Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Sobre Biogás y Lixiviados

Sobre Biogás y Lixiviados

Expertos analizan la situación actual, avances y desafíos del tratamiento de estos subproductos originados en rellenos sanitarios.



La bolsa de basura que genera cada uno de los hogares en Chile ya no es la misma de antes. Según un reciente estudio de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere), los residuos orgánicos (sobre todo restos de frutas, verduras y podas) que desechamos pasaron de constituir el 58% del total a un 48,1% en solo algunos años, lo que revela un cambio de hábitos y/o un mayor reciclaje de los mismos.

Considerando también un promedio nacional, los otros desechos domiciliarios y asimilables, que terminan en sitios de disposición final, son el plástico (14,3%), papel (11,78%), otros residuos (10,65%), vidrios (6,87%), metales (3,1%), textiles (2,84%), y voluminosos (2,33%).

En los rellenos sanitarios (RS), los residuos orgánicos se descomponen de manera natural producto de la acción de bacterias y la ausencia de oxígeno. ¿Resultado? la generación de metano y de líquidos lixiviados o percolados. El primero es un poderoso gas de efecto invernadero (GEI), por lo que Chile está impulsando una estrategia, junto a otros países, para prevenir la generación de desechos orgánicos, mejorar las condiciones de los vertederos existentes y construir rellenos sanitarios de alto estándar. A la par, se tramita en el congreso un proyecto de ley que promueve el reciclaje de la fracción orgánica de la basura.

Como es de suponer, tanto el biogás como el lixiviado -que al entrar en contacto con otros residuos arrastra partículas y metales, pudiendo contaminar napas subterráneas y cuerpos de agua superficial- deben recibir un tratamiento especial para evitar que impacten negativamente el medio ambiente.

Deficiencias en el manejo de uno y otro en el relleno sanitario La Laja (región de Los Lagos) provocaron, por ejemplo, que la Superintendencia del Medio Ambiente, en noviembre de 2023, formulara cargos a la Municipalidad de Puerto Varas, a cargo de la instalación. Esto, principalmente, por una deficiente operación de los sistemas de captación y drenaje de líquidos percolados, y de captura y tratamiento de biogás, lo que generó olores molestos que gatillaron más de 150 denuncias de vecinos del recinto.

Peligroso diagnóstico

Evaluando la situación actual del manejo de percolados en los RS de nuestro país, Arturo Arias, ingeniero Consultor en GRS Szantó Consultores, plantea que "a partir de la entrada en vigencia del decreto supremo 90 se construyeron plantas de tratamiento de lixiviados en los más importantes rellenos sanitarios del país, sin embargo, como ocurre en todo ser vivo, las condiciones van cambiando y es necesario adecuar a la nueva realidad las plantas construidas hace más de una década. Podemos decir que el tratamiento de estos residuos está en un peligroso equilibrio operacional por este motivo".

No obstante, destaca que "existen muchos esfuerzos para mantener diferentes tipos de plantas funcionando, aunque cada realidad es distinta y, por lo tanto, los resultados son variados. En la zona central del país, los contaminantes presentes en los lixiviados están más concentrados y por eso el esfuerzo en abatirlos es mayor. En el extremo sur ocurre lo contario: el residuo está más diluido producto de las lluvias, pero su volumen es mayor. Los rellenos más grandes en Chile cuentan con modernos sistemas de tratamiento de lixiviados y abatimiento de biogás, los cuales se mantienen operativos a pesar de que las tarifas de tratamiento, en muchos casos, no permiten remunerar el esfuerzo realizado por las empresas".

A su vez, Marcel Szantó, director de GRS y profesor e investigador en la Universidad Católica de Valparaíso, opina que "en Chile prácticamente no se realiza tratamiento del lixiviado generado por el relleno sanitario. Algunas plantas gestionan cantidades pequeñas reaccionando a una fiscalización del Estado. Hay un volumen considerable de líquidos percolados almacenados de diferentes formas, lo que en algún momento puede causar derrames importantes. La autoridad debe ser consciente de esta situación, transparentarla y buscar una solución para todos los lixiviados acumulados, especialmente en la RM, para su disposición final segura".

