Los principios de la economía circular se hacen cada vez más necesarios para un país con una matriz productiva como la nuestra. Desde esta perspectiva, la empresa Hidronor se ha comprometido con este concepto para contribuir al cuidado del medio ambiente y al desarrollo sustentable.
"Hidronor ha venido implementando diversos proyectos en los últimos años, alcanzando una capacidad de valorización de más de 15.000 toneladas anuales en residuos peligrosos, con más de 5.000 toneladas en aceites lubricantes, 3.000 toneladas de residuos sólidos con poder calorífico, 3.000 toneladas en plásticos y envases, 1.500 toneladas de metales, 1.000 toneladas en baterías y más de 1.500 toneladas en otros residuos peligrosos en reciclaje y valorización, con el respaldo de procesos normados con resoluciones sanitarias para estas actividades", indica Kippy Csengery, Jefa de Cumplimiento Ambiental en Hidronor Chile.
Desde 1997, esta compañía entrega soluciones integrales para la gestión de residuos industriales, en especial de tipo peligroso, y hoy no solo presta servicios para confinarlos de forma segura, sino que también apuesta fuerte por ampliar su oferta para impulsar la circularidad, la implementación y el cumplimiento de la Ley sobre Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y, por, sobre todo, el resguardo del medio ambiente.
"En materia ambiental, estamos continuamente explorando opciones para seguir generando valor en la gestión de residuos, frente a los desafíos que plantean la economía circular y las nuevas regulaciones en esta materia", acota Juan Andrés Salamanca, Gerente Comercial de Hidronor Chile.
La empresa espera consolidar este año sus capacidades y servicios específicos para los distintos rubros industriales como minería, energía, química, pesquera, celulosa y forestal, entre otros. Su diferenciación reside en la elaboración de combustibles alternativos sólidos y líquidos a partir de residuos peligrosos, el tratamiento de envases de aerosoles para la recuperación de aluminio y la valorización y recuperación de diversos residuos industriales.
Kippy Csengery y Juan Andrés Salamanca destacan la creciente cantidad de residuos que Hidronor destina a valorización.
Combustibles alternativos
Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, en Chile se generan anualmente más de 18 millones de toneladas de residuos, de las cuales 600 mil toneladas corresponden a peligrosos. En 2022 solo el 20% de los no peligrosos fueron valorizados, la tasa más baja de los últimos cinco años; mientras que no existen cifras oficiales de las tasas de valorización de residuos peligrosos.
Frente a este escenario, en Hidronor buscan "avanzar desde la disposición segura de los residuos peligrosos a la economía circular, lo cual se alinea con todos los procesos que tenemos implementados hace varios años y nos permiten desarrollar soluciones basadas en el concepto 'del residuo al recurso', utilizando los residuos para generar nuevos productos de valor", dice Kippy Csengery.
En este contexto, la empresa se perfila como unos de los líderes en la producción de combustibles alternativos líquidos y sólidos a partir de residuos con poder calorífico para la industria cementera.
Hidronor convierte residuos líquidos peligrosos en combustible alternativo líquido que sustituye combustibles fósiles en hornos cementeros.
"Estamos desarrollando subproductos a partir de la revalorización de aceites utilizados, pinturas, solventes, plásticos, cartones, madera, cartridges, caucho, cosméticos vencidos, elementos de protección personal, envases contaminados con aceites lubricantes usados, filtros de aceite y de aire, entre otros", acota Salamanca.
La compañía ha generado una oferta alternativa al uso del combustible tradicional fósil, con altos estándares de seguridad y calidad para sus clientes. Con este modelo, busca alcanzar la ansiada trazabilidad del residuo al recurso. Asimismo, con esta acción pionera en economía circular, buscan seguir contribuyendo de manera importante a reducir la huella de carbono y mitigar el cambio climático.
