben ser personas que se encuentren calibradas y sean capaces de determinar parámetros como intensidad y ofensividad de un olor. Además, deben tener pleno conocimiento de la ubicación de la planta en estudio, y cómo la dirección y velocidad del viento pueden afectar en la dispersión del olor.
Para realizar un monitoreo continuo de olores es necesario que el caminante o panelista sensorial conozca los olores asociados a cada proceso de planta, lo que permite, al percibir un olor durante la medición en terreno, determinar si el olor proviene de la planta en estudio o desde una fuente externa.
También se debe considerar la rotación de horarios de medición para cubrir las 24 horas del día durante cada mes y, de igual manera, realizar distintas rutas de monitoreo.
Asimismo, es necesario mantener un registro diario de la percepción de olor de cada punto medido, considerando parámetros como: horario de inicio y término de cada punto medido, y, en caso de percibir olor, determinar si éste proviene desde la planta en estudio o desde una fuente externa. En caso que el olor registrado provenga desde la industria, es necesario determinar a qué parte del proceso se asocia, registrando condiciones meteorológicas, tales como velocidad del viento, dirección y temperatura. Es muy importante registrar el tiempo de percepción de olor y realizar comparación con los parámetros meteorológicos observados.
En ocasiones, las empresas que contratan este tipo de monitoreo cuentan con un sistema de gestión de reclamos, lo que permite que al recibir una alerta de la comunidad el caminante pueda dirigirse hasta la dirección notificada y realizar un monitoreo del lugar, registrando la percepción de olor y de condiciones meteorológicas. La información recabada debe ser analizada de manera mensual, trimestral o anual.
En definitiva, nada reemplaza a la nariz humana como el método más efectivo para medir olores. En la actualidad, esto se puede complementar con diferentes tecnologías para lograr un resultado objetivo y representativo.
Es fundamental que esta medición se realice con profesionales capacitados y experimentados, considerando que esto se debe complementar con las herramientas que hoy existen.
Artículo publicado en InduAmbiente 179 (noviembre-diciembre 2022), página 66.