En ese contexto, releva una tecnología de disposición final desarrollada con éxito en España y que podría aplicarse en Chile: el relleno sanitario seco, construido en base a "balas o fardos de alta densidad" con una clara ausencia de lixiviados y una escasa generación de biogás.

En todo caso, el experto afirma que "Chile no presenta un problema de atraso tecnológico, sino de gestión".

En materia de manejo del biogás, Arias recuerda que entre los años 2006 y 2012 se implementaron múltiples proyectos de quema de biogás, apalancados por el protocolo de Kyoto, dado que la legislación nacional no obliga a extraer y quemar un porcentaje específico de biogás. Añade: "Este impulso hizo que prácticamente todos los grandes rellenos del país invirtieran cuantiosas sumas de dinero en su control para acreditar las reducciones de emisiones de metano, que luego fueron comercializadas a nivel global. Después de eso, los proyectos implementados ya no contaron con ese incentivo y se desarrollaron solo por los compromisos de las propias empresas operadoras en sus respectivas resoluciones de calificación ambiental".

Incentivos e incineración

Considerando en parte el impacto que tienen en la generación de lixiviados y biogás, Arturo Arias da cuenta que "la mayoría de los países desarrollados han creado legislaciones que obligan a tratar el residuo antes de llegar a un relleno sanitario, creando incentivos para que plantas de reciclaje, compostaje o digestión anaeróbica puedan financiar sus operaciones. Sin embargo, en Chile aún existe oposición a estos modelos exitosos".

En ese escenario, indica que la incineración con recuperación de energía juega un rol importante en la gestión de residuos, "no solo porque elimina el residuo, sino también porque genera electricidad y calor que es aprovechado por la comunidad. Como resulta lógico, estas plantas son más costosas que los rellenos sanitarios y por eso los países en las que funcionan, donde casi el 95% de la población paga derechos de tratamiento de residuos, la situación es muy distante a la realidad de América Latina y el Caribe".

Soluciones implementadas

Sobre el escenario descrito, cabe preguntarse ¿qué soluciones han implementado los rellenos sanitarios en Chile para mejorar la gestión de los lixiviados y el biogás?

A modo de respuesta, a continuación, revisamos los casos de dos de las empresas más importantes del sector.

• Consorcio Santa Marta:

Esta compañía opera dos RS en el país: Santa Marta en la Región Metropolitana (RM) y Chaqueta Blanca en Antofagasta. Pedro Rivas, su gerente de Medio Ambiente y Sustentabilidad, resalta que en la primera instalación cuentan con una central de generación eléctrica a partir de biogás, lo que trae dos grandes beneficios: "Se minimizan los olores molestos hacia el entorno debido a la necesidad de ser eficientes en la captura de biogás, y se genera más energía, lo que aporta al cumplimiento de las metas del Estado en relación con las emisiones de GEI".

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Central de generación eléctrica a partir de biogás en relleno sanitario Santa Marta (RM).

También sobresale su planta de tratamiento de lixiviados, que da la posibilidad de descargar el efluente previamente tratado a un curso de agua superficial cumpliendo el DS 90 y la Norma Chilena de Calidad de Agua para Riego. Al respecto, Rivas detalla que este sistema "está a la altura de las plantas de tratamiento de aguas servidas domésticas, lo que es posible gracias al bajo caudal aportante al cuerpo receptor, estimado en un 1,6%. A este buen resultado contribuye, además, la estabilidad estructural del relleno sanitario y la aplicación de un buen plan de prevención de contingencias y emergencias".

Chaqueta Blanca, por su parte, cuenta con una planta de tratamiento de lixiviados del tipo lodos activados y un sistema de filtrado, que permite disponer de agua depurada para las necesidades internas del recinto.