A fines de 2024, Hidronor recibió la autorización para elaborar combustible alternativo sólido (CAS), cuyo proceso de trituración consiste en alimentar los residuos en cintas transportadoras y luego en un triturador primario, procesar alternadamente residuos de baja y alta densidad. Los residuos triturados se separan mediante un electroimán, destinando los ferrosos a revalorización como chatarra metálica mientras que los no ferrosos se almacenan en sitios autorizados como combustible alternativo sólido. Se verifica la calidad del CAS mediante muestreo y análisis realizado por el laboratorio de la empresa, generando un informe que determina si el lote cumple con los parámetros establecidos. Este proceso garantiza la elaboración de un combustible alternativo sólido de calidad, a partir de residuos con poder calorífico.
Este producto también se deriva a empresas cementeras, promoviendo la sustitución de combustibles fósiles, y, tal como ocurre con el combustible alternativo líquido, debe cumplir estrictamente con los parámetros químicos de calidad que exigen los clientes y las normativas vigentes de acuerdo a la autorización sanitaria que dispone. "Para asegurarnos de aquello, antes de ser despachado, cada lote de producción se analiza en nuestro laboratorio acreditado para verificar que cumpla tanto con los parámetros establecidos en nuestra resolución sanitaria como también en la de quienes lo reciben", agrega Kippy Csengery.
Diversos residuos sólidos contaminados se trituran para generar combustible alternativo sólido.
Por su parte, Juan Andrés Salamanca comenta que "la elaboración de combustibles alternativos es un proceso que permite tratar los residuos que llegan a la planta de Hidronor y, a la vez, es una línea de servicios que la compañía ofrece a las empresas que prefieren contribuir a la sostenibilidad ambiental mediante la valorización".
Envases: reúso y reciclaje
Otro servicio desarrollado por Hidronor que cuenta con los permisos sanitarios correspondientes y aporta a la economía circular es la recuperación de envases industriales, como tambores metálicos y plásticos, contaminados con sustancias peligrosas para su valorización y/o reutilización y reciclaje.
"Estos envases se reciben, clasifican y descontaminan para destinarlos como prioridad a reutilización", señala Kippy Csengery.
La descontaminación se logra mediante un triple lavado en que se aplica un detergente específico según el residuo que se busca eliminar. Tras el enjuague, el agua resultante se analiza en laboratorio para verificar la efectividad de este proceso.
Los envases que cumplen con los estándares para ser reutilizados son derivados a clientes de Hidronor, que lo utilizan en sus procesos como contenedores para otros residuos o productos. En caso de que no sirvan para eso, los envases metálicos se compactan y los plásticos se enfardan para llevar estos materiales a algún destinatario autorizado para su reciclaje.
Cabe indicar que el lavado de los envases genera una corriente de residuos líquidos (riles) que se trata en un sistema fisicoquímico para luego reincorporar el agua tratada a los mismos procesos de la planta de Hidronor. "El nuestro es un circuito cerrado, sin emisión de riles a ningún curso o cuerpo de agua externo", recalca Csengery. En tanto, los envases plásticos que no se logran limpiar y recuperar "pasan, junto con la madera, textiles y cartones contaminados que recibimos, a un proceso de trituración para elaborar combustible alternativo sólido. Esto nos permite también reducir la cantidad de residuos que llevamos a disposición final", comenta la especialista.
El área de depuración de riles: toda el agua tratada se reúsa en otros procesos.
A su vez, Juan Andrés Salamanca señala: "Las tecnologías de valorización tienen limitaciones y hay ciertos tipos de residuos que, inevitablemente, se van a tener que confinar, como aquellos que contienen metales pesados provenientes de algunos procesos industriales y mineros". Kippy Csengery agrega: "En ese contexto, se necesitan empresas que hagan esa labor de manera adecuada y segura con todos los tratamientos previos que se requieren para no poner en riesgo al medio ambiente ni la salud de las personas. Y en eso Hidronor es un referente".
Aerosoles
Un servicio único en Chile que ofrece Hidronor y que también contribuye a la circularidad es la recuperación de envases de aerosoles para valorizar aluminio y otros metales. "Con esto entregamos una solución a una problemática ambiental relevante: más de 90 millones de aerosoles se consumen anualmente en nuestro país; esa es una cifra que va en aumento y más del 93% de estos residuos -que son inflamables y también pueden ser tóxicos y corrosivos- terminan en rellenos sanitarios", advierte la Jefa de Cumplimiento Ambiental de la empresa.