• Veolia Chile:

A cargo de los rellenos sanitarios Santiago Poniente (RM), El Molle (Valparaíso) y La Yesca (O'Higgins), uno de los sellos de su gestión es el uso de energías renovables en las soluciones implementadas para tratar los lixiviados. Además, en la empresa destacan que se genera una menor cantidad de lodos que la que se produce, por ejemplo, en una planta de tratamiento fisicoquímico, lo que resulta en una menor huella de carbono.

Pilar León, directora Técnica & Performance en la compañía, explica que "lo anterior va a depender de las condiciones climáticas bajo las que se encuentre el relleno sanitario. En La Yesca, el volumen de lixiviado es más pequeño y se maneja solo a través de la evaporación natural, mientras que en Santiago Poniente usamos dos soluciones complementarias: tratamiento fisicoquímico preliminar y luego un tratamiento en planta de agua servida, a la par con la evaporación natural. Eso genera un buen mix entre los sistemas tradicionales con uso de energía convencional y renovable".

Sobre la evaporación, comenta que también genera lodos en forma de costra que quedan en unas bandejas, disponiéndose posteriormente en el relleno sanitario sin necesidad de tratamiento posterior.

Asimismo, León destaca que en El Molle operan "la planta de tratamiento de percolados más moderna de Veolia a nivel latinoamericano. Allí, por las condiciones climáticas y la alta humedad que se presenta incluso en verano, se hace manejo de la evaporación en complemento con un sistema de tratamiento biológico desde las piscinas de acopio".

También en El Molle gran parte de la energía eléctrica usada se genera a partir del biogás producido por el relleno. "Es un tratamiento que tiene una baja huella de carbono, porque la fuente energética es no convencional", señala.

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Planta de tratamiento de lixiviados en relleno sanitario El Molle (región de Valparaíso).

Y en Santiago Poniente, Veolia Chile desarrolla un proyecto de explotación de biogás que considera tres alternativas de uso: generación eléctrica, como biometano y su entrega a granel para su empleo como fuente de calor. "Preferimos diversificar las opciones porque las condiciones del mercado van cambiando, al igual que las tecnologías y necesidades de la empresa. Lograr poner a disposición biogás como biometano, equivalente a gas natural, es una exigencia mayor para nosotros desde el punto de vista operacional y significa trabajar con tecnología de punta, lo que hoy es poco común. Además, abre una posibilidad de entrega y de consumo a clientes industriales que están implementando otras soluciones para descarbonizar sus procesos", manifiesta Pilar León.

Inteligencia artificial

En el Consorcio Santa Marta las iniciativas de reciclaje y economía circular están permanentemente sobre la mesa. Sin embargo, Pedro Rivas sostiene que, para que prosperen, "es absolutamente indispensable contar con rellenos sanitarios como los que operan actualmente en gran parte de Europa. Esa es nuestra tarea en cuanto a planificación e inversión".

Agrega que buscan mejorar la gestión integral de sus instalaciones de disposición final a través de la incorporación de tecnología en los procesos para facilitar las labores de fiscalización por parte de la autoridad, "y la integración de inteligencia artificial asociada a la aplicación de modelos predictivos, de manera de anticiparse a la generación de impactos ambientales. Es un desafío tremendo, novedoso, y que ya estamos implementando con mucho entusiasmo", concluye.

DATOS:

5,2%
Aumentó el ingreso de residuos sólidos al RS Santa Marta entre los años 2014 y 2024. "Pese al aumento del reciclaje, eso se explica por factores como el crecimiento demográfico de la población y mayor poder adquisitivo que induce a generar más residuos", señala Pedro Rivas.

$3.453
Millones de multa aplicó en 2022 la Superintendencia del Medio Ambiente a la empresa KDM por no implementar un sistema de tratamiento de lixiviados en el relleno sanitario Loma Los Colorados como lo exige su resolución de calificación ambiental.

Artículo publicado en InduAmbiente n° 192 (enero-febrero 2025), páginas 10 a 13.