Para mitigar esta problemática, la compañía desarrolló un proceso para descontaminar estos envases y presentó un proyecto -aprobado por la autoridad sanitaria- para desclasificarlos normativamente como residuos peligrosos y permitir su reciclaje como no peligrosos.
Para eso, los envases pasan por varias etapas, partiendo por el vaciado y compactación, donde se desgasifican y extraen los restos de líquido que se usa como insumo para producir combustible alternativo líquido. El lavado de los aerosoles compactados se realiza en una solución de agua y detergente neutro que contiene tensoactivos y remueve las trazas de residuos presentes en los envases. La concentración de detergente en la solución varía según el nivel de contaminación. Los envases de aerosoles se sumergen en la solución de lavado durante al menos 24 horas y se trasladan a la zona de lavado. El agua resultante de este último paso se analiza para corroborar la remoción efectiva de los contaminantes y la corriente de riles generada se lleva a tratamiento de inertización.
Finalmente, los envases escurridos y compactados se entregan a valorizadores autorizados de aluminio y metal. Esta solución ya está operativa y la meta inicial es aportar al reciclaje de 500 toneladas al año de envases de aerosoles.
Kippy Csengery resalta: "Algunos beneficios de este servicio son: minimiza el impacto ambiental, recupera recursos como el aluminio, genera un residuo líquido que también se valoriza, contribuye a la sostenibilidad y cumple con todas las normativas".
Zona de tratamiento fisicoquímico en la planta Hidronor en Pudahuel.
Laboratorio acreditado
La correcta operación de los procesos de valorización que desarrolla Hidronor requiere de continuos ensayos y análisis de laboratorio. Para eso, la compañía dispone de un laboratorio propio certificado y acreditado, en el cual por ejemplo se testean los residuos que llegan a su planta, se elaboran las fórmulas requeridas para producir los combustibles alternativos y se verifica su calidad, al igual que la de las corrientes líquidas tratadas.
Además, los ensayos asociados al desarrollo de nuevos procesos o a requerimientos de las autoridades se validan de manera externa, generalmente con entidades técnicas de fiscalización ambiental (ETFA).
"Nuestro laboratorio está certificado bajo la norma ISO 17025 y acreditado para analizar los parámetros que tienen que ver con residuos sólidos y líquidos. Esto nos permite poder verificar el resultado de los procesos que desarrollamos y poder trabajar en nuevos procesos orientados a la valorización de los residuos", agrega Kippy Csengery.
La empresa cuenta con un laboratorio certificado y acreditado para verificar la correcta operación de sus procesos.
Desafíos y proyectos
Juan Andrés Salamanca comenta que "el posible aumento de la valorización de residuos peligrosos depende de factores relevantes como una mejor segregación en el origen y el aumento de empresas autorizadas para valorizar los residuos tratados. Tenemos la ley REP, las metas y las ecotasas, pero hay muy pocas empresas con los permisos correspondientes para recibir y transformar los residuos. Ese es el gran desafío que hoy existe en Chile, para crear un mercado necesario de salida para los productos reciclados".
Pese a esta situación, desde Hidronor indican que siguen evaluando la viabilidad de nuevos proyectos para hacerse cargo de otros residuos que también ofrecen oportunidades para la circularidad. Un ejemplo son los paneles solares dañados o que han terminado su vida útil. "En nuestra planta ubicada en Antofagasta recibimos paneles que están declarados como residuos peligrosos porque tienen componentes eléctricos y metales pesados. Aproximadamente, el 70% de estos paneles corresponde a vidrio templado, el 20% son las placas de las que se pueden recuperar metales como cadmio y níquel, al igual que el aluminio que forma parte de la carcasa", dice el Gerente Comercial de la firma.
A modo de conclusión, Kippy Csengery plantea que "todo lo expuesto demuestra que Hidronor busca aportar a la transición de Chile hacia la economía circular. En este marco, nuestro desafío es aumentar la oferta de servicios a las industrias para incrementar la valorización y reutilización de los residuos industriales peligrosos, que es donde está nuestro principal conocimiento y valor".
Artículo publicado en InduAmbiente n° 192 (enero-febrero 2025), páginas 30 a 